La realidad incontestable de las preocupantes cuentas de nuestro país ha echado por tierra esa fama de ‘buenos’ gestores’’ que el Partido Popular hábilmente se había esforzado en inculcar a una sociedad que, en los primeros años de la crisis, estaba dispuesta a creerse cualquier cosa con tal de salir de la situación en la que nos encontrábamos. “Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros”, decía un envalentonado Cristóbal Montoro -actual ministro de Hacienda en funciones- allá por 2010, y ya vemos en qué ha quedado la cosa.
En los meses anteriores a las elecciones generales de 2011, el entonces candidato a la Presidencia del Gobierno por el Partido Popular, Mariano Rajoy, cantaba a los cuatro vientos la canción de “no se puede gastar lo que no se tiene”. Rajoy decía eso a sabiendas de que las comunidades autónomas que en aquel momento gobernaba el Partido Popular eran precisamente las que se gastaban lo que no tenían y, por lo tanto, las más endeudadas, algo que se pudo comprobar más tarde. Por ahí se le empezó a desinflar al PP esa inmerecida ‘fama’ en la gestión. Bueno, por ahí y por ser de dominio público a lo que se dedicaban algunos de esos ‘buenos’ gestores desde las administraciones que gobernaban: a sacar beneficio personal de lo público. Ahora sabemos perfectamente en qué andaban personajes tan lamentablemente ilustres para este país como Rodrigo Rato, Granados o Bárcenas.
En Almería los ‘buenos’ gestores del Partido Popular han hecho también cosas por lo que en cualquier empresa pondrían al responsable de patitas en la calle. Cualquiera se podría preguntar si no sería motivo de despido permitir que 400 millones de euros, que por ley debían de gastarse en mejorar las comunicaciones de Almería, no se hayan gastado y se hayan perdido en perjuicio de todos los almerienses. ¿Qué haría usted con quienes les han hecho perder 400 millones de euros?
Piense, de otro lado, si alguna de las medidas económicas aplicadas por el PP le ha beneficiado a usted o a Almería. Si, por ejemplo, la bajada de impuestos a las grandes fortunas y a las grandes rentas, que nos costó a todos 9.000 millones de euros en dos años, ha servido para mejorar su vida o nuestra tierra.
En estos días, a los ‘buenos’ gestores del Gobierno en funciones del Partido Popular, la Comisión Europea les ha dicho que han hecho tan mal las cosas que, además de sancionarnos con una multa que puede llegar a los 2.000 millones de euros, impondrá al próximo gobierno hacer recortes hasta 2017 por un importe de 8.000 millones de euros. Bruselas, en definitiva, le ha dicho a Rajoy que se ha gastado lo que no tenía y que deja un impresionante agujero al que venga detrás. Esta sí que va a ser una herencia envenenada y no la que de forma torticera ha estado vendiendo el PP durante estos años y que algunos hasta llegaron a creerse.
Después de subir y mucho los impuestos a los ciudadanos, comerse la mitad de la hucha de las pensiones o meter la mano en la cartera de jubilados o clases medias, Europa le ha dado un nuevo tirón de orejas a Rajoy en el peor momento. En todo caso, una vez que se ha demostrado la mala gestión económica del PP al frente del Gobierno de España o las graves tensiones territoriales que han crecido con Rajoy, es el momento de enviar a la derecha a la oposición. Es tiempo de apostar por un cambio seguro, en un momento crucial, que defienda la unidad de España; sin engaños ni mentiras, sin extremismos ni asaltos a los cielos, un cambio que en España solo es posible de la mano del PSOE.
En los meses anteriores a las elecciones generales de 2011, el entonces candidato a la Presidencia del Gobierno por el Partido Popular, Mariano Rajoy, cantaba a los cuatro vientos la canción de “no se puede gastar lo que no se tiene”. Rajoy decía eso a sabiendas de que las comunidades autónomas que en aquel momento gobernaba el Partido Popular eran precisamente las que se gastaban lo que no tenían y, por lo tanto, las más endeudadas, algo que se pudo comprobar más tarde. Por ahí se le empezó a desinflar al PP esa inmerecida ‘fama’ en la gestión. Bueno, por ahí y por ser de dominio público a lo que se dedicaban algunos de esos ‘buenos’ gestores desde las administraciones que gobernaban: a sacar beneficio personal de lo público. Ahora sabemos perfectamente en qué andaban personajes tan lamentablemente ilustres para este país como Rodrigo Rato, Granados o Bárcenas.
En Almería los ‘buenos’ gestores del Partido Popular han hecho también cosas por lo que en cualquier empresa pondrían al responsable de patitas en la calle. Cualquiera se podría preguntar si no sería motivo de despido permitir que 400 millones de euros, que por ley debían de gastarse en mejorar las comunicaciones de Almería, no se hayan gastado y se hayan perdido en perjuicio de todos los almerienses. ¿Qué haría usted con quienes les han hecho perder 400 millones de euros?
Piense, de otro lado, si alguna de las medidas económicas aplicadas por el PP le ha beneficiado a usted o a Almería. Si, por ejemplo, la bajada de impuestos a las grandes fortunas y a las grandes rentas, que nos costó a todos 9.000 millones de euros en dos años, ha servido para mejorar su vida o nuestra tierra.
En estos días, a los ‘buenos’ gestores del Gobierno en funciones del Partido Popular, la Comisión Europea les ha dicho que han hecho tan mal las cosas que, además de sancionarnos con una multa que puede llegar a los 2.000 millones de euros, impondrá al próximo gobierno hacer recortes hasta 2017 por un importe de 8.000 millones de euros. Bruselas, en definitiva, le ha dicho a Rajoy que se ha gastado lo que no tenía y que deja un impresionante agujero al que venga detrás. Esta sí que va a ser una herencia envenenada y no la que de forma torticera ha estado vendiendo el PP durante estos años y que algunos hasta llegaron a creerse.
Después de subir y mucho los impuestos a los ciudadanos, comerse la mitad de la hucha de las pensiones o meter la mano en la cartera de jubilados o clases medias, Europa le ha dado un nuevo tirón de orejas a Rajoy en el peor momento. En todo caso, una vez que se ha demostrado la mala gestión económica del PP al frente del Gobierno de España o las graves tensiones territoriales que han crecido con Rajoy, es el momento de enviar a la derecha a la oposición. Es tiempo de apostar por un cambio seguro, en un momento crucial, que defienda la unidad de España; sin engaños ni mentiras, sin extremismos ni asaltos a los cielos, un cambio que en España solo es posible de la mano del PSOE.
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