sábado, 9 de julio de 2016

El saqueo de la hucha de las pensiones


El Gobierno anunciaba hace una semana, pocos días después de celebrarse las elecciones generales, que sacaba otros 8.700 millones de euros de la ‘hucha’ de las pensiones, generando, con esa decisión, una enorme preocupación sobre el futuro del sistema. El dinero que ha retirado el Gobierno de Rajoy alcanza ya los 41.000 millones, y tras esta nueva operación para pagar las pensiones de julio y la paga extra, la liquidez del Fondo de Reserva -que el anterior gobierno socialista dejó en 66.815 millones- se acabará en 2017, según todas las previsiones.

Pese a este monumental descalabro, el Ejecutivo en funciones del Partido Popular sigue sin anticipar ninguna medida que permita revertir esta situación. Lejos de ello, Rajoy sigue mirando para otro lado, como si este problema – como tantos otros a los que es incapaz de enfrentarse- no fuese con él.

Si bien es cierto que las cifras de empleo han mejorado ligeramente en los últimos meses, lo que en un primer momento podría hacer pensar en una recuperación de las cuentas de la Seguridad Social, lo cierto es que las condiciones laborales de ese nuevo empleo – sustentado en contratos por horas o por semanas y salarios indignos en la mayoría de las ocasiones- está provocando un roto al sistema del que no teníamos precedentes en nuestro país.

Es evidente que si no reparamos con urgencia el daño ocasionado a los trabajadores con la infame reforma laboral que aprobó en solitario el PP, difícilmente se podrá recuperar el empleo de calidad y los salarios que hagan sostenible la financiación de las pensiones.

En cualquier caso, y ante esta situación crítica a la que el Gobierno de Rajoy ha abocado al Fondo de Reserva, los socialistas le hemos reclamado al Partido Popular que reúna con urgencia el Pacto de Toledo para buscar un gran acuerdo de Estado entre las fuerzas políticas y los agentes económicos y sociales que garantice las pensiones.

Mientras que el PP se lo piensa, conviene señalar que lo más vergonzoso de todo es que el Partido Popular haya hurtado a los ciudadanos la posibilidad de que este problema al que nos enfrentamos pudiera ser debatido ampliamente durante la pasada campaña electoral. Rajoy, haciendo más que nunca de Rajoy, prefirió esconderse de nuevo y pasar de puntillas sobre este asunto, posiblemente porque tuviera ya en la cabeza que, solo cinco días después de que los españoles depositaran su voto en las urnas, volvería a asestar un nuevo hachazo a la hucha de las pensiones.

El PSOE, en cambio, sí asumió que las pensiones debían de estar en el debate político como un asunto prioritario, puesto que era fácil adivinar que la desastrosa gestión que estaba realizando el Partido Popular del Fondo de Reserva nos llevaría al momento en el que nos encontramos. De ahí que propusiésemos, además del incremento de las pensiones mínimas, crear el llamado ‘Recargo de Solidaridad’, que se aplicaría a las grandes fortunas y las grandes empresas, para que contribuyan a hacer sostenible el sistema público de pensiones.

En este extraordinario y preocupante contexto, Rajoy no puede perder ni un solo minuto más en decir con claridad qué piensa hacer y, de paso, explicar por qué ha permitido y avalado el saqueo realizado a los ahorros de todos los españoles.

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