domingo, 26 de mayo de 2013

Del adiós o del auf wiedersehen


Que cada vez más almerienses aprenden alemán, inglés y otros idiomas no como un medio para mejorar sus posibilidades profesionales sino como única alternativa para encontrar empleo fuera de su provincia y de su país es una realidad incuestionable. Muchos de ellos encuentran en el adiós o en su traducción alemana, Auf wiedersehen, la palabra más dura para despedirse de sus familias y amigos y la que sería su favorita si pudieran decirla a un presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, si dejara su puesto en manos de alguien más preparado que no los obligara a abandonar España.


Desde que el PP gobierna este país, cerca de 5.000 almerienses han emigrado a otros estados en busca del futuro que aquí se les niega. Precisamente una cantidad similar a la de empleos que el ‘hada madrina’ de los jóvenes del PP –menuda definición que se atrevieron a asignarle-, la ministra Fátima Báñez, ha prometido esta semana a bombo y platillo para los jóvenes pero, atención, ¡en Alemania!

Incapaz de dar respuestas con una reforma laboral que se ha convertido en una trituradora de empleos, el Gobierno del PP no ha tenido mayor ocurrencia que mandar a los jóvenes de este país a trabajar a Alemania. Para eso los estamos formando como corresponde, invirtiendo ingentes cantidades de dinero en educación –cada vez menos, eso sí, gracias a las tijeras de Rajoy- para que vayan bien formados y dejen bien la imagen de España, deben de pensar. Fomentar el exilio de los jóvenes que buscan empleo es la única solución, además de la de rezar a la Virgen del Rocío, que se le ha ocurrido ofrecerles a la ministra andaluza firmando un acuerdo que, para colmo, no define bien ni la cifra global ni las condiciones en la que accederían al mercado laboral en el país teutón.

La segunda solución brillante que ha pasado por la mente de los líderes del PP en materia de empleo es también, cuanto menos, llamativa por lo injusta e inhumana. Y es que los servicios de empleo de Madrid y de Cantabria han puesto en marcha un plan de discriminación laboral por el que se prioriza a los desempleados con prestación a la hora de ofertar puestos de trabajo. Una estrategia que evidencia lo que realmente son los parados para el PP: Una carga económica y un gasto que hay que ahorrarse aunque ello suponga el sufrimiento de mucha gente.

¿Alguien del PP almeriense puede explicar, por aquello de la afinidad y el conocimiento de su propio partido, cómo funciona la mente de aquellos que deciden poner en marcha una experiencia piloto -menudos eufemismos los que se buscan- para priorizar la búsqueda de trabajo a quienes cobran prestación y no precisamente a los que ya no la tienen y se han quedado sin recurso alguno?

Quizá el más indicado para responder a esa cuestión sea el diputado nacional del PP por Almería y portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando. Debe de estar en sintonía con esos razonamientos ya que sólo eso puede explicar que, en medio de esta gran tormenta, se atreva a defender afirmaciones como que la cara más dramática del fracaso en educación es la alta tasa de paro juvenil. ¿Pero no habíamos quedado que los cualificados se tienen que ir al extranjero de la mano de Fátima Báñez? El PP está inmerso en la espiral del absurdo, lo que podría resultar hasta cómico si participásemos en una comedia y no en la película de terror en la que se ha convertido el día a día en España.

Con todas estas reflexiones sobre la mesa, que somos capaces de hacer aquellos que no nos vimos obligados a estudiar bajo las consignas ideológicas impuestas en la educación con la próxima reforma de Wert, los socialistas estamos resistiendo a los envites en Andalucía, tratando de defender la dignidad de los habitantes de esta comunidad y de esta provincia. En lugar de invitar a los jóvenes andaluces a que se vayan, unimos fuerzas para luchar contra el desempleo. No tenemos la varita mágica para solucionar el problema, esa la sigue buscando el PP tras prometerla para ganar las elecciones, pero sí toda la voluntad política para articular medidas con las que paliar la situación.

Clara muestra de esa voluntad es que Andalucía sea la única comunidad autónoma que ha puesto en marcha planes de empleo propios financiados a pulmón con los que entre 4.000 y 5.000 almerienses podrán ser contratados o que estemos reivindicando al Gobierno que deje de discriminarnos y ponga en marcha para nuestra tierra un plan especial de empleo que sí ha concedido a Canarias o Extremadura.

La creación de empleo es la prioridad absoluta de la gente y, por lo tanto, la prioridad absoluta del Gobierno de Pepe Griñán. Con acciones concretas, con inversiones específicas y con una hoja de ruta clara además de consensuada con los agentes económicos y sociales. No hay más ciego que el que no quiere ver y está claro que si Rajoy, Báñez y Hernando no quieren mirar hacia el sur desde Madrid nunca podremos salir de la oscuridad a la que nos aboca su ceguera en materia de empleo.

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