Han pasado ya casi seis meses de las lluvias torrenciales que se registraron en la provincia de Almería a finales del pasado verano y son muchos los que se preguntan – familias, comercios y Ayuntamientos afectados – cuándo llegarán las ayudas prometidas por el Gobierno del Partido Popular a pie de fango, del provocado por las lluvias y del político. De este último, los dirigentes populares dieron toda una lección de fotografías, buenas palabras y furibundos ataques a la Junta de Andalucía. Claro que las mentiras y los engaños, como se dice popularmente, tienen las patas muy cortas y el tiempo, que da y quita razones, también lo dice el refranero, le ha devuelto con la misma contundencia toda su atroz voracidad política.
El Grupo parlamentario socialista de Almería ha pedido la comparecencia de hasta seis ministros, incluida la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, para que den explicaciones sobre el insufrible retraso de las ayudas a los afectados por el temporal, habida cuenta de que el Ejecutivo de Rajoy no ha puesto sobre la mesa todavía ni un solo euro de esas ayudas comprometidas. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, ha perdido ya esta semana una oportunidad estupenda de explicarse a preguntas de nuestra diputada Consuelo Rumí. Sin embargo, en lugar de contestar prefirió hacer como si no la hubiese oído. Su silencio no es solo una falta de respeto a la oposición sino una tomadura de pelo al millar de familias que esperan esas ayudas que no llegan.
La Diputación provincial, gobernada también por el Partido Popular, tiene así mismo cuentas pendientes con las comarcas afectadas por las lluvias. Por eso le hemos pedido que ponga en marcha, cuanto antes, una campaña de promoción turística de manera inmediata con el objetivo de atraer a más turistas, tanto en vísperas de la llegada de la Semana Santa como de cara al próximo verano, lo que supondría un revulsivo económico para esta zona, que aún sigue sin recuperarse por completo de las consecuencias que tuvo el temporal de septiembre.
La Junta de Andalucía sí ha hecho sus deberes, destinando cerca de 14 millones de euros al arreglo de caminos, carreteras y cauces y aprobando una inversión de 18 millones de euros para las obras de restitución de las infraestructuras de abastecimiento, riego y presas que resultaron dañadas por las fuertes precipitaciones. El Gobierno andaluz ha demostrado con hechos sus compromisos. Otros, en cambio, solo se han dedicado a vender humo de todos los colores. Y en esas siguen.
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