Los pensionistas vuelven a estar en la diana de la indignidad y la humillación a la que nos tiene acostumbrados el Partido Popular cuando se trata de atacar sin miramientos a los colectivos más desfavorecidos. Esta es la verdadera cara de la derecha española, ajena por completo a la realidad social y a la que no le importa repercutir su nefasta política económica sobre las personas que se encuentran en una situación de debilidad. El Gobierno de Rajoy, que aprobó una amnistía fiscal a favor de los poderosos, que lavaron millones de euros a costa del resto de los ciudadanos, es sin embargo incapaz de arbitrar medidas que garanticen que nuestros mayores, que se han ganado su paga con mucho esfuerzo, tengan las suficientes garantías económicas.
El PSOE, ante esta nueva injusticia, ha pedido esta semana al Ejecutivo del PP la retirada de su indecente propuesta sobre pensiones, porque supone una congelación real y permanente de las retribuciones que reciben los pensionistas, puesto que en la práctica supone una disminución progresiva y constante de su poder adquisitivo.
La fórmula que plantea el Gobierno solo permitirá una revalorización de 0,25 puntos en las pensiones españolas, de forma que, al ritmo actual, podríamos llegar a una pérdida real del poder adquisitivo de las pensiones de casi el 20% en los próximos 10 años. Un autentico drama social de una desfachatez sin precedentes.
Los socialistas defendemos el sistema de pensiones que recoge nuestra Constitución para salvaguardar un régimen público, con pensiones adecuadas y que periódicamente se actualizan, para con ello garantizar la suficiencia de las pensiones de nuestros mayores.
Es indigno que el Gobierno plantee este cambio de modelo, ya que, sin decirlo, pretende abrir espacio a los modelos privados de pensiones, a costa del público y utilizando un factor de sostenibilidad – otro eufemismo para apretar aún más a los pensionistas - que lo que pretende es eliminar la revalorización de las pensiones y reducir progresivamente y constantemente la capacidad de compra de alimentos, ropa o de acceso a servicios de los pensionistas. Este es el verdadero objetivo que plantea el Gobierno con su reforma.
El PSOE defiende el factor de sostenibilidad que se aprobó en la ley anterior y que entraría en vigor en 2027: Un factor que no reduzca la pensión, que tenga en cuenta, además de la cuantía de la pensión, la edad de jubilación, el tipo de cotización, los ingresos del sistema… es decir, que tuviera en cuenta un conjunto de parámetros esenciales. En lo que no estamos de acuerdo de ninguna de las maneras es en que el factor de sostenibilidad tenga que ser diseñado haciendo que todos los cambios en la esperanza de vida reduzcan la pensión.
Este modelo perverso que pretende implantar el PP nos conduce a una sociedad tremendamente injusta, con una fractura social de incalculables consecuencias. La brecha entre ricos y pobres, en la que ha abundado Mariano Rajoy desde su despacho de la Moncloa, determinará en muchos casos ya no solo el nivel asistencial en igualdad de derechos sino la propia subsistencia de muchos de nuestros mayores.
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