En cuatro meses, Rajoy y los suyos se está luciendo a base de bien y aquí en Almería ninguno de sus aventajados alumnos quiere salir a la palestra a defender lo que están haciendo, lo indefendible. Se han cargado el sistema de relaciones laborales construido en España en los últimos 30 años, acabando de un plumazo con los derechos de los trabajadores y ahora andan empeñados en hacer lo mismo con nuestro Estado de Bienestar; con los recortes en dependencia, educación y sanidad.
El ritmo de demolición masiva de derechos ha tenido su clímax en la arbitraria e injusta medida que impone el pago por medicamentos a la población más vulnerable, los pensionistas. Así de injusto y así de cruel. El “recetazo” es un nuevo engaño de Rajoy y su Gobierno, tras haber negado una y otra vez que fuesen a introducir medidas de copago sanitario, como ahora hacen, ni ninguna otra que afectase a los pilares del Estado de Bienestar.
Todas las medidas que denunciamos que el PP escondía durante las campañas electorales de las generales y autonómicas, que decíamos que pondría en marcha la derecha, se han ido cumpliendo como una delirante profecía, por desgracia para todos. El Ejecutivo de Rajoy hace efectivo así el peor de los pronósticos creando un impuesto a la enfermedad. Impone pagar más, cuanto más pobre, más enfermo y mayor sea el ciudadano. El principio activo de esta “receta” es demoledor: cuanto más enfermo estés, más vas a tener que pagar. Cuanto peor lo pase la gente, mejor para la cuenta de resultados del Gobierno y de los que crecen alrededor suyo, a los que ni se les toca ni se piensa tocar, ni la cartera ni los beneficios. Me refiero a las grandes fortunas, a los que no tributan por IRPF o a los defraudadores, que pueden legalizar el dinero negro pagando menos que quien declara todo lo que gana. Sorprendente ¿verdad?
Este Gobierno ya ha puesto en riesgo el gasto social y la inversión productiva auto imponiéndose el déficit cero. La claudicación de Rajoy ante los “mercados” deja desamparados a los desempleados, a todos los trabajadores que dependen de una nómina, a las familias, a los estudiantes y ahora también a los pensionistas y enfermos. El daño social a estas alturas resulta ya incalculable.
Los socialistas no vamos permitir que Rajoy utilice la cortada de la crisis económica para cambiar el sistema sanitario del que disfrutamos actualmente, ni vamos a ser cómplices en ningún caso del desmantelamiento del sistema que pretender realizar. Pero es que, además, la medida adoptada para que los pensionistas paguen por sus recetas, es una forma descarada de bajar, y ya van tres, de nuevo las pensiones. Un recorte más para un segmento de la población al que ya se le ha subido el impuesto de la renta (IRPF), la luz, el gas y la contribución urbana (IBI).
El copago farmacéutico que implanta Rajoy es una medida injusta, ineficiente, porque supone un ahorro muy pequeño, y además es improvisada, ya que no está teniendo en cuenta el coste administrativo que supone su puesta en marcha. Para su implantación, se tienen que cruzar datos con la Agencia Tributaria, se tienen que hacer nuevas tarjetas sanitarias y se tendrá que habilitar mediante una ley a otras administraciones para que puedan utilizar datos fiscales. Nosotros estamos dispuestos a hablar con el Ejecutivo del PP, a dar alternativas y evitar todo esto, pero este Gobierno no escucha ni quiere hablar. Los socialistas proponemos para financiar la Sanidad, entre otras medidas, subir los impuestos a las grandes fortunas, luchar contra los defraudadores, un nuevo impuesto al alcohol de alta graduación y al tabaco, o la subasta de medicamentos tal y como hacemos en Andalucía. Todo lo que haga falta, Sr Rajoy, menos una nueva receta de “jarabe de palo” para las familias, trabajadores y pensionistas.
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