La Universidad: Inversión Productiva

El compromiso de los socialistas con el mundo universitario es irrenunciable y se traduce en hechos. Los salvajes recortes impuestos por el Gobierno del PP en el sistema educativo español, como en los demás los sectores públicos, han encontrado en la Junta de Andalucía la réplica oportuna gracias al compromiso y sentido de la responsabilidad de los rectores andaluces, que han sabido tomar medidas inteligentes.


En Andalucía la docencia y la investigación están aseguradas en nuestros campus. A pesar de las limitaciones financieras y presupuestarias que nos vienen impuestas, no hemos retrocedido ni un paso en la oferta formativa para nuestros jóvenes. El Gobierno de Griñán ha puesto sobre la mesa el Sistema Andaluz del Conocimiento, un modelo de crecimiento formativo e investigador que será la clave para la recuperación económica y la vuelta a la senda del crecimiento. Andalucía es la única comunidad autónoma que aplica un precio único en primeras y segundas matrículas, sin distinción por ramas de conocimiento, frente a subidas como las aplicadas en la Comunidad Valenciana que alcanzan el 33%. A diferencia de lo que hace el PP, los socialistas sabemos cuál es la diferencia entre gasto e inversión.

Por eso me siento legítimamente orgulloso al saber que en este curso recién iniciado las Universidades andaluzas han experimentado un incremento medio del 3% en las matrículas. Algo habrá tenido que ver en ello la apuesta del Gobierno andaluz por mejorar la eficiencia de los recursos en las prestaciones de los servicios, repartiendo adecuadamente los ajustes económicos impuestos, de manera que se proteja la igualdad de oportunidades y con ello la competitividad de los futuros graduados. La educación superior es rentable social y económicamente porque tiene un papel clave para generar empleo de calidad.

El aumento del número de jóvenes andaluces que han llegado este año por primera vez a una universidad andaluza da testimonio de la confianza que ellos y sus familias tienen en esta formación superior. Demuestra igualmente que nuestra sociedad sigue elevando su nivel formativo y con él sus expectativas para una recuperación económica y laboral más rápida.

Quisiera detenerme, para que el lector comprenda mejor esa eficiencia, en lo que ha hecho este curso nuestra UAL, como explicó su rector hace unos pocos días. Ante la imposición de un recorte presupuestario de 3,5 millones de euros, los responsables de nuestro campus no han reducido la oferta curricular o las líneas de investigación. Lo que sí han hecho es reducir la estructura organizativa del claustro y los gastos generales de funcionamiento. En cuanto al personal, habrá un ahorro de entre 2,2 y 2,4 millones con medidas que pasan por la reducción de los vicerrectorados actuales, que pasan de nueve a cinco, y la fusión entre facultades.

La Junta de Andalucía ha solicitado al Gobierno de Rajoy que las universidades puedan acogerse de forma prioritaria a los mecanismos de pago a proveedores y de suministro de liquidez. Es fundamental que se garantice la fluidez de los suministros y la liquidación de facturas para que no repercuta negativamente en el día a día de la Universidad. El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha demostrado que reducir el gasto público no significa eliminar elementos básicos del Estado de Bienestar. No es de extrañar, por tanto, que el Gobierno de Rajoy diera su aprobación a las cuentas que le presentó Andalucía porque estaban hechas desde la responsabilidad y la preservación de los objetivos sociales. Andalucía es una tierra con enorme potencial investigador. Esta es una afirmación avalada por la existencia de más de 2.000 grupos de trabajo que reúnen a unos 30.000 investigadores, de los que la mayoría trabajan en nuestras universidades. Son cifras impresionantes que justifican por sí mismas la decisión de la Junta de Andalucía de proporcionar el respaldo económico necesario para su continuidad y crecimiento. La investigación es imprescindible para la innovación y la competitividad. O dicho de otra forma, es la garantía de que Andalucía seguirá en la primera línea del progreso científico aplicado al bienestar de sus ciudadanos.