Si bien es cierto que los almerienses hemos venido poniendo el acento en las deficiencias que presenta la provincia en materia de ferrocarril, no es menos verdad que otras infraestructuras, como las hídricas, que intervienen también de manera decisiva en nuestro desarrollo económico, han sufrido de la misma manera un imperdonable abandono durante estos cuatro años de gobierno del Partido Popular.
En unos casos, la puesta en marcha de desaladoras y, en otros, las aportaciones que recibimos procedentes de los trasvases del Negratín y del Tajo-Segura -éste último ahora en entredicho, según han denunciado los propios regantes, debido a la escasez de reservas en la cabecera del Tajo- han permitido hasta ahora que se haya garantizado, optimizando al máximo los recursos, tanto el agua de abastecimiento como la que se necesita para regar nuestros campos.
Esa foto fija del agua es, sin embargo, peor que la que teníamos en la provincia cuando Rajoy llegó al Gobierno; entre otras cosas, por lo comentado del Tajo-Segura y porque una de las desaladoras que se construyeron con el anterior gobierno socialista, la ubicada en Palomares, fue destruida por las riadas que sufrió el Levante almeriense en septiembre de 2012. Unos meses después de aquellas lluvias, concretamente en noviembre de ese año, los dirigentes provinciales del PP anunciaron una inversión de 20 millones de euros para reparar esas instalaciones. Tres años más tarde sabemos que aquella promesa, como tantas otras, ha quedado en el olvido. Esa desaladora contaba este año con una inversión de 11,6 millones de euros y, tal y como ha pasado con las obras del AVE, ese dinero no ha conseguido salir más allá del papel de los Presupuestos Generales del Estado.
Otras obras, como las de la Balsa del Sapo, han sufrido el mismo destino: han desaparecido de los presupuestos. ¿No les parece vergonzoso que el PP haya abandonado de esta manera a todos los vecinos afectados de la zona, que los haya engañado de esta manera tan burda? Hagan memoria. Todos recordamos a Javier Arenas, parlamentario del PP por esta provincia, calzado con botas de agua reivindicando- mediante un amplísimo álbum de fotos- una solución urgente, que no era otra que la del túnel de desagüe. Nada dice ahora Arenas de ese incumplimiento, como tampoco el alcalde de El Ejido, quien me imagino que alguna opinión tendrá al respecto sobre esta traición a su municipio y a los vecinos de Las Norias.
También nos ha llamado la atención que desaparezca de las cuentas del Estado para 2016 otra obra que este año contaba con presupuesto. Una más que se queda en el cajón. Para la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) del Bajo Almanzora, la inversión prevista en 2015 era de 11,8 millones de euros. Pues bien, no se ha gastado ni un céntimo y además, como digo, el PP se olvida de este proyecto el próximo año, a pesar de que resulta vital para el abastecimiento de agua potable de la comarca.
Los populares, sobre la bocina de las elecciones generales, han vuelto, además, a desempolvar la vieja estrategia de los “estudios y proyectos”, como ha sido el caso de la conducción de agua desde la desaladora de Carboneras a los llanos de Tabernas, y han enredado todo lo que han podido a cuenta de otras actuaciones que han sido incapaces de sacar adelante.
En todo caso, lo que resulta de este balance de cuatro años de gobierno del PP es una estampa desoladora en la que nuestra provincia no ha conseguido, por culpa de la desidia de Rajoy y de sus compañeros de fatigas de Almería, ni una sola gota más de agua. Todo un síntoma que augura el peor de los pronósticos si los ‘populares’ volvieran a ganar las elecciones. ¿Lo vamos a permitir?
En unos casos, la puesta en marcha de desaladoras y, en otros, las aportaciones que recibimos procedentes de los trasvases del Negratín y del Tajo-Segura -éste último ahora en entredicho, según han denunciado los propios regantes, debido a la escasez de reservas en la cabecera del Tajo- han permitido hasta ahora que se haya garantizado, optimizando al máximo los recursos, tanto el agua de abastecimiento como la que se necesita para regar nuestros campos.
Esa foto fija del agua es, sin embargo, peor que la que teníamos en la provincia cuando Rajoy llegó al Gobierno; entre otras cosas, por lo comentado del Tajo-Segura y porque una de las desaladoras que se construyeron con el anterior gobierno socialista, la ubicada en Palomares, fue destruida por las riadas que sufrió el Levante almeriense en septiembre de 2012. Unos meses después de aquellas lluvias, concretamente en noviembre de ese año, los dirigentes provinciales del PP anunciaron una inversión de 20 millones de euros para reparar esas instalaciones. Tres años más tarde sabemos que aquella promesa, como tantas otras, ha quedado en el olvido. Esa desaladora contaba este año con una inversión de 11,6 millones de euros y, tal y como ha pasado con las obras del AVE, ese dinero no ha conseguido salir más allá del papel de los Presupuestos Generales del Estado.
Otras obras, como las de la Balsa del Sapo, han sufrido el mismo destino: han desaparecido de los presupuestos. ¿No les parece vergonzoso que el PP haya abandonado de esta manera a todos los vecinos afectados de la zona, que los haya engañado de esta manera tan burda? Hagan memoria. Todos recordamos a Javier Arenas, parlamentario del PP por esta provincia, calzado con botas de agua reivindicando- mediante un amplísimo álbum de fotos- una solución urgente, que no era otra que la del túnel de desagüe. Nada dice ahora Arenas de ese incumplimiento, como tampoco el alcalde de El Ejido, quien me imagino que alguna opinión tendrá al respecto sobre esta traición a su municipio y a los vecinos de Las Norias.
También nos ha llamado la atención que desaparezca de las cuentas del Estado para 2016 otra obra que este año contaba con presupuesto. Una más que se queda en el cajón. Para la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) del Bajo Almanzora, la inversión prevista en 2015 era de 11,8 millones de euros. Pues bien, no se ha gastado ni un céntimo y además, como digo, el PP se olvida de este proyecto el próximo año, a pesar de que resulta vital para el abastecimiento de agua potable de la comarca.
Los populares, sobre la bocina de las elecciones generales, han vuelto, además, a desempolvar la vieja estrategia de los “estudios y proyectos”, como ha sido el caso de la conducción de agua desde la desaladora de Carboneras a los llanos de Tabernas, y han enredado todo lo que han podido a cuenta de otras actuaciones que han sido incapaces de sacar adelante.
En todo caso, lo que resulta de este balance de cuatro años de gobierno del PP es una estampa desoladora en la que nuestra provincia no ha conseguido, por culpa de la desidia de Rajoy y de sus compañeros de fatigas de Almería, ni una sola gota más de agua. Todo un síntoma que augura el peor de los pronósticos si los ‘populares’ volvieran a ganar las elecciones. ¿Lo vamos a permitir?
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