En estos días, el Partido Popular y Ciudadanos han cumplido su primer año al frente del Gobierno andaluz. Su llegada al Palacio de San Telmo, sede del Gobierno de la Junta de Andalucía, se produjo gracias al apoyo de Vox –conviene no olvidarlo– y después de una campaña electoral en la que habían prometido 600.000 nuevos puestos de trabajo, mejoras en la sanidad, la educación y la dependencia, la famosa bajada masiva de impuestos…
Tras aquella música celestial, el golpe contra la realidad ha sido tremendo. PP y Cs recibieron en herencia una comunidad autónoma cuya economía crecía, de media, un 2,6% anual. Entre 2013 y 2018, se crearon 460.000 puestos de trabajo. Frente a ello, el gobierno de las derechas lo único que ha conseguido en este último año ha sido destruir 77.000 empleos.
De la bajada masiva de impuestos, al PP se le olvidó advertirnos de que sólo iba a beneficiar a los 300 andaluces más ricos, que son los que, a día de hoy, están pagando menos impuestos que hace un año. Los demás, el común de los andaluces, no sólo no hemos tenido ninguna rebaja, sino que estamos pagando, de media, 100 euros más de impuestos al año.
En cuanto a los servicios públicos, no sólo no han mejorado, sino que están mucho peor. En materia sanitaria, las esperas han aumentado. Según datos del Ministerio de Sanidad, los andaluces son los pacientes españoles que más tardan en ser operados: 164 días de media, lo que supone 49 días más que la media nacional y 77 días más que con el gobierno socialista. En Almería, en sólo uno de nuestros hospitales hay 1.500 personas más a la espera de ser operadas que hace un año.
Tampoco se han cumplido las promesas que les hicieron a los profesionales sanitarios y éstos trabajan hoy en peores condiciones que hace un año. Por poner un ejemplo, las Urgencias del Hospital de La Inmaculada han pasado de tener 22 médicos a sólo 9.
También se ha producido un retroceso importante en dependencia, con un aumento de 1.500 en el número de almerienses que están esperando una resolución de la Junta de Andalucía para ser atendidas.
En cuanto a la educación, con el gobierno de las derechas hay 700 plazas menos de oferta pública para profesores que las que el gobierno anterior pactó con los sindicatos, 2.500 docentes interinos se han ido a la calle y se han cerrado aulas de infantil y primaria por toda la comunidad. En nuestra provincia, hoy tenemos 11 unidades educativas menos y un colegio cerrado en Tahal.
En materia de infraestructuras, finalmente, sólo están cumpliendo a trancas y barrancas con algunos de los proyectos que que el anterior gobierno dejó programados. En Almería tenemos como ejemplos el Hospital Materno-Infantil, que ya tenía que estar abierto; el acelerador lineal de Torrecárdenas, que debía haber estado operativo en el primer trimestre del año; la Autovía del Almanzora, en la que sólo se ha adjudicado el tramo que el anterior gobierno dejó licitado; o la depuradora de Cuevas del Almanzora y el Conservatorio de Danza, que podían haberse iniciado ya pero se han dejado para el año que viene.
De otros proyectos nada hemos vuelto a saber. Es el caso del nuevo hospital de Roquetas, la ampliación del Hospital de Poniente, el nuevo centro de atención primaria de Huércal-Overa o los centros educativos previstos en El Ejido y Viator.
En definitiva, el Gobierno del cambio ha sido el del cambio a peor. Hemos perdido un año, un año en blanco para la provincia de Almería. De los 52 martes –que es cuando se celebra Consejo de Gobierno– que hemos vivido con PP y Cs al frente de la Junta, han desperdiciado 52. No han sacado adelante ninguna ley, únicamente la de presupuestos, sumiendo a la comunidad autónoma en la parálisis y el caos. Han sido 52 martes al sol, con un gobierno que sólo está a verlas venir.
Tras aquella música celestial, el golpe contra la realidad ha sido tremendo. PP y Cs recibieron en herencia una comunidad autónoma cuya economía crecía, de media, un 2,6% anual. Entre 2013 y 2018, se crearon 460.000 puestos de trabajo. Frente a ello, el gobierno de las derechas lo único que ha conseguido en este último año ha sido destruir 77.000 empleos.
De la bajada masiva de impuestos, al PP se le olvidó advertirnos de que sólo iba a beneficiar a los 300 andaluces más ricos, que son los que, a día de hoy, están pagando menos impuestos que hace un año. Los demás, el común de los andaluces, no sólo no hemos tenido ninguna rebaja, sino que estamos pagando, de media, 100 euros más de impuestos al año.
En cuanto a los servicios públicos, no sólo no han mejorado, sino que están mucho peor. En materia sanitaria, las esperas han aumentado. Según datos del Ministerio de Sanidad, los andaluces son los pacientes españoles que más tardan en ser operados: 164 días de media, lo que supone 49 días más que la media nacional y 77 días más que con el gobierno socialista. En Almería, en sólo uno de nuestros hospitales hay 1.500 personas más a la espera de ser operadas que hace un año.
Tampoco se han cumplido las promesas que les hicieron a los profesionales sanitarios y éstos trabajan hoy en peores condiciones que hace un año. Por poner un ejemplo, las Urgencias del Hospital de La Inmaculada han pasado de tener 22 médicos a sólo 9.
También se ha producido un retroceso importante en dependencia, con un aumento de 1.500 en el número de almerienses que están esperando una resolución de la Junta de Andalucía para ser atendidas.
En cuanto a la educación, con el gobierno de las derechas hay 700 plazas menos de oferta pública para profesores que las que el gobierno anterior pactó con los sindicatos, 2.500 docentes interinos se han ido a la calle y se han cerrado aulas de infantil y primaria por toda la comunidad. En nuestra provincia, hoy tenemos 11 unidades educativas menos y un colegio cerrado en Tahal.
En materia de infraestructuras, finalmente, sólo están cumpliendo a trancas y barrancas con algunos de los proyectos que que el anterior gobierno dejó programados. En Almería tenemos como ejemplos el Hospital Materno-Infantil, que ya tenía que estar abierto; el acelerador lineal de Torrecárdenas, que debía haber estado operativo en el primer trimestre del año; la Autovía del Almanzora, en la que sólo se ha adjudicado el tramo que el anterior gobierno dejó licitado; o la depuradora de Cuevas del Almanzora y el Conservatorio de Danza, que podían haberse iniciado ya pero se han dejado para el año que viene.
De otros proyectos nada hemos vuelto a saber. Es el caso del nuevo hospital de Roquetas, la ampliación del Hospital de Poniente, el nuevo centro de atención primaria de Huércal-Overa o los centros educativos previstos en El Ejido y Viator.
En definitiva, el Gobierno del cambio ha sido el del cambio a peor. Hemos perdido un año, un año en blanco para la provincia de Almería. De los 52 martes –que es cuando se celebra Consejo de Gobierno– que hemos vivido con PP y Cs al frente de la Junta, han desperdiciado 52. No han sacado adelante ninguna ley, únicamente la de presupuestos, sumiendo a la comunidad autónoma en la parálisis y el caos. Han sido 52 martes al sol, con un gobierno que sólo está a verlas venir.
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