Según la última Encuesta de Población Activa, en la provincia de Almería tenemos 81.600 parados. De ellos, más de la mitad no recibe ningún tipo de subsidio. Con estas cifras, es imposible creerse el discurso que está utilizando el Partido Popular en torno al supuesto éxito de sus recetas económicas. Por mucho que quieran hacernos ver lo blanco negro, la realidad es tozuda: los recortes leoninos del Gobierno de Rajoy no han conseguido acabar con el principal problema de la sociedad española, que sigue siendo el paro.
Los errores que ha cometido el Gobierno del PP durante su mandato están detrás de esta dura realidad. Por más que, durante cuatro años, los socialistas hemos apuntado constantemente soluciones para resolver la falta de oportunidades laborales, el PP se ha negado a ponerlas en práctica una y otra vez. Primero avisamos de que la reforma laboral no iba a servir para otra cosa que para precarizar el mercado de trabajo. El Gobierno desoyó las advertencias, pero al final se ha visto que llevábamos razón. También hemos pedido hasta la saciedad que se aprobara un plan de empleo especial para Andalucía, con el objetivo de ayudar a una comunidad, la nuestra, que ha sido especialmente castigada por la crisis. Rajoy también se negó, evidenciando que sus intereses partidistas estaban por encima de su deber como presidente de la nación.
Es exactamente lo mismo que ha ocurrido en la Diputación de Almería y en el Ayuntamiento de la capital, donde la petición del PSOE de aprobar planes de empleo específicos para reducir el desempleo también ha caído en saco roto. El resultado de esta apatía generalizada en el PP ante el problema del paro es que la Junta de Andalucía se ha convertido en la única administración que, durante la crisis, ha puesto en marcha programas para crear puestos de trabajo, y ello a pesar de que el Gobierno central ha recortado las partidas destinadas a políticas activas de empleo en la nada despreciable cifra de 1.600 millones de euros. Este año, la Junta ha invertido en Almería casi 24 millones de euros para la contratación y la inclusión social de personas desempleadas, así que es fácil calcular lo que se podría haber invertido sin los recortes de Rajoy.
En este contexto, es más necesario que nunca que el nuevo gobierno que salga de las urnas el 26 de junio se ponga urgentemente en el camino de la creación de empleo y acabe con el drama del paro. Los socialistas tenemos claro que la solución pasa por poner en marcha, de manera inmediata, un plan de choque para el empleo, que permita reducir la tasa de paro a la mitad, en el horizonte de cuatro años.
Este plan estaría dirigido a cuatro colectivos que están padeciendo la falta de oportunidades laborales con especial virulencia: los parados de larga duración, los mayores de 45 años, las mujeres y los jóvenes. El plan descansaría en tres pilares: en primer lugar, la concesión de ayudas a las empresas privadas que contraten a trabajadores de esos colectivos vulnerables, con la bonificación de hasta el 100% de la cotización a la Seguridad Social durante el primer año y el 50% el segundo; un plan de formación para los jóvenes desempleados que han abandonado el sistema educativo sin haber conseguido la titulación de la ESO; y un plan de empleo público que dé a estos colectivos la oportunidad de reengancharse al mercado laboral.
Los efectos de este plan, más la creación de empleo derivada del crecimiento económico, es lo que permitirá llegar al final de la próxima Legislatura con la actual tasa de paro reducida a la mitad. Ésa es la pretensión y el objetivo que los socialistas ponemos sobre la mesa.
Los errores que ha cometido el Gobierno del PP durante su mandato están detrás de esta dura realidad. Por más que, durante cuatro años, los socialistas hemos apuntado constantemente soluciones para resolver la falta de oportunidades laborales, el PP se ha negado a ponerlas en práctica una y otra vez. Primero avisamos de que la reforma laboral no iba a servir para otra cosa que para precarizar el mercado de trabajo. El Gobierno desoyó las advertencias, pero al final se ha visto que llevábamos razón. También hemos pedido hasta la saciedad que se aprobara un plan de empleo especial para Andalucía, con el objetivo de ayudar a una comunidad, la nuestra, que ha sido especialmente castigada por la crisis. Rajoy también se negó, evidenciando que sus intereses partidistas estaban por encima de su deber como presidente de la nación.
Es exactamente lo mismo que ha ocurrido en la Diputación de Almería y en el Ayuntamiento de la capital, donde la petición del PSOE de aprobar planes de empleo específicos para reducir el desempleo también ha caído en saco roto. El resultado de esta apatía generalizada en el PP ante el problema del paro es que la Junta de Andalucía se ha convertido en la única administración que, durante la crisis, ha puesto en marcha programas para crear puestos de trabajo, y ello a pesar de que el Gobierno central ha recortado las partidas destinadas a políticas activas de empleo en la nada despreciable cifra de 1.600 millones de euros. Este año, la Junta ha invertido en Almería casi 24 millones de euros para la contratación y la inclusión social de personas desempleadas, así que es fácil calcular lo que se podría haber invertido sin los recortes de Rajoy.
En este contexto, es más necesario que nunca que el nuevo gobierno que salga de las urnas el 26 de junio se ponga urgentemente en el camino de la creación de empleo y acabe con el drama del paro. Los socialistas tenemos claro que la solución pasa por poner en marcha, de manera inmediata, un plan de choque para el empleo, que permita reducir la tasa de paro a la mitad, en el horizonte de cuatro años.
Este plan estaría dirigido a cuatro colectivos que están padeciendo la falta de oportunidades laborales con especial virulencia: los parados de larga duración, los mayores de 45 años, las mujeres y los jóvenes. El plan descansaría en tres pilares: en primer lugar, la concesión de ayudas a las empresas privadas que contraten a trabajadores de esos colectivos vulnerables, con la bonificación de hasta el 100% de la cotización a la Seguridad Social durante el primer año y el 50% el segundo; un plan de formación para los jóvenes desempleados que han abandonado el sistema educativo sin haber conseguido la titulación de la ESO; y un plan de empleo público que dé a estos colectivos la oportunidad de reengancharse al mercado laboral.
Los efectos de este plan, más la creación de empleo derivada del crecimiento económico, es lo que permitirá llegar al final de la próxima Legislatura con la actual tasa de paro reducida a la mitad. Ésa es la pretensión y el objetivo que los socialistas ponemos sobre la mesa.
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