sábado, 16 de abril de 2016

Nos quieren tomar el pelo, una vez más

Que la ministra de Fomento, Ana Pastor, haya anunciado que se reunirá en Almería con la Mesa en Defensa del Ferrocarril podría parecer hasta una buena noticia, si pudiéramos pasar por alto los cuatro años de desplantes que su departamento le ha propinado a la provincia. Estaríamos, incluso, expectantes ante sus posibles anuncios, si no fuese porque sabemos que aprovechará una visita que tenía planificada ese día al nuevo dique de Poniente del Puerto de Almería para ‘decorar’ su estancia en la capital con una foto de recuerdo junto a los representantes de la Mesa.

Celebraríamos también la visita de la ministra si no supiéramos que, justo dos días antes, la Mesa del Ferrocarril se desplazará hasta Madrid embarcándose en otro penoso viaje – de nada más y nada menos que siete horas- sin que haya trascendido que a Pastor se le haya pasado por la cabeza recibir a sus representantes en la capital de España, que sería lo razonable.

Sí tendrán la oportunidad, en cambio, de mantener un encuentro con el Presidente del Congreso. De la misma manera que la presidenta de la Junta de Andalucía recibió a la Mesa en la sede del Parlamento andaluz, la ministra de Fomento, les dará la espalda en las Cortes a sus representantes. Esa es la diferencia entre unos y otros. Frente al compromiso de Susana Díaz y Patxi López, observamos con perplejidad la espantada de Ana Pastor, por no hablar ya del propio presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.

Pero vayamos un poco más allá. La visita de la titular de Fomento tendría- insisto- cierto sentido si su Ministerio no estuviera enredando con el tramo de AVE adjudicado el verano pasado entre Pulpí y Cuevas del Almanzora y en el que, ocho meses después, no se ha movido ni una sola piedra. El Gobierno y los dirigentes provinciales del PP se escudan en el traslado de las tortugas moras – una especie protegida- que se ven afectadas por el trazado, cuando la realidad es que si no se han comenzado las obras es porque el Ministerio de Fomento no ha terminado de expropiar los terrenos para colocar las vías. Es decir, no han realizado el trabajo previo que correspondía hacer, y así nos vemos. Por lo tanto, no estamos ante un problema de carácter ecológico, sino ideológico; de voluntad política, sin más.

En nuestra provincia somos plenamente conscientes de que esa voluntad política ha estado ausente durante la larga pasada legislatura. Ha sido larga para los ciudadanos que han sufrido en sus bolsillos los recortes del Gobierno en asuntos vitales como la sanidad, la educación y los servicios sociales, pero aún se ha hecho más larga para los almerienses que han visto como, además de todo eso, han perdido la oportunidad de codearse en igualdad de oportunidades con otros territorios a los que la Alta Velocidad ha llegado o está próxima a hacerlo.

Almería ha perdido no solo este tren, sino también cerca de 400 millones de euros que se habían consignado en los Presupuestos Generales del Estado por el Gobierno del Partido Popular. La ministra debe explicar qué ha pasado con ese dinero, a dónde ha ido, y comprometerse - además de a agilizar las obras al máximo, adjudicando nuevos tramos de AVE- a mejorar la línea convencional entre Almería, Madrid y Sevilla. Todo lo que no sea eso, será una tomadura de pelo. Una más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario