sábado, 20 de diciembre de 2014

Un freno para Almería


El desarrollo económico de nuestra provincia se está viendo tremendamente condicionado por las decisiones que viene tomando el Gobierno de Rajoy, lo que está provocando que el crecimiento de sectores estratégicos como la Agricultura, el Turismo o la Piedra Natural se vea frenado y no puedan competir en igualdad de condiciones con otras provincias.

El primero de esos condicionantes lo encontramos en las infraestructuras de comunicación. Las obras de la alta velocidad se encuentran, como saben, paradas y, lo que es peor, sin una planificación a corto y medio plazo que nos permita mirar hacia el futuro con cierto optimismo.

El 9 de septiembre, la ministra de Fomento, Ana Pastor, anunciaba en el Pleno del Senado que el Ministerio de Fomento licitaría en el tercer trimestre de este año el tramo de la línea de alta velocidad entre Pulpí y Cuevas del Almanzora. Después de tres años en los que el Gobierno del PP no había dado ni un solo paso adelante para la construcción del AVE entre Almería y Murcia, la noticia fue acogida con prudencia en la provincia almeriense. Al PP, la promesa le sirvió para aflojar momentáneamente las protestas de la sociedad civil por el clamoroso olvido de esta infraestructura vital para la provincia, pero el alivio le ha durado poco. Es lo que ocurre cuando se promete y no se cumple.

A falta de poco más de una semana para que acabe el año, nada más se ha vuelto a saber de la licitación de esta obra del AVE, salvo que los tramos aún pendientes se ejecutarán en vía única. Ese ha sido el vergonzoso regalo de Navidad del Gobierno a nuestra provincia y a este ritmo, la promesa de la ministra Pastor volverá a ser una promesa incumplida, otra más que se añade a las recogidas en los Presupuestos Generales del Estado y que sistemáticamente se han ido cayendo de ese documento convertido, por obra y gracia del PP, en papel mojado.

La reflexión que hacemos desde el partido socialista es compartida por toda la sociedad almeriense. Es lo que ha ocurrido durante estos días, cuando tanto los empresarios del sector turístico de la provincia como los productores y comercializadores hortofrutícolas han levantado la voz para clamar por el perjuicio que supone para Almería el vergonzoso retraso que acumula la ejecución de esta obra.

Pese a que las quejas son generalizadas y provienen de todos los sectores de la sociedad almeriense, el Gobierno de Rajoy sigue haciendo oídos sordos. Y lo que es peor: no les basta con retrasar las obras de la alta velocidad, sino que además, cada vez que tienen la oportunidad de castigar a la provincia de Almería en cualquier asunto relativo a las infraestructuras, lo hacen.

Esta misma semana, en el Senado, el Partido Popular lo ha vuelto a hacer con un nuevo y vergonzoso no a Almería para hacer realidad la conexión del tren con el Puerto de Almería, después de que los votos en contra del partido del Gobierno hayan impedido que se apruebe una moción presentada por el Grupo Socialista para exigir al Ejecutivo de Rajoy que diera un impulso a esta infraestructura que resulta vital y estratégica para la economía almeriense.

La derecha está metiendo a nuestra provincia en un callejón sin salida y nuestra economía se está resintiendo de manera gravísima con sus decisiones. Almería, con este Gobierno, corre el riesgo de convertirse en una isla de la que es difícil salir y a la que cuesta muchísimo llegar. Por eso, la estrategia de negarnos el pan y la sal que lleva a cabo el Partido Popular es incomprensible, demoledora para los intereses de la provincia, y está ocasionando un roto a nuestra economía de incalculables consecuencias.

Confiamos en que si el Gobierno ha sido incapaz de apostar por Almería durante estos tres años de Legislatura, en su último año al frente de los designios de este país, rectifique. Esperamos que 2015 pueda ser el año de Almería y que el PP tenga la voluntad política necesaria para sacar del aislamiento a nuestra provincia.

En todo caso, y al margen de estas consideraciones, mi deseo hoy para todos los almerienses es que disfruten de estas fiestas, en la medida de sus posibilidades, y que el nuevo año sea un año de empleo y de recuperación económica para las familias.

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