lunes, 20 de febrero de 2012

La reforma laboral

Así de fuertes han llegado, con el poder que las urnas le han dado, poniendo patas arriba lo hecho durante los últimos 30 años. El Partido Popular nos ha impuesto a los españoles una reforma laboral escrita al dictado de los intereses de la patronal y ajena a lo que realmente necesita la reactivación económica de nuestro país, que tiene más que ver con la inversión y el consumo, que con la fiebre de recortes promovida por la derecha europea. En apenas unas semanas, nos han recetado a los españoles sin anestesia una reforma ideológica, de derechas, que no va a generar más y mejor empleo ni estabilidad en los puestos de trabajo sino todo lo contrario, inseguridad, pérdida de derechos y más desempleo para la clase trabajadora.


Estamos ante el segundo palo que desde el Gobierno de España y en menos de dos meses, le da el partido popular a las clases medias trabajadoras. El primero fue con la bajada de sueldo a todos los trabajadores de este país, vía subida de impuestos tal que los trabajadores comenzarán a notar en la nómina de este mes. El segundo palo es esta reforma laboral que el Ministro de Economía ha calificado de agresiva para los trabajadores, la más dura que se realiza desde 1.980, hecha en contra del sentido común y contra los principios que hasta ahora inspiraban al derecho laboral.

Si la falta de regulación de ciertas actividades económicas ha sido la causante de la crisis, la desregulación del mercado laboral, o lo que es lo mismo, permitir al empresario hacer lo que le dé la gana con total seguridad y sin control, no es la solución a las cifras del paro, aunque quizás si lo será para las cifras de las cuentas de resultados de las empresas. Hoy me comentaba un empresario, que pensaba despedir a unos trabajadores y que de entrada se ahorra con esta reforma más del 50%. Estaba contento.

Pero quizás lo más grave de la reforma, que lo es, no sea el abaratamiento del despido, si no que Rajoy ha asestado un golpe de gracia a los derechos de los trabajadores imponiendo una reforma durísima que va a poner a muchos de ellos ante el dilema de aceptar una rebaja del sueldo impuesta por el empresario o irse a la calle con un despido barato. Rajoy ha hecho ley el “esto es lo que hay, o lo tomas o lo dejas”.

El Gobierno, siguiendo las costumbres de Aznar, sí ha hablado en la intimidad con la patronal antes de redactar la reforma y sin embargo a los sindicatos les ha hecho llegar el texto de la reforma a través del Boletín Oficial del Estado, lo que constituye toda una declaración de intenciones, sobre el estilo y las formas que nos esperan. La reforma permite que los jóvenes puedan estar hasta los 30 años con contratos de aprendizaje y formación cobrando alrededor de 500 euros, lo que ingresan en unas horas o en un día algunos dirigentes del Partido Popular. Se permite a los empresarios cambiar trabajadores indefinidos por temporales y despedir gratis en el primer año de contrato. De hecho, la reforma da barra libre al despido.

Aquí ha pesado la ideología, como he apuntado antes. Es el momento de hablar con el mismo lenguaje, es preciso hacer valer la fuerza e ideología de la clase trabajadora, haciéndole llegar al Gobierno el mensaje y las propuestas que permitan restablecer el equilibrio y la lógica en la relación entre los trabajadores y sus empresas. Por todo ello vamos a trabajar para cambiar esta reforma durante su trámite parlamentario. Y lo vamos a hacer desde el sentido común, desde la convicción de nuestros valores y la defensa de nuestros ideales para construir entre todos una sociedad más justa e igualitaria. Entre todos podemos poner razón a quienes han entrado en nuestras vidas como un elefante en una cacharrería.

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