En estos primeros días de los gobiernos municipales los ediles del Partido Popular en la provincia andan levantando alfombras, registrando dependencias, revisando archivos y expedientes, buscando facturas en las instituciones donde gobernaban otros partidos políticos en el pasado mandato y donde el Partido Popular es ahora gobierno. Así está ocurriendo en la Diputación Provincial y en algunos Ayuntamientos de la provincia, donde se ejecuta, punto por punto, el viejo manual de estilo de los nuevos gobernantes.
En casi todos ellos primero se hacen públicos algunos gastos realizados bajo el mandato de los anteriores gobernantes, al tiempo que se anuncia a bombo y platillo que las cuentas están muy mal, que les han dejado las arcas vacías, que van a tener que hacer una auditoria para conocer cómo están las cuentas, auditoria que encargan, sorprendentemente, al sector privado cuando disponen de funcionarios habilitados para hacerla, además, gratuitamente.
Sin embargo, es sorprendente que no hagan lo mismo en los Ayuntamientos donde han seguido gobernando tras las elecciones municipales, allí no encargan auditorías ni enseñan facturas, ni levantan alfombras, más bien al contrario las sellan al suelo para que nadie descubra lo que hay debajo.
Sería deseable que predicaran con el ejemplo, que se aplicaran a ellos mismos lo que exigen a los demás, y podrían comenzar con los Ayuntamientos de Almería, de Roquetas de Mar, de Adra, de Níjar, de Cuevas del Almanzora, de Garrucha o de Gádor, cuyas deudas es público y notorio que no son moco de pavo. Ahí, también podrían de oficio encargar una auditoría en profundidad, similar a las que anuncian en los Ayuntamientos cuyo gobierno han recuperado, para conocer cuál es el punto de partida en esta nueva legislatura y poder comparar en la siguiente.
Y además podrían dar ejemplo, siendo austeros en el gasto del dinero que es de todos, haciendo uso de esa austeridad que piden a los demás y que ellos no se aplican a sí mismos. Podrían y deberían ser austeros encargando las auditorias propias y ajenas a sus interventores o a la Cámara de Cuentas de Andalucía, que las hacen de manera gratuita, en lugar de encargarlas a auditores externos que les cobran un dinerito que parece que no tienen.
Pero no sólo en esto podrían predicar con el ejemplo, podrían hacerlo con otros muchos temas, como es el caso del empleo, contribuyendo a la generación de empleo para las personas que actualmente no lo tienen en los municipios donde gobiernan, aplicando las recetas que decían tener en la campaña electoral. Está claro, que una cosa es predicar y otra dar trigo, por eso desde la celebración de las elecciones municipales, los ciudadanos y ciudadanas de Almería siguen a la espera de que el Partido Popular comience a dar trigo, o lo que es lo mismo, a predicar con el ejemplo propio en todas las administraciones públicas de la provincia donde gobierna.
Los ciudadanos y ciudadanas esperan de todos los gobiernos, con independencia de su color político, que sean coherentes con los compromisos que públicamente asumieron, que prediquen con el ejemplo, que no exijan a los demás cosas que ellos no se exigen a sí mismos, que se dejen de fuegos de artificio, que se pongan en el lugar de los demás, que bajen cuanto antes a la calle, al tajo, para pasar sus discursos del terreno de las palabras al de los hechos, que ahora son más necesarios que nunca.
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