sábado, 22 de febrero de 2014

Dejemos de mirarnos el ombligo


Los empresarios andaluces han reconocido esta semana que Almería tiene motivos para sentirse agraviada con respecto a otras provincias debido a las deficientes infraestructuras de comunicación con las que contamos. La reflexión, realizada por el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, no deja de ser una constatación de lo que venimos denunciando los socialistas desde que gobierna el PP: Almería cerró 2013 en blanco y lleva camino de que durante 2014 tampoco veamos avances en obras tan necesarias para la provincia como la Alta Velocidad o el soterramiento de las vías del tren.


Las declaraciones del nuevo dirigente de los empresarios andaluces, Javier González de Lara, han coincidido en el tiempo con el anuncio realizado por el Ministerio de Fomento de acometer las obras del soterramiento del ferrocarril en Murcia. En un escenario similar al de Almería, la vecina ciudad ha conseguido hacer realidad un proyecto que también había conseguido un amplio consenso social en nuestra provincia. Sin embargo, aquí, el Partido Popular ha estado viéndolas venir, no ha peleado por la obra y se ha dado por vencido sin plantar la batalla que sus compañeros de Murcia sí han llevado hasta el final.

En el mismo despacho en el que la titular del Ministerio de Fomento, Ana Pastor, se reunió con una delegación del Partido Popular de Almería, encabezada por su presidente, Gabriel Amat, para darle calabazas a la provincia, unas semanas más tarde se sentó con sus homónimos de Murcia y el resultado fue completamente distinto. ¿Qué conclusiones podemos sacar de todo esto? Dos fundamentalmente: o bien, el PP de Almería flojeó de una manera vergonzosa en esa reunión o, a pesar de intentarlo, los populares de Almería no tienen ninguna capacidad de influencia en el Gobierno. También es posible que estemos ante una tercera opción, que sería la peor de todas: que lo ocurrido sea una suma de las dos primeras.

La situación actual es que el Gobierno de Rajoy tiene encerrados en un cajón, sin visos de que se vaya a licitar este año alguno, los proyectos de los tramos pendientes, a pesar de que en los Presupuestos Generales de este año aparecen 100 millones de euros para esta infraestructura. Esa misma cantidad fue presupuestada en 2013 y la realidad, reconocida por el propio Ejecutivo, es que solo se gastaron 25 millones. El escenario al que nos enfrentamos, pese al contexto de crisis que vive el país, es que tanto Murcia como Granada avanzan en la consecución del AVE mientras que nuestra provincia se ha quedado descolgada. Frente a los cerca de 500 millones que se invirtieron en esta infraestructura durante el anterior gobierno socialista y los avances que se consiguieron, el Gobierno del PP ha decidido que Almería eche el freno a esta aspiración sin ofrecer más explicaciones, plazos o alternativas.

La realidad de lo que viene ocurriendo en nuestra provincia, en cualquier caso, nos debe de llevar a recapacitar sobre el papel que todos los actores que tenemos algo que decir sobre este asunto podemos desempeñar en cada momento. Fundamentalmente, porque considero que no se avanza mirándonos de reojo o mirándonos el ombligo. Se avanza sumando esfuerzos, cada uno desde su responsabilidad, y concienciando a la sociedad de la importancia de que su voz también se oiga. En mi opinión, cada uno, desde el lugar que ocupa, puede aportar o sumar para que entre todos se avance en la mejora de las comunicaciones de la provincia de Almería.

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