El Partido Popular está demostrando no solo con palabras sino también con hechos la estrategia de abandono y de discriminación que está practicando el Gobierno de Rajoy hacia nuestra provincia. Lo hemos comprobado en las últimas semanas en al menos tres asuntos que consideramos fundamentales para nuestra tierra: la agricultura, las comunicaciones por ferrocarril y la investigación.
Los dirigentes populares, tan correosos antes de las elecciones generales y autonómicas - especialmente a través de su cabeza de lista a las autonómicas, Javier Arenas, al que no se le ve el pelo por aquí, siendo parlamentario por esta tierra- exprimieron en votos a la provincia y una vez que le sacaron ese rendimiento, que es lo único que les importaba, han pasado a una actitud de de abandono, de desprecio y de una absoluta falta de apuesta por esta provincia.
Los ciudadanos se preguntan dónde están ahora todas las promesas que se les hicieron, todas esas fotografías sacadas a pie de vía de tren, junto a los agricultores o calzándose las botas de agua cuando tocaba exigir obras en la Balsa del Sapo. Javier Arenas, el desaparecido, y sus compañeros en Almería y Madrid, tienen tantas cuentas pendientes con esta provincia que la factura de incumplimientos amenaza con hacerles fregar todos los platos de la comanda.
Con los votos de los almerienses también se han llevado el futuro de esta tierra a la que ningunean y olvidan desde todos los frentes posibles. Es de una desvergüenza absoluta el desinterés que están demostrando con el sector agrícola que tantos problemas padeció durante la anterior campaña. El Gobierno central, con el ministro Arias Cañete a la cabeza, a pesar de las justas reivindicaciones de las organizaciones agrarias, no parece decidido a rectificar para incluir al sector de frutas y hortalizas de la provincia en la rebaja fiscal de 2012, que sí va a beneficiar a otros sectores agrícolas que se vieron afectados, de la misma manera, por circunstancias excepcionales que incidieron negativamente en su rendimiento.
También en las últimas semanas hemos tenido que asistir a otro desplante incomprensible al comprobar que el Puerto de Almería no está incluido en el primer reparto presupuestario para la Red Transeuropea de Transportes por la ineficacia de un Gobierno que no ha sabido o no ha querido negociar con la Comisión Europea que Almería apareciera en el mapa de estas infraestructuras, que suponen engancharse al futuro o quedarse anclado al pasado. Nuestro Puerto necesita un apoyo claro y contundente por parte del Ejecutivo de Rajoy para seguir siendo competitivo y también es necesaria una apuesta clara y contundente por la inclusión del puerto de Almería en el Corredor del Mediterráneo.
El último de los agravios – esperamos que sea, efectivamente el último – se ha consumado con el Observatorio de Calar Alto a través de un recorte del 67 por ciento en los presupuestos de este año y las exiguas cantidades asignadas para los próximos, lo que en la práctica supone un cierre encubierto de estas instalaciones y el despido de muchos de los profesionales que trabajan en este Centro. Desperdiciar, arrinconar, tanto talento y tanto trabajo solo se entiende desde el desprecio y el desconocimiento que destila el Partido Popular por todo lo que no signifique negocio puro y duro.
El “sobre-cogido” Partido Popular, que eleva a la Junta todos los males que ocurren en este mundo, ha de ser consciente de que ese burdo argumento ya no le vale. Ya nadie se cree los “patadones” hacia adelante que dan los dirigentes populares para quitarse de en medio y para no responsabilizarse de ninguna de las cuestiones que son de su competencia. Porque, si finalmente no tienen competencias en nada o no quieren tenerlas, tendremos que concluir que son unos grandes incompetentes.
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