Vaya por delante que sé que a nadie le gusta pagar impuestos y que todavía hay quien puede pensar que los que paga, son excesivos. Pero dicho lo anterior, también somos conscientes de que lo público, los servicios que son de todos y a los que todos y todas podemos acceder, solo son posibles si los mantenemos entre el conjunto de la ciudadanía. Cuando me refiero a lo público, estoy hablando de nuestra sanidad, nuestra educación, nuestros servicios sociales, nuestras pensiones o nuestras carreteras y autovías. La lista puede ser tan larga como ejemplos queramos poner.
Todo eso, en gran medida, se paga con lo que aportamos a través de los impuestos y, por ello, todos y todas deberíamos sentir la responsabilidad de contribuir solidariamente para hacer posible una sociedad donde convivamos con unos niveles adecuados de igualdad. Llegados a este punto, la pregunta sería ¿Quién paga? o ¿Cuánto se paga? Para mí, lo justo es que quien tiene más, pague más; y quien tiene menos, aporte menos o nada.
En estos últimos meses, quien más y quien menos ha oído hablar del ya famoso impuesto de Sucesiones; un impuesto estatal que, por otro lado, llevaba mucho tiempo entre nosotros sin que anteriormente hubiese adquirido semejante notoriedad. Esta fama se la ha dado la derecha al utilizarlo de manera inadmisible para realizar una campaña llena de mentiras y falsedades, que en el fondo es un ataque en toda regla a lo público para defender lo privado, a esos a los que -precisamente - menos necesitan de lo público.
La estrategia ideada por el Partido Popular para desgastar al Gobierno andaluz ha sido, en este sentido, perversa. Sus dirigentes han estado metiendo miedo, creando confusión para obtener una ventaja política, aún a costa de enfrentar, mentir o difundir falsedades. Una vez más la derecha ha recurrido al todo vale si a mí me conviene.
Afortunadamente, la realidad es la que es y desmonta las mentiras que el Partido Popular emplea para defender a los que más tienen, como siempre. En Andalucía, 98 de cada 100 herederos directos no tienen que pagar nada, lo que indica el bajo nivel de repercusión de esta figura impositiva por la que la Junta recauda cerca de 400 millones anuales que se destinan a sanidad, educación y dependencia. Para que se hagan una idea, -solo en Almería- la Junta consigna a dependencia unos 100 millones de euros cada año. A los hospitales y centros de atención sanitaria más de 600 millones y a educación por encima de los 500 millones.
Otra de las mentiras que la derecha ha lanzado es que la razón por la que algunas personas - muy pocas - renuncian a una herencia es porque no pueden pagar este impuesto, cuando la realidad es que quienes renuncian a una herencia es por las deudas que tiene esa herencia. En Almería, en los últimos cinco años, más del 99% de las herencias se aceptaron. Un dato más que desmonta otro malintencionado bulo del PP.
Una tercera cuestión con la que también juega la derecha es la confusión. Ellos saben que cuando hay una herencia se paga Plusvalía, que es un impuesto del Estado que cobran los ayuntamientos, más gastos de Notaría y Registro de la Propiedad. Han jugado con eso al pensar que si le decían a la gente que se paga mucho por heredar, muchas personas que no pagan el impuesto de sucesiones pero que sí pagan esos otros se iban a sentir afectadas y les darían la razón. Con eso también han manipulado todo lo que han querido y más.
En cualquier caso, y para que la derecha deje de hacer demagogia con un impuesto que puede eliminar Rajoy en el momento que quiera, le hemos pedido al Partido Popular que lleve al próximo Consejo de Ministros un decreto para suprimir este impuesto y que dote de la financiación adecuada a las comunidades autónomas para que puedan prestar los servicios públicos con la calidad y las garantías que se merece la ciudadanía.
Todo eso, en gran medida, se paga con lo que aportamos a través de los impuestos y, por ello, todos y todas deberíamos sentir la responsabilidad de contribuir solidariamente para hacer posible una sociedad donde convivamos con unos niveles adecuados de igualdad. Llegados a este punto, la pregunta sería ¿Quién paga? o ¿Cuánto se paga? Para mí, lo justo es que quien tiene más, pague más; y quien tiene menos, aporte menos o nada.
En estos últimos meses, quien más y quien menos ha oído hablar del ya famoso impuesto de Sucesiones; un impuesto estatal que, por otro lado, llevaba mucho tiempo entre nosotros sin que anteriormente hubiese adquirido semejante notoriedad. Esta fama se la ha dado la derecha al utilizarlo de manera inadmisible para realizar una campaña llena de mentiras y falsedades, que en el fondo es un ataque en toda regla a lo público para defender lo privado, a esos a los que -precisamente - menos necesitan de lo público.
La estrategia ideada por el Partido Popular para desgastar al Gobierno andaluz ha sido, en este sentido, perversa. Sus dirigentes han estado metiendo miedo, creando confusión para obtener una ventaja política, aún a costa de enfrentar, mentir o difundir falsedades. Una vez más la derecha ha recurrido al todo vale si a mí me conviene.
Afortunadamente, la realidad es la que es y desmonta las mentiras que el Partido Popular emplea para defender a los que más tienen, como siempre. En Andalucía, 98 de cada 100 herederos directos no tienen que pagar nada, lo que indica el bajo nivel de repercusión de esta figura impositiva por la que la Junta recauda cerca de 400 millones anuales que se destinan a sanidad, educación y dependencia. Para que se hagan una idea, -solo en Almería- la Junta consigna a dependencia unos 100 millones de euros cada año. A los hospitales y centros de atención sanitaria más de 600 millones y a educación por encima de los 500 millones.
Otra de las mentiras que la derecha ha lanzado es que la razón por la que algunas personas - muy pocas - renuncian a una herencia es porque no pueden pagar este impuesto, cuando la realidad es que quienes renuncian a una herencia es por las deudas que tiene esa herencia. En Almería, en los últimos cinco años, más del 99% de las herencias se aceptaron. Un dato más que desmonta otro malintencionado bulo del PP.
Una tercera cuestión con la que también juega la derecha es la confusión. Ellos saben que cuando hay una herencia se paga Plusvalía, que es un impuesto del Estado que cobran los ayuntamientos, más gastos de Notaría y Registro de la Propiedad. Han jugado con eso al pensar que si le decían a la gente que se paga mucho por heredar, muchas personas que no pagan el impuesto de sucesiones pero que sí pagan esos otros se iban a sentir afectadas y les darían la razón. Con eso también han manipulado todo lo que han querido y más.
En cualquier caso, y para que la derecha deje de hacer demagogia con un impuesto que puede eliminar Rajoy en el momento que quiera, le hemos pedido al Partido Popular que lleve al próximo Consejo de Ministros un decreto para suprimir este impuesto y que dote de la financiación adecuada a las comunidades autónomas para que puedan prestar los servicios públicos con la calidad y las garantías que se merece la ciudadanía.
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