Los Presupuestos Generales del Estado para 2016 han consumado una nueva traición a la provincia de Almería. Esta aseveración no es solo una impresión partidista sino el resultado del análisis que cualquier almeriense puede hacer de las cuentas del Estado. Partida a partida, descubrimos que lo que ha consignado el Ejecutivo de Rajoy para nuestra provincia durante el próximo año es un suma y sigue de todos los incumplimientos que hemos sufrido en estos calamitosos cuatro años de gobierno del Partido Popular.
Para empezar, son unos presupuestos tramposos e injustos. Es más, carecen de toda credibilidad puesto que no se ha cumplido nada de lo anunciado en los anteriores ejercicios. No se ha avanzado ni un solo metro en la mejora del ferrocarril convencional, ni en la Alta Velocidad, ni en el soterramiento o en la supresión de los peligrosos pasos a nivel que seguimos manteniendo. Tampoco en las infraestructuras eléctricas que necesitamos para nuestro desarrollo, como la línea entre Vera y Baza que el gobierno ‘popular’ ha borrado literalmente de la Planificación del Sistema Eléctrico de la Red de Transportes 2015-2020. Esta decisión supone cercenar nuestras posibilidades de crecimiento y desarrollo; eliminar cualquier expectativa empresarial que se pudiera plantear en estas comarcas – especialmente en el Almanzora- y convertir en una paradoja de difícil encaje los planes de industrialización para Andalucía a los que se ha apuntado últimamente el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla.
Ni mucho menos se han culminado – ni siquiera han comenzado- obras hídricas pendientes como la reparación de la desaladora de Palomares, en Cuevas del Almanzora; el túnel de la Balsa del Sapo; las de la estación de tratamiento de agua potable del Almanzora, presupuestada para este año, o las conducciones de agua desde Carboneras a los llanos de Tabernas que también desaparecieron de la programación, previamente establecida, tras la victoria del PP en las elecciones generales de 2011. Además, si miramos hacia la agricultura nos encontramos con que el Gobierno ha destinado la cantidad de “cero euros” a la modernización de infraestructuras agrarias. Con esa losa de incumplimientos a las espaldas con la que viaja el PP ¿quién va a creer que lo que antes no se ha hecho se vaya a hacer a partir de ahora? Supongo que nadie.
Sin embargo, una de las grandes mentiras que los propios ‘populares’ se han encargado de engordar de manera más vergonzosa ha sido la relativa a las obras del AVE. Los almerienses hemos perdido por el camino de esta legislatura más de 300 millones de euros en unas actuaciones que, por una decisión estrictamente política, no se han realizado. El dinero sí ha llegado a Galicia, por ejemplo. También a las provincias vecinas de Murcia o Granada, pero no a la de Almería. ¿Por qué? Porque simplemente el Gobierno de Rajoy y sus cómplices compañeros de Almería no han querido. Así de sencillo. Así de injusto.
Esta clamorosa injusticia tiene una enorme repercusión en nuestra provincia ya que no podremos competir en igualdad de condiciones con otros territorios. Las siete horas de tren desde Madrid no hay quien las aguante, como tampoco los prohibitivos precios que ofrecen las líneas aéreas existentes. Así, vamos camino de convertirnos en una isla dentro de la Península y como tal debería de ser nuestro tratamiento fiscal.
Los almerienses, por lo tanto, hemos pasado a ser con Rajoy una provincia no ya de segunda sino de tercera división, arrinconada y olvidada, y de la que el PP se ha reído a mandíbula batiente durante esta legislatura. Por eso, no creo que nadie pueda ni siquiera calificar de electoralistas estos presupuestos que nos han presentado para 2016. Son, simplemente, una gran mentira. Una gran burla a todo el pueblo almeriense.
Para empezar, son unos presupuestos tramposos e injustos. Es más, carecen de toda credibilidad puesto que no se ha cumplido nada de lo anunciado en los anteriores ejercicios. No se ha avanzado ni un solo metro en la mejora del ferrocarril convencional, ni en la Alta Velocidad, ni en el soterramiento o en la supresión de los peligrosos pasos a nivel que seguimos manteniendo. Tampoco en las infraestructuras eléctricas que necesitamos para nuestro desarrollo, como la línea entre Vera y Baza que el gobierno ‘popular’ ha borrado literalmente de la Planificación del Sistema Eléctrico de la Red de Transportes 2015-2020. Esta decisión supone cercenar nuestras posibilidades de crecimiento y desarrollo; eliminar cualquier expectativa empresarial que se pudiera plantear en estas comarcas – especialmente en el Almanzora- y convertir en una paradoja de difícil encaje los planes de industrialización para Andalucía a los que se ha apuntado últimamente el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla.
Ni mucho menos se han culminado – ni siquiera han comenzado- obras hídricas pendientes como la reparación de la desaladora de Palomares, en Cuevas del Almanzora; el túnel de la Balsa del Sapo; las de la estación de tratamiento de agua potable del Almanzora, presupuestada para este año, o las conducciones de agua desde Carboneras a los llanos de Tabernas que también desaparecieron de la programación, previamente establecida, tras la victoria del PP en las elecciones generales de 2011. Además, si miramos hacia la agricultura nos encontramos con que el Gobierno ha destinado la cantidad de “cero euros” a la modernización de infraestructuras agrarias. Con esa losa de incumplimientos a las espaldas con la que viaja el PP ¿quién va a creer que lo que antes no se ha hecho se vaya a hacer a partir de ahora? Supongo que nadie.
Sin embargo, una de las grandes mentiras que los propios ‘populares’ se han encargado de engordar de manera más vergonzosa ha sido la relativa a las obras del AVE. Los almerienses hemos perdido por el camino de esta legislatura más de 300 millones de euros en unas actuaciones que, por una decisión estrictamente política, no se han realizado. El dinero sí ha llegado a Galicia, por ejemplo. También a las provincias vecinas de Murcia o Granada, pero no a la de Almería. ¿Por qué? Porque simplemente el Gobierno de Rajoy y sus cómplices compañeros de Almería no han querido. Así de sencillo. Así de injusto.
Esta clamorosa injusticia tiene una enorme repercusión en nuestra provincia ya que no podremos competir en igualdad de condiciones con otros territorios. Las siete horas de tren desde Madrid no hay quien las aguante, como tampoco los prohibitivos precios que ofrecen las líneas aéreas existentes. Así, vamos camino de convertirnos en una isla dentro de la Península y como tal debería de ser nuestro tratamiento fiscal.
Los almerienses, por lo tanto, hemos pasado a ser con Rajoy una provincia no ya de segunda sino de tercera división, arrinconada y olvidada, y de la que el PP se ha reído a mandíbula batiente durante esta legislatura. Por eso, no creo que nadie pueda ni siquiera calificar de electoralistas estos presupuestos que nos han presentado para 2016. Son, simplemente, una gran mentira. Una gran burla a todo el pueblo almeriense.
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