viernes, 12 de agosto de 2011

Las formas sí que importan

Cada semana que pasa nos hace más conscientes de que la crisis que venimos sufriendo en los últimos cuatro años afecta por igual a cualquier país de nuestro entorno; da igual que estén gobernados por la derecha o por la izquierda, da igual que hayan celebrado elecciones o no y da igual, en el caso de celebrar elecciones que, como consecuencia de ellas, cambie o no el signo político de sus gobiernos. La crisis sigue ahí.


¿Quién se iba a imaginar que el país más rico del mundo se iba a enfrentar a las dificultades por las que está pasando? EEUU en estos días ha estado a punto de suspender pagos. Todos estamos viendo que en Israel o Londres, da igual el continente, están pasando por graves dificultades económicas y sociales, al igual que las pasan países como Italia o Francia. Da igual que se haya producido cambio de gobierno o no; en Italia no lo ha habido y sí en Portugal o Reino Unido, pero en todos, los problemas siguen ahí.

La sociedad está preparara para crecer, para evolucionar, para ir a más, sin embargo no está preparada para ir a menos o para paralizar su crecimiento. Las personas estamos acostumbradas a pasar de lo malo a lo bueno, de lo menos a lo más, pero no a la inversa y cuando esto se produce, aparece la frustración y la necesidad de poner remedio cuanto antes a una situación que se lleva por delante nuestras expectativas y nuestros sueños.

Por todo ello, en estos momentos de graves dificultades para nuestra sociedad, para nuestras familias, más que nunca son importantes las formas de abordar los problemas. No da igual que gobiernen unos o que lo hagan otros, las decisiones que toman unos o que tomamos otros son una buena prueba de ello.

En EEUU la derecha impone que los recortes no los paguen los ricos, en Italia, también la derecha aplica los recortes sobre los más débiles, con el copago de 10 euros por ir al médico o 25 euros por ir a las urgencias. En Portugal donde han celebrado elecciones y han puesto un gobierno de derechas, nada más llegar, tras no apoyar las medidas del gobierno anterior, como hace Mariano Rajoy aquí en España, ha establecido un impuesto a los trabajadores del 50% de la paga extra de Navidad. En el Reino Unido también pusieron hace unos años un gobierno de derechas, un gobierno que ha llevado a cabo despidos de funcionarios. Nada de eso ha ocurrido aquí.

Pero es que a nivel de Comunidades  Autónomas también  hay diferencias entre lo que hacen unos y lo que hacemos otros. Murcia y Galicia ya hablaron hace tiempo de copago en sanidad y en educación o de reducir las ayudas a la enseñanza; Cospedal ha comenzado subiendo el sueldo a sus asesores, no renunciando a sus varios sueldos y recortando en Hospitales o enseñanza (curiosamente hace lo contrario de lo que piden aquí sus compañeros de Almería), en Cataluña andan cerrando Hospitales y reduciendo las ayudas a guarderías o centros de enseñanza, tampoco nada de eso ha ocurrido en Andalucía.

Por eso, ahora más que nunca, son importes las formas de abordar los problemas que nos ha traído la crisis. Está claro que tenemos que gastar menos porque ingresamos menos, pero no es lo mismo recortar de un sitio que de otro, no es igual que los recortes de la crisis los sufran más los que tienen más, a que los suframos por igual entre todos, tengamos lo que tengamos cada uno. Y eso depende de la sensibilidad social de los gobiernos que pongamos o que tengamos.

La ambición de igualdad y de justicia es hoy más necesaria que nunca para que los platos rotos no los paguen los más débiles, para garantizar que las clases medias no se empobrezcan perdiendo derechos de ciudadanía, en educación, sanidad o servicios sociales y para que, en definitiva, a costa de la crisis, no se amplíen las diferencias entre los que siguen viviendo bien, y el resto de la población. Ahora debe ser el tiempo de los ciudadanos, de las buenas personas, y no debemos dejar que sea el tiempo ni de los mercados, ni de los ladrones de esperanza.

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