sábado, 12 de diciembre de 2015

Pedro Sánchez, un presidente para la mayoría

Solo Pedro Sánchez y el PSOE garantizan el cambio que reclama la ciudadanía frente al balance de los cuatro nefastos años que nos deja el Gobierno de Rajoy. Es verdad que existen otras opciones políticas legítimas y respetables, pero también es cierto que esos partidos acabarán ejerciendo como apoyos directos a la continuidad de la derecha. Por este motivo, para asegurar el cambio reformista y progresista que necesitamos, debemos acumular las fuerzas en la única opción que puede ganar las elecciones y gobernar el país: el PSOE y Pedro Sánchez.

España, pero sobre todo Almería, necesita un gobierno comprometido con nuestra tierra, que nos saque del ostracismo al que nos ha sometido el Partido Popular durante esta legislatura, en la que Rajoy ha ninguneado a todos los almerienses. Si hacemos un pequeño repaso a lo ocurrido durante este tiempo, podremos ponernos de acuerdo en que la derecha, entre otras cosas, ha sido incapaz de atajar el principal problema al que se enfrenta nuestra provincia: el paro.

La cifra de desempleados en Almería asciende a 105.700 personas y la tasa de paro supera el 31%. El PP se escuda en esa última Encuesta de Población Activa (EPA) para decir que ha bajado el paro, pero oculta que lo que ha ocurrido es que ha bajado la población activa -los hombres y mujeres que están en disposición de trabajar - en 32.300 personas. El PP pretende consolidar, de esta manera, una mentira que, sin embargo, tiene las patas muy cortas. Y lo hace para intentar engañar a los almerienses con la intención de tapar su clamoroso fracaso en la reducción del paro. Lo intentan, es verdad; mienten más que hablan, también es cierto; pero la realidad es dura y tozuda en los miles de hogares de nuestra provincia en los que el paro es el pan de cada día. Estoy convencido de que ningún almeriense que anda desesperado por encontrar un empleo va a permitir que el PP le siga engañando de una manera tan burda.

La situación económica y social de la provincia dista mucho de ser la que pintan los dirigentes del Partido Popular. Ese abismo que existe entre la fantasía con la que se adorna la derecha y lo que hay en la calle es enorme, porque una gran parte de las familias almerienses llega a duras penas a final de mes, muchas no lo consiguen y otras, pese a contar con un empleo, son pobres.

España y Almería necesitan de manera imperiosa dar un giro de 180 grados a esta realidad si no queremos vernos abocados de manera indefinida a una situación difícil de recomponer. En ese sentido, el compromiso del PSOE, si gobierna, será, para empezar, derogar totalmente la reforma laboral y poner en marcha un nuevo Estatuto de los Trabajadores que recupere muchos de los derechos laborales perdidos y que ponga freno a la precariedad, a los contratos basura y a los sueldos indignos.

El paro, en todo caso, es una de las consecuencias, de las muchas que encontramos, de la desidia del PP hacia nuestra provincia. Las pruebas de lo ocurrido están a la vista: el sector agrícola ha sido olvidado, agraviado y arrinconado; el turismo, que aún puede crecer y mucho para ser un pilar de nuestra economía en la creación de empleo, anda asfixiado por nuestras penosas comunicaciones -como consecuencia de la paralización de las obras del AVE, que han provocado que se dejen de gastar 300 millones de euros en Almería- y la suspensión, llevada a cabo por el Ejecutivo de Rajoy, de las líneas eléctricas de alta potencia impiden que se puedan poner en marcha nuevos proyectos empresariales. Que pueda haber más trabajo, en definitiva.

El PP nos deja por herencia una provincia mucho peor de como la encontró en 2011. Por eso, el próximo 20 de diciembre los almerienses tenemos la palabra y el legítimo derecho de mandar a Rajoy a la cola del paro, al lugar dónde se fotografió en 2011 para engañar a todos los españoles cuando dijo que acabaría con el desempleo. Usted, estimado lector, tiene la palabra, o vota cambio– el único posible- con Pedro Sánchez y el PSOE, o ganará la mentira que representan el PP y Rajoy.


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