Hasta esta semana, la actitud del Partido Popular en el escenario político nacional podría describirse con la frase “Silencio, no metamos la pata". Sólo estaban preocupados, desde que estalló la crisis, por no decir nada que pudiera volvérseles en contra antes de las elecciones. La estrategia que habían adoptado desde el Partido de Rajoy consistía en no desvelar ni una sola idea de su programa, de lo que ellos harían o harán, con la intención de que todo el malestar que la incertidumbre económica genera en cualquier país del mundo, aquí recaiga sobre los que están gobernando y así cosechar para ellos, sin hacer nada, todas las simpatías posibles antes de la cita electoral. Dicho de otro modo, los ‘populares’ habían optado por mantener la caja de las sorpresas cerrada, aunque están comenzando a enseñar la patita.
Mientras el Partido de Rajoy anuncia en estos días, en las comunidades autónomas donde gobierna, recortes que implican claramente la destrucción de empleo, de manera directa o indirecta, en el PSOE se trabaja para generar empleo. Conscientes de que es ésa la prioridad que debemos tener como sociedad, nuestros Gobiernos se afanan en seguir poniendo en marcha medidas para generar empleo y apuntalar las bases de ese Estado de Bienestar que hoy disfrutamos y que mañana puede venirse abajo, si el partido de Rajoy campea a sus anchas.
Debemos trabajar desde la política por lo que más importa ahora mismo: el trabajo y los trabajadores, en el sector público y en el privado. Y, como muestra, no hay más que repasar lo aprobado la pasada semana por el Consejo de Ministros, un real decreto que recopila una serie medidas encaminadas a tres objetivos: promover el empleo entre los jóvenes; fomentar la estabilidad y el mantenimiento de los puestos de trabajo; y mantener la protección social de las personas desempleadas.
De entre las medidas aprobadas, destaca la que contempla la creación de un nuevo contrato para jóvenes, que sustituye al de formación actual. El nuevo contrato, en el que el trabajador tendrá plenos derechos laborales y plena protección social, permitirá a los jóvenes de entre 16 y 30 años trabajar de forma retribuida en una empresa y compaginar ese trabajo con la formación profesional en un centro educativo.
Este nuevo contrato, que tendrá una duración mínima de 1 año y máxima de 2, pretende dar una oportunidad a los jóvenes sin título universitario o de formación profesional, o sin un certificado de profesionalidad, que son en España unos 700.000, sin generar costes sociales para las empresas que contraten a nuestros jóvenes.
Por otra parte, para favorecer el mantenimiento del empleo, se ha suspendido durante un plazo de dos años la regla que da lugar a la adquisición de la condición de trabajador fijo tras encadenar un determinado número de contratos temporales. Esta regla fue establecida en 2006, durante un momento de expansión económica, para favorecer la estabilidad en el empleo. Sin embargo, el Gobierno ha detectado que, en la actual coyuntura económica, la medida podría estar produciendo efectos indeseados en el mantenimiento del empleo, ya que algunos empresarios se estarían decantando por no renovar contratos temporales para no tener que hacer indefinido al trabajador. Por lo tanto, en estos momentos resulta conveniente suspender la norma y favorecer así el mantenimiento en el empleo.
En definitiva, se trata de tomar las medidas precisas para salir de la crisis, asegurando la protección social, el funcionamiento de los servicios públicos, y la recuperación de la economía desde el mantenimiento y la generación de empleo, que es la fundamental fuente de ingresos de las familias, nunca desde su destrucción.
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