sábado, 2 de julio de 2016

Rajoy no se puede esconder de nuevo

Quiero empezar hoy esta columna agradeciendo su voto a los 85 mil almerienses que el pasado domingo depositaron su confianza en el Partido Socialista. A todas esas mujeres y hombres que nos han apoyado, les puedo asegurar que el PSOE de Almería utilizará ese voto para salvaguardar los intereses de nuestra provincia en todas y cada una de las cuestiones que hemos planteado durante la pasada campaña electoral. Defenderemos, en ese sentido y de manera prioritaria, la necesidad de que el Gobierno central apruebe un plan de empleo para Andalucía, del que se pueda beneficiar Almería, y asuntos tan vitales para nuestra tierra como la agricultura o la mejora de las infraestructuras ferroviarias.

Refrendamos, por lo tanto, nuestro compromiso con Almería, desde el primer minuto, y nos ponemos a disposición de los almerienses para todo aquello en lo que podamos ser útiles; porque esa es la razón de ser de la política y de los políticos: mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y evitar, tal y como le ha ocurrido a los representantes del Partido Popular, que nuestro paso por las Cortes sea meramente testimonial. Sonia Ferrer, Juan Jiménez y Juan Carlos Pérez Navas, como representantes electos en el Congreso y en el Senado, ya trabajan para que nuestra provincia salga ganando en esta nueva legislatura.

Los socialistas, en cualquier caso, no podemos estar satisfechos con los resultados obtenidos ni en Almería – donde hemos bajado en votos aunque no en representación parlamentaria- ni en Andalucía, ni en el conjunto de España. Los resultados, efectivamente, no son buenos. El PSOE siempre ha sido un partido de gobierno y de grandes mayorías, que ha cambiado España de abajo arriba, consiguiendo que en este país la calidad de vida, los derechos y las libertades fueran mayores. Por eso, debemos aprovechar este tiempo en el que estaremos en la oposición, porque ahí nos han puesto los ciudadanos, para enriquecer nuestro proyecto y volver a ser una alternativa sólida para la gente.

En la provincia de Almería, al igual que ha podido ocurrir en buena parte de Andalucía o España, es evidente que ha ganado el voto del miedo promovido por Rajoy, y no un proyecto de país. En ese sentido, lo más triste de estas elecciones es que Rajoy las ha planteado desde el miedo a los populismos, no desde un programa que beneficiara al conjunto de la sociedad. Rajoy no puede olvidar - nunca podrá olvidar- que ha obtenido los votos del miedo, y esa mochila la llevará a sus espaladas el tiempo que dure la nueva legislatura.

A pesar de todo, Mariano Rajoy tiene a partir de ya la responsabilidad de buscar entre sus afines los apoyos necesarios para garantizarse la investidura y que España tenga cuanto antes un gobierno. Le corresponde a Rajoy, y solo a Rajoy, abrir ese diálogo sin esperar a que otros le hagan su trabajo, porque una nueva repetición de las elecciones, solo imputable a su inmovilismo e irresponsabilidad, sería un desastre para este país.

Lo que no puede ser, por demagógica y por extravagante, es la pretensión del líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, de situar esa responsabilidad en el PSOE. Solo basta recordar el bloqueo en el que participaron los ‘populares’ y Podemos durante 80 días para impedir que se pusiera en marcha el gobierno de Susana Díaz tras las últimas elecciones autonómicas. Además de engendrar la estrategia del miedo – cuyo resultado conocemos- el PP pretende ahora poner en marcha la del engaño y la mentira, confundiendo y sesteando para no asumir su responsabilidad. Ya les aseguro que ni el PSOE ni la ciudadanía se lo va a permitir.


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