Las señales de la carretera lo apuntaban, aunque nadie quería darse cuenta. Ha sido ahora cuando el Partido Popular está mostrando ya en las administraciones donde gobierna, sus verdaderas intenciones a la hora de hacer frente a la difícil situación económica que atravesamos como sociedad.
La senda que nos ha conducido a lo largo de las últimas décadas hacia el Estado del Bienestar, la están recorriendo en sentido contrario los gobiernos del Partido Popular allí donde están presentes, realizando despidos de personal, recortando en servicios públicos como la educación, la sanidad o la dependencia.
En nuestra Comunidad, Javier Arenas, vicepresidente del Partido Popular, sin embargo niega que su proyecto político para Andalucía pase por hacer los mismos o similares recortes a los que están ejecutando Aguirre en Madrid, De Cospedal en Castilla la Mancha o el resto de sus compañeros en las Autonomías que gobiernan. ¿Qué va a decir?, si por tal de que le voten es capaz de abrazar hasta una farola.
El colmo es que no sólo dice Arenas que él no va a recortar nada sino que además va a bajar los impuestos. ¿No les sorprende que siendo quien es dentro de su partido, no le hagan caso, y hagan allí donde gobiernan, justo lo contrario de lo que anuncia Arenas para Andalucía? Estamos ante un auténtico camaleón de la política que no tiene ningún pudor en decir lo que convenga, aunque camine en dirección prohibida dentro de su partido.
Claro que si recordamos que hace unos meses también decía que nadie en Andalucía debía cobrar más que el presidente de la Junta de Andalucía, y luego descubrimos que él cobraba casi el doble, siendo el político con el sueldo más alto en Andalucía, comprobamos el poco valor que tiene su palabra que habitualmente camina en dirección contraria a sus hechos, lo cual no es malo saber.
Cuando Javier Arenas afirma que va a ir por la dirección contraria a la de sus compañeros y compañeras de partido al frente de los distintos gobiernos de las Comunidades Autónomas ¿alguien le cree?
En esta crisis económica no hay atajos, hay que contener el gasto, sin renunciar a los avances sociales conquistados, es preciso aumentar los ingresos pidiendo un esfuerzo de solidaridad a los grandes patrimonios y a la banca; Europa lo está haciendo y diciendo en estos días, para obtener los recursos con los que impulsar la reactivación del empleo que es lo más urgente y por supuesto, la economía debe ser regulada internacionalmente para que los ciudadanos no estén al albur de los especuladores financieros, verdaderos culpables de esta situación que estamos sufriendo. Lo contrario es ir por dirección prohibida.
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