Los cambios que en las últimas décadas hemos alcanzado en Andalucía suponen un estímulo para afrontar con ilusión lo que el futuro nos deparará a todos los andaluces y andaluzas.
Los esfuerzos colectivos de los ciudadanos en Andalucía, junto a las administraciones públicas, han permitido que vivamos mejor, con mejores servicios y prestaciones públicas, con mejores equipamientos y con servicios sanitarios y educativos públicos, gratuitos y de calidad, entre otros.
Saber valorar estos avances no nos hace perder el compromiso con nuestra tierra para continuar con paso firme mejorando, sin caer en la autocomplacencia pero tampoco con complejos de inferioridad, porque Andalucía partió de una línea de salida mucho más lejana en la carrera del progreso que otras Comunidades españolas, pero se ha puesto pronto a la cabeza en muchos aspectos como la innovación, la investigación, la gestión de la sanidad pública, la educación o los servicios sociales.
Aunque, interesadamente, desde la derecha se envían con cierta asiduidad mensajes negativos sobre la realidad de Andalucía basados en tópicos que ya no se cree nadie, los andaluces sabemos perfectamente cuánto hay de falso e injusto en estos mensajes.
¿Qué nos puede enseñar de los servicios sociales a Andalucía la presidenta de Castilla-La Mancha, que está cerrando centros de atención a dependientes y a víctimas de violencia de género? ¿Qué lección nos va a dar la presidenta de la Comunidad de Madrid, que está privatizando hospitales, recortando los presupuestos de la educación pública a golpe de tijeretazo y despidiendo a miles de profesores?
Los ciudadanos de Almería y de Andalucía tenemos la suerte de contar con profesionales que son verdaderos luchadores por la salud de la sociedad y con una red de instalaciones sanitarias públicas que año a año se ha ido ampliando y mejorando. Y contamos con una red de servicios sociales públicos tan amplia y efectiva que está sirviendo de ejemplo a los países europeos vecinos.
Los andaluces sabemos reconocer los méritos de la sociedad en la que vivimos. Somos un pueblo más preparado, comprometido con nuestra tierra, que ha venido realizando un esfuerzo continuado por mejorar, que se ha ganado a pulso un catálogo de derechos sociales de los más avanzados de España y Europa. Y vamos a poner todo de nuestra parte para lograr una transformación aún más profunda y rápida de nuestra Comunidad, gracias al trabajo que hacemos cada uno de nosotros, día a día.
La dignidad está en la voz de nuestro pueblo, tenemos mucho que aportar, merecemos, después de décadas de olvido, que se nos reconozcan los méritos. Podemos estar orgullosos, como almerienses, de ser parte de un colectivo, de un sentimiento y de una forma de ser que hacen de Andalucía un ejemplo para el resto de las comunidades españolas.
Los esfuerzos colectivos de los ciudadanos en Andalucía, junto a las administraciones públicas, han permitido que vivamos mejor, con mejores servicios y prestaciones públicas, con mejores equipamientos y con servicios sanitarios y educativos públicos, gratuitos y de calidad, entre otros.
Saber valorar estos avances no nos hace perder el compromiso con nuestra tierra para continuar con paso firme mejorando, sin caer en la autocomplacencia pero tampoco con complejos de inferioridad, porque Andalucía partió de una línea de salida mucho más lejana en la carrera del progreso que otras Comunidades españolas, pero se ha puesto pronto a la cabeza en muchos aspectos como la innovación, la investigación, la gestión de la sanidad pública, la educación o los servicios sociales.
Aunque, interesadamente, desde la derecha se envían con cierta asiduidad mensajes negativos sobre la realidad de Andalucía basados en tópicos que ya no se cree nadie, los andaluces sabemos perfectamente cuánto hay de falso e injusto en estos mensajes.
¿Qué nos puede enseñar de los servicios sociales a Andalucía la presidenta de Castilla-La Mancha, que está cerrando centros de atención a dependientes y a víctimas de violencia de género? ¿Qué lección nos va a dar la presidenta de la Comunidad de Madrid, que está privatizando hospitales, recortando los presupuestos de la educación pública a golpe de tijeretazo y despidiendo a miles de profesores?
Los ciudadanos de Almería y de Andalucía tenemos la suerte de contar con profesionales que son verdaderos luchadores por la salud de la sociedad y con una red de instalaciones sanitarias públicas que año a año se ha ido ampliando y mejorando. Y contamos con una red de servicios sociales públicos tan amplia y efectiva que está sirviendo de ejemplo a los países europeos vecinos.
Los andaluces sabemos reconocer los méritos de la sociedad en la que vivimos. Somos un pueblo más preparado, comprometido con nuestra tierra, que ha venido realizando un esfuerzo continuado por mejorar, que se ha ganado a pulso un catálogo de derechos sociales de los más avanzados de España y Europa. Y vamos a poner todo de nuestra parte para lograr una transformación aún más profunda y rápida de nuestra Comunidad, gracias al trabajo que hacemos cada uno de nosotros, día a día.
La dignidad está en la voz de nuestro pueblo, tenemos mucho que aportar, merecemos, después de décadas de olvido, que se nos reconozcan los méritos. Podemos estar orgullosos, como almerienses, de ser parte de un colectivo, de un sentimiento y de una forma de ser que hacen de Andalucía un ejemplo para el resto de las comunidades españolas.
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