La comunidad autónoma andaluza recibirá en 2012 un total de 1.851,91 millones de euros, un 37,6 por ciento menos que en 2011, lo que supone que por primera vez desde la reforma del Estatuto de Autonomía se incumple con la Disposición Adicional Tercera, que establece que la inversión del Estado debe ajustarse al peso poblacional de Andalucía en el conjunto de España. Queda, por lo tanto, muy claro por qué Mariano Rajoy ha estado escondiendo los Presupuestos y por qué Javier Arenas le pedía que no los aprobara hasta que pasaran las elecciones en Andalucía. Todas las excusas, las medias verdades, los engaños, han quedado al descubierto, perpetrando una monumental estafa a los ciudadanos andaluces y almerienses.
Estos Presupuestos son injustos, socialmente inadmisibles y auguran más recesión y más paro, dado que incluso rebajan la partida para políticas activas de empleo. Sube la luz un 7%, el gas un 5%, no hay impuesto para las grandes fortunas pero a cambio sí hay una amnistía para los grandes defraudadores.
Estas medidas contrastan, además, con la bajada en la inversión en educación -la partida de becas y ayudas al estudio pierde más de 166 millones de euros- la eliminación del plan para crear plazas de guardería y con el recorte al que se someten las partidas destinadas a dependencia, lo que repercutirá de manera grave en Andalucía y especialmente en Almería; una provincia que es todo un referente en la aplicación de este derecho.
Los Presupuestos Generales del Estado para la provincia de Almería se reducen de manera drástica en 2012 con una inversión total en torno a los 270 millones de euros, un 42 % menos que en 2011. Existen obras significativas que no tienen reflejo en estos Presupuestos como las del Túnel de la Balsa del Sapo, de las que el diputado del PP, Rafael Hernando, ha demostrado, con sus declaraciones, tener un profundo desconocimiento y una nula preocupación.
El Gobierno destina cero euros a Almería en las inversiones del 1% cultural, con lo que el Partido Popular nos tendrá que explicar qué va a pasar con la segunda fase del Cable Inglés o la rehabilitación de la muralla norte de la Alcazaba, monumento al que prestó especial interés Javier Arenas durante la campaña electoral y dónde el PP se dispone a aplicar aquello de “si te he visto, no me acuerdo”.
El presupuesto del Ministerio de Agricultura se reduce también considerablemente en las partidas destinas a la modernización de regadíos. En 2011 la inversión fue de 28,9 millones de euro y el Gobierno de Rajoy la ha reducido a 5,1 millones de euros en 2012. Tras la negativa del Gobierno a compensar a los productores por el acuerdo con Marruecos, el PP vuelve a meter “el dedo en el ojo” a la agricultura almeriense, a la que desprecia una vez más.
Con respecto a la partida para el Corredor Mediterráneo, el año pasado se presupuestaron 261,7 millones y este año 2012 se queda en 132,7, por lo que mucho nos tememos que el descenso en la inversión responderá a una ralentización de la obra y a menos empleo.
Mención aparte merece el desistimiento que ha realizado no ya el Gobierno de Rajoy sino el propio Alcalde de Almería del proyecto de soterramiento de las vías del tren en la ciudad, lo que en la práctica imposibilita cerrar la herida que divide la ciudad, aniquilar las posibilidades de crecimiento del Puerto y desdeñar una obra que hubiera generado centenares de puestos de trabajo.
El grado de frustración de los españoles, de los almerienses, con el Ejecutivo de Rajoy se ha situado en tan solo unos meses a la altura de las expectativas que creó el Partido Popular antes de las elecciones. Los ciudadanos asisten atónitos a los recortes, a las mentiras, a la injusticia social y a la ineficacia de este Gobierno, que está condenando a este país y a nuestra provincia al mayor retroceso de la historia.
Estos Presupuestos son injustos, socialmente inadmisibles y auguran más recesión y más paro, dado que incluso rebajan la partida para políticas activas de empleo. Sube la luz un 7%, el gas un 5%, no hay impuesto para las grandes fortunas pero a cambio sí hay una amnistía para los grandes defraudadores.
Estas medidas contrastan, además, con la bajada en la inversión en educación -la partida de becas y ayudas al estudio pierde más de 166 millones de euros- la eliminación del plan para crear plazas de guardería y con el recorte al que se someten las partidas destinadas a dependencia, lo que repercutirá de manera grave en Andalucía y especialmente en Almería; una provincia que es todo un referente en la aplicación de este derecho.
Los Presupuestos Generales del Estado para la provincia de Almería se reducen de manera drástica en 2012 con una inversión total en torno a los 270 millones de euros, un 42 % menos que en 2011. Existen obras significativas que no tienen reflejo en estos Presupuestos como las del Túnel de la Balsa del Sapo, de las que el diputado del PP, Rafael Hernando, ha demostrado, con sus declaraciones, tener un profundo desconocimiento y una nula preocupación.
El Gobierno destina cero euros a Almería en las inversiones del 1% cultural, con lo que el Partido Popular nos tendrá que explicar qué va a pasar con la segunda fase del Cable Inglés o la rehabilitación de la muralla norte de la Alcazaba, monumento al que prestó especial interés Javier Arenas durante la campaña electoral y dónde el PP se dispone a aplicar aquello de “si te he visto, no me acuerdo”.
El presupuesto del Ministerio de Agricultura se reduce también considerablemente en las partidas destinas a la modernización de regadíos. En 2011 la inversión fue de 28,9 millones de euro y el Gobierno de Rajoy la ha reducido a 5,1 millones de euros en 2012. Tras la negativa del Gobierno a compensar a los productores por el acuerdo con Marruecos, el PP vuelve a meter “el dedo en el ojo” a la agricultura almeriense, a la que desprecia una vez más.
Con respecto a la partida para el Corredor Mediterráneo, el año pasado se presupuestaron 261,7 millones y este año 2012 se queda en 132,7, por lo que mucho nos tememos que el descenso en la inversión responderá a una ralentización de la obra y a menos empleo.
Mención aparte merece el desistimiento que ha realizado no ya el Gobierno de Rajoy sino el propio Alcalde de Almería del proyecto de soterramiento de las vías del tren en la ciudad, lo que en la práctica imposibilita cerrar la herida que divide la ciudad, aniquilar las posibilidades de crecimiento del Puerto y desdeñar una obra que hubiera generado centenares de puestos de trabajo.
El grado de frustración de los españoles, de los almerienses, con el Ejecutivo de Rajoy se ha situado en tan solo unos meses a la altura de las expectativas que creó el Partido Popular antes de las elecciones. Los ciudadanos asisten atónitos a los recortes, a las mentiras, a la injusticia social y a la ineficacia de este Gobierno, que está condenando a este país y a nuestra provincia al mayor retroceso de la historia.
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