Concluimos una campaña electoral en la que los socialistas hemos hablado de aquello que siempre dijimos que íbamos a hablar: de Almería, de Andalucía, de nuestra tierra. De la tierra de García Lorca, Machado, Velázquez, Picasso, Camarón, Tomatito, María Zambrano, Carmen de Burgos, Nicolás Salmerón, Victorio & Lucchino, Antonio Banderas, Manuel Martín Cuenca, Ginés Morata, Pérez Siquier o David Bisbal. En definitiva, de tu tierra, de mi tierra.
En febrero de 1980, los andaluces nos ganamos nuestra autonomía por derecho propio, en el marco de la Constitución Española, lo que en el contexto actual se traduce en el derecho a tener un debate propio, con acento andaluz, en el que se hable, fundamentalmente, de propuestas y proyectos para nuestra comunidad.
A pesar de esto, en esta campaña ha habido quienes han estado todo el tiempo hablando de cosas que nada tienen que ver con Andalucía o con lo que queremos que sea Andalucía en los próximos cuatro años. Más bien parece que hay quien ha considerado estos comicios como una primera vuelta de unas futuras elecciones generales y que nuestra comunidad, en ese contexto, sólo podía aspirar a ser segundo plato.
Somos muchos y muchas los que vemos en Andalucía lo que realmente es: una tierra con un enorme potencial, que rebosa talento, emprendimiento y ganas de mostrar al mundo lo que somos. De nuestra tierra, de Almería, salen los mejores productos hortícolas con una calidad inigualable y la innovación es la principal seña de identidad de la industria de la piedra natural en los mercados internacionales.
El sector turístico de nuestra provincia está creciendo a pasos agigantados y contamos con los mejores escenarios naturales para desarrollar una incipiente industria cinematográfica. La realidad es que tenemos excelentes profesionales en todos los ámbitos de la sociedad. Todo esto es Almería y es Andalucía, pero también somos ilusión, esperanza y alegría —todo eso que nos echan en cara, como si se tratase de algo reprochable—, porque únicamente con esa actitud una sociedad moderna puede afrontar todos los retos que tiene por delante.
Empeñados, como están algunos, en desprestigiar la política y de paso a nuestra tierra, a otros nos toca reivindicarla, salvarla del enorme ruido que generan a diario los que no quieren oír, no quieren escuchar o no quieren ver; de aquellos que, sobre todo, sólo quieren oírse, escucharse o verse a sí mismos.
La política es la única herramienta con que contamos para solucionar los problemas de la gente. El ámbito político es en el que se toman las decisiones que luego repercuten en nuestra vida. Es importante que todos los que aspiramos a representar a la sociedad tengamos esa idea en mente, la del servicio público, y también es fundamental que todos los almerienses y todos los andaluces tomemos la voz y participemos en una jornada tan decisiva como la que tenemos por delante.
En febrero de 1980, los andaluces nos ganamos nuestra autonomía por derecho propio, en el marco de la Constitución Española, lo que en el contexto actual se traduce en el derecho a tener un debate propio, con acento andaluz, en el que se hable, fundamentalmente, de propuestas y proyectos para nuestra comunidad.
A pesar de esto, en esta campaña ha habido quienes han estado todo el tiempo hablando de cosas que nada tienen que ver con Andalucía o con lo que queremos que sea Andalucía en los próximos cuatro años. Más bien parece que hay quien ha considerado estos comicios como una primera vuelta de unas futuras elecciones generales y que nuestra comunidad, en ese contexto, sólo podía aspirar a ser segundo plato.
Somos muchos y muchas los que vemos en Andalucía lo que realmente es: una tierra con un enorme potencial, que rebosa talento, emprendimiento y ganas de mostrar al mundo lo que somos. De nuestra tierra, de Almería, salen los mejores productos hortícolas con una calidad inigualable y la innovación es la principal seña de identidad de la industria de la piedra natural en los mercados internacionales.
El sector turístico de nuestra provincia está creciendo a pasos agigantados y contamos con los mejores escenarios naturales para desarrollar una incipiente industria cinematográfica. La realidad es que tenemos excelentes profesionales en todos los ámbitos de la sociedad. Todo esto es Almería y es Andalucía, pero también somos ilusión, esperanza y alegría —todo eso que nos echan en cara, como si se tratase de algo reprochable—, porque únicamente con esa actitud una sociedad moderna puede afrontar todos los retos que tiene por delante.
Empeñados, como están algunos, en desprestigiar la política y de paso a nuestra tierra, a otros nos toca reivindicarla, salvarla del enorme ruido que generan a diario los que no quieren oír, no quieren escuchar o no quieren ver; de aquellos que, sobre todo, sólo quieren oírse, escucharse o verse a sí mismos.
La política es la única herramienta con que contamos para solucionar los problemas de la gente. El ámbito político es en el que se toman las decisiones que luego repercuten en nuestra vida. Es importante que todos los que aspiramos a representar a la sociedad tengamos esa idea en mente, la del servicio público, y también es fundamental que todos los almerienses y todos los andaluces tomemos la voz y participemos en una jornada tan decisiva como la que tenemos por delante.
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