Uno de los principios que debe de regir la actividad política debe de pasar ineludiblemente por mantener los mismos ideales y planteamientos sea cual sea el foro o el lugar en el que los ciudadanos hayan decidido que estemos. Sin embargo, comienza a ser muy común que el Partido Popular diga una cosa cuando está en la oposición y la contraria cuando gobierna. Es lo que comúnmente conocemos como doble vara de medir: la que yo quiero y me gusta y la que no quiero pero me sirve para atizar al contrario, al gobierno o a la oposición, según toque.
Uno de los ejemplos más claros lo hemos vivido durante estos días pasados, y lo que te rondaré, morena, a cuenta del Hotel del Algarrobico. Primero, desde el municipio de Carboneras el PP abonó el terreno, luego el presidente de la Diputación y alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat -que sabe de estos temas inmobiliarios un montón y que con las cuentas “tiesas” ¿quién dijo crisis? anuncia la construcción del edificio más costoso que nunca antes edificó la Diputación - sembró la semilla de lo que debería de ser el mensaje más popular y populista. Acto seguido, su “fiel" Javier Aureliano García, ha pretendido recoger los frutos con una desafortunada defensa de lo que supondría la apertura de este hotel, ignorando todos los procedimientos judiciales que hay en curso y animando con un “arréglese” a que se solventen los problemas legales que su apertura pudieran generar. Ese “arréglese” suena tanto a tiempos pasados y oscuros…
En campaña, decían que con Arenas sería más fácil su derribo. Después de abrir las urnas, han cambiado y dicen que es mejor no tirarlo y que se abra. Que hay sentencias judiciales y juicios pendientes pues "arréglese", que de eso el Presidente del Partido Popular es un buen maestro, y tiene un buen currículum en Roquetas de Mar, con el Gran Plaza, el Teatro Auditorio, la Fabriquilla, las Salinas… y muchos otros éxitos más.
También esta semana hemos podido comprobar cómo se defienden las comisiones de investigación, según donde se planteen. El PP de Arenas, pide una Comisión de investigación para el caso de los ERES, algo a lo que el Gobierno andaluz no va a poner obstáculos. Sin embargo, esta solicitud se transforma en rechazo cuando quién pide una Comisión es el partido socialista para que todos los españoles conozcan de primera mano el proceso de nacionalización y saneamiento del grupo financiero BFA-Bankia. Claro, para la derecha es más fácil exigir que dar.
Vamos con más ejemplos. El alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, se vanagloriaba ante los medios de comunicación de Almería de escribir no sé cuántas cartas al anterior Gobierno socialista para que se llevara a cabo el soterramiento integral de las vías del tren a su paso por la ciudad. Pues bien, ha sido ganar las elecciones el Partido Popular, gobernar Rajoy, verse con ellos todas las semanas en Madrid e hincar la rodilla en tierra para no “molestar” a su compañero y jefe de filas. Ahora ya el proyecto de soterramiento ni es importante, ni urgente.
Por último, me gustaría detenerme en otra clamorosa muestra de lo que les estoy diciendo. El Partido Popular de Andalucía, incapaz de defender los intereses de los andaluces ante sus compañeros de Madrid, está cuestionando las medidas que el Gobierno de PSOE e IU está tomando para evitar que se resienta la sanidad o la educación pública. Disposiciones que se están arbitrando como consecuencia de los recortes de Rajoy que nos llegan vía Presupuestos Generales del Estado y decretos ley. Y ésta sí que es la verdadera doble vara de medir, la de la injusticia que genera el PP, castigando a las personas con menos recursos, y la de la solidaridad que planteamos los socialistas, que exige sacrificios en tiempos difíciles, pero no da palos a la gente. Creo, sinceramente, que la diferencia entre una y otra no admite comparaciones.
Uno de los ejemplos más claros lo hemos vivido durante estos días pasados, y lo que te rondaré, morena, a cuenta del Hotel del Algarrobico. Primero, desde el municipio de Carboneras el PP abonó el terreno, luego el presidente de la Diputación y alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat -que sabe de estos temas inmobiliarios un montón y que con las cuentas “tiesas” ¿quién dijo crisis? anuncia la construcción del edificio más costoso que nunca antes edificó la Diputación - sembró la semilla de lo que debería de ser el mensaje más popular y populista. Acto seguido, su “fiel" Javier Aureliano García, ha pretendido recoger los frutos con una desafortunada defensa de lo que supondría la apertura de este hotel, ignorando todos los procedimientos judiciales que hay en curso y animando con un “arréglese” a que se solventen los problemas legales que su apertura pudieran generar. Ese “arréglese” suena tanto a tiempos pasados y oscuros…
En campaña, decían que con Arenas sería más fácil su derribo. Después de abrir las urnas, han cambiado y dicen que es mejor no tirarlo y que se abra. Que hay sentencias judiciales y juicios pendientes pues "arréglese", que de eso el Presidente del Partido Popular es un buen maestro, y tiene un buen currículum en Roquetas de Mar, con el Gran Plaza, el Teatro Auditorio, la Fabriquilla, las Salinas… y muchos otros éxitos más.
También esta semana hemos podido comprobar cómo se defienden las comisiones de investigación, según donde se planteen. El PP de Arenas, pide una Comisión de investigación para el caso de los ERES, algo a lo que el Gobierno andaluz no va a poner obstáculos. Sin embargo, esta solicitud se transforma en rechazo cuando quién pide una Comisión es el partido socialista para que todos los españoles conozcan de primera mano el proceso de nacionalización y saneamiento del grupo financiero BFA-Bankia. Claro, para la derecha es más fácil exigir que dar.
Vamos con más ejemplos. El alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, se vanagloriaba ante los medios de comunicación de Almería de escribir no sé cuántas cartas al anterior Gobierno socialista para que se llevara a cabo el soterramiento integral de las vías del tren a su paso por la ciudad. Pues bien, ha sido ganar las elecciones el Partido Popular, gobernar Rajoy, verse con ellos todas las semanas en Madrid e hincar la rodilla en tierra para no “molestar” a su compañero y jefe de filas. Ahora ya el proyecto de soterramiento ni es importante, ni urgente.
Por último, me gustaría detenerme en otra clamorosa muestra de lo que les estoy diciendo. El Partido Popular de Andalucía, incapaz de defender los intereses de los andaluces ante sus compañeros de Madrid, está cuestionando las medidas que el Gobierno de PSOE e IU está tomando para evitar que se resienta la sanidad o la educación pública. Disposiciones que se están arbitrando como consecuencia de los recortes de Rajoy que nos llegan vía Presupuestos Generales del Estado y decretos ley. Y ésta sí que es la verdadera doble vara de medir, la de la injusticia que genera el PP, castigando a las personas con menos recursos, y la de la solidaridad que planteamos los socialistas, que exige sacrificios en tiempos difíciles, pero no da palos a la gente. Creo, sinceramente, que la diferencia entre una y otra no admite comparaciones.
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