Esta semana nos hemos encontrado con que ya hace un año desde que Mariano Rajoy ganó las elecciones generales y se convirtió en el Presidente del Gobierno de España. El testigo que le pasó el Gobierno del PSOE era el de un país con serias dificultades, tras haber soportado más de tres años de la peor crisis financiera y económica de los últimos 50 años. Es verdad, estábamos mal pero bastante mejor que un año después, tal y como reflejan todos los indicadores.
Rajoy llegó al poder afirmando que tenía un Plan para sacar a España de la crisis, que con él se acabaría el paro y que solo con que se fuera el Gobierno del PSOE y llegara el PP, crecería la confianza en España. Todo esto, sin embargo ha resultado ser falso. España es hoy más pobre que hace un año y está hundida en la recesión. Millones de ciudadanos viven hoy peor que hace un año y nunca ha habido en nuestro país tantas personas en paro como ahora. Las cifras en nuestra provincia son demoledoras: 81.803 personas están desempleadas, 8626 más que en marzo de este mismo año cuando entró en vigor la reforma laboral. A la masiva pérdida de empleo, el Gobierno ha añadido además mayor dolor y angustia a los parados reduciendo de forma general las prestaciones por desempleo, quitándoselas a los parados de larga duración entre 45 y 55 años, y haciendo prácticamente inaccesible para la mayoría el poder acogerse al Plan Prepara. Es decir, el Gobierno de Rajoy ha puesto un drama sobre otro para aniquilar cualquier expectativa, cualquier esperanza de que los parados y paradas sobrelleven esta situación con una mínima dignidad.
Al drama del paro, Rajoy ha sumado un sufrimiento que se ha demostrado inútil con su política de recortes y ajustes que ni está sirviendo para crear empleo ni para salir de la crisis. El desmantelamiento del estado del bienestar que ha llevado a cabo el Partido Popular ha llegado a todos los rincones. De la tijera y el recorte no ha escapado ni un solo servicio público. La Sanidad ha pasado de ser un derecho a ser un sistema de aseguramiento; hay servicios que han dejado de ser gratuitos y han salido del sistema de financiación medicamentos de uso habitual que ahora hay que pagar íntegramente. Y lo más sangrante, en España, donde los pensionistas no pagaban ni un céntimo de las medicinas, Rajoy ha impuesto el copago farmacéutico.
El Partido Popular se ha empleado a fondo contra los más desfavorecidos durante este primer año de Legislatura paralizando la Ley de Dependencia, con lo que muchas personas que tenían reconocido el derecho lo han perdido de un plumazo; los cuidadores, la mayoría mujeres, se han quedado sin su cotización a la Seguridad Social y se ha reducido la cuantía por prestaciones de manera significativa. Los pensionistas, muchos de ellos y de ellas dependientes, han perdido poder adquisitivo con la subida de impuestos (IRPF e IVA) y el copago de medicinas, superando estos conceptos la subida del 1% aplicada a las pensiones.
La Educación no se ha escapado a esta destrucción masiva de derechos. Los recortes durante este año han provocado el despido de miles de profesores, la desaparición de la partida presupuestaria para la Educación Infantil y la reducción de becas. Los profesores y profesoras, todos los empleados públicos, han sufrido especialmente con este año de gobierno de Rajoy al trabajar más horas, cobrar menos, con la eliminación de la paga extra de Navidad, y reducir sus días de descanso.
El resultado de todos estos sumandos es que el Partido Popular sólo nos ha dejado en este año más pobreza, paro e incertidumbre. El año uno de Rajoy tiene como banda sonora el terrible sonido de los golpes de un martillo pilón que ha ido socavando derechos y levantando el muro de la vergüenza, el terrible muro de la desigualdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario