Ha pasado un año desde que la Junta de Andalucía comenzara su trabajo en la actual Legislatura después de que las urnas evidenciaran la preferencia de los ciudadanos por un gobierno de izquierdas que evitara, en la medida de sus posibilidades, el sufrimiento que ya por entonces aplicaba el PP a nivel nacional. Estos 12 meses de gestión que se cumplen hoy se recordarán, sin duda, por ser los de un gobierno de personas para las personas. El PSOE ha impulsado un gobierno progresista en un año con la ciudadanía, con sus derechos y con sus libertades.
El camino a seguir ya está marcado. Aunque no está siendo fácil debido a la asfixia económica a la que Rajoy somete a la comunidad, estamos demostrando que la salida a la crisis está en la izquierda, sin sacrificar derechos ni hipotecar el presente y el futuro de los andaluces por una crisis de la que no son responsables. La acción del Gobierno andaluz para combatir la actual situación financiera y social ha puesto en el centro de dos ejes de trabajo fundamentales a las personas, con nombres y apellidos. La primera de ellas, la creación de empleo; la segunda, su protección social.
Para generar empleo, base fundamental del desarrollo socioeconómico de la comunidad, los socialistas confiamos en el diálogo reflejado en la propuesta lanzada al conjunto de la sociedad en el Pacto por Andalucía, que tiene su extensión en la provincia en el Pacto por Almería. Sólo con el esfuerzo conjunto saldremos de esta crisis y construiremos nuestro porvenir. Ya hemos alcanzado el consenso a nivel andaluz en áreas como el turismo, la agricultura y la cultura, además de diseñar estrategias específicas con sindicatos y empresarios para 12 áreas de trabajo. A este planteamiento, hemos sumado políticas concretas de reactivación –lejos del postulado de la austeridad y la consecuente pérdida de empleo del PP- como planes de choque contra el paro, creando empleo con fondos públicos en el ámbito de infraestructuras educativas, regeneración ambiental y rehabilitación de viviendas, en los que los parados de larga duración, con cargas familiares y no beneficiarios de ningún subsidio son prioridad.
Precisamente para estos casos, en los que desgraciadamente ha caído una parte importante de la clase media andaluza, desde el PSOE también hemos articulado medidas contra la exclusión social dignas de ser resaltadas y trasladadas al conjunto del país por parte de la derecha, si estuviera más preocupada por sus ciudadanos que por el rescate a los bancos y la estabilidad de la prima de riesgo que de ellos. Por eso, las últimas medidas aprobadas por el presidente Griñán garantizan que los niños con menos recursos puedan comer tres veces al día al tiempo que se destinan otros 40 millones a la contratación por parte de los ayuntamientos de desempleados. Para evitar que los más desfavorecidos se queden en la calle por no poder pagar sus hipotecas –que quieren pagarlas pero es que la gente no puede, añado- Andalucía se ha convertido en una referencia nacional articulando la expropiación temporal por parte de la Junta de sus inmuebles embargados.
Una situación excepcional como la que atraviesa el país requiere de medidas excepcionales como las que los socialistas estamos tomando. No se puede salir de la crisis negando el derecho a la atención sanitaria a parte de la población como ha impuesto el PP –aquí nos negamos y seguimos atendiendo a los inmigrantes que ayudaron a levantar nuestra región y nuestra provincia- ni recortando en educación, ni privatizando la sanidad. Los pilares del Bienestar tienen que ser preservados y, con mucho esfuerzo –quizás Rajoy y el Ministro de Hacienda se pueden hacer una idea aunque no lo quieran admitir-, en Andalucía ni privatizamos hospitales, ni dejamos de prestar la teleasistencia o la Ley de Dependencia, ni obligamos a los pensionistas a que adelanten el repago cuando compran sus medicamentos, como sí hacen las comunidades del PP.
Tampoco permitimos que los universitarios no puedan seguir con sus estudios aumentando las tasas o que los niños dejen de contar con ayudas para el comedor escolar, sus libros de texto, las aulas matinales o el transporte escolar.
El año de la justicia social se convertirá, por mucho que le pese al PP y por mucho que sigan dejando de destinar el dinero que le corresponde a Andalucía, en la Legislatura de la resistencia y de la equidad. Y mientras defendemos los servicios públicos y a la ciudadanía, reivindicaremos ante el Gobierno de Rajoy lo que nos corresponde: Un plan de empleo específico como el que sí han dado a Extremadura o Canarias, la derogación de una Reforma Laboral que deja a los trabajadores sin empleo y sin esperanza o más financiación de la Ley de Dependencia para no acabar con ella.
Mientras que el PP no atienda a razones, seguirá siendo cómplice de la injusticia con millones de andaluces. A ellos, desde el PSOE les seguiremos diciendo que juntos, que juntas, somos más fuertes y que ha llegado la hora de que lo sigamos demostrando.
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