Después de siete años en los que, en España, imperó el sálvese quien pueda, por fin regresan a nuestro país la cordura y la justicia, de la mano del proyecto de Presupuestos Generales del Estado que ha elaborado el Gobierno de Pedro Sánchez. Durante siete años, el PP justificó los durísimos recortes sociales a los que sometieron a la ciudadanía española con el argumento —falso— de que las cosas no podían ser de otra manera. Y sí, sí había otra manera. Este Gobierno ha demostrado que se puede cumplir con las exigencias de Europa e impulsar la economía de un país, sin por ello maltratar a los ciudadanos. España nunca debió abandonar la senda social y, si los partidos políticos representados en las Cortes Generales actúan con responsabilidad y altura de miras, podremos volver a ella.
Razones tienen de sobra para votar a favor de estas cuentas. El proyecto presentado por el Gobierno socialista protege el crecimiento económico y continúa con la reducción del déficit público reclamada por Bruselas, al tiempo que repara los daños que la derecha infligió a las políticas sociales.
La economía de un país no puede crecer de manera sana si su población es pobre. Por eso —y por muchas razones más— hay que garantizar unos mínimos dignos. Y eso es lo que ha buscado el Gobierno al proponer una subida histórica del Salario Mínimo Interprofesional, hasta situarlo en los 900 euros. Creemos que ningún trabajador a tiempo completo debería verse obligado a vivir con menos de esa cantidad.
Los socialistas también creemos que las pensiones deben ser dignas y mantener su poder adquisitivo en el tiempo. Por eso, planteamos subir las pensiones contributivas un 1,6%, subir las mínimas y las no contributivas un 3% y cambiar el sistema de revalorización, para que cada año suban tanto como haya subido el IPC. A los pensionistas de la Seguridad Social con bajos niveles de renta, también los vamos a eximir los primeros del copago farmacéutico.
Hay que empezar a deshacer los entuertos que realizó el Partido Popular y uno de los más dolorosos fue su abandono de la Atención a la Dependencia, un derecho que el PSOE aprobó para salvaguardar la dignidad y la libertad de las personas dependientes y que el PP derogó por la vía de los hechos, al negarle la financiación necesaria. Nosotros creemos que este derecho que conseguimos como sociedad es irrenunciable y por eso vamos a incrementar un 60% los recursos para el Programa de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia. Además —y esto es muy importante—, vamos a recuperar el convenio especial de personas cuidadoras no profesionales para que la Administración General del Estado vuelva a ser la que abone sus cotizaciones a la Seguridad Social.
Además de la financiación de estas medidas de carácter social, los Presupuestos Generales del Estado también determinan las inversiones que se van a realizar en los territorios. Aquí hay que recordar que, por fin, Andalucía va a tener el Plan de Empleo que lleva años reclamando y que el PP nos negó una y otra vez. El Gobierno va a destinar a este Plan 50 millones de euros, para ayudar a dinamizar el mercado de trabajo en nuestra comunidad.
En cuanto a la provincia de Almería, el Gobierno socialista da respuesta con este presupuesto a las grandes obras que tenemos pendientes: la remodelación de los enlaces de la A-7 en Roquetas, de los accesos a El Ejido y el tercer carril entre Almería y Roquetas; la mejora de las conexiones ferroviarias con Granada; la rehabilitación del Cable Inglés; inversiones para las desaladoras del Bajo Almanzora y Carboneras; y, la partida estrella, los 348 millones presupuestados para el AVE.
No quiero dar muchas cifras, pero ésta es bueno retenerla: hemos pasado de los 80 euros por almeriense que nos dio el PP en 2018 a los 572 que nos tocan por cabeza con el PSOE. Las únicas críticas a estos Presupuestos que he escuchado en nuestra provincia vienen a decir que estas cuentas tienen que ser mentira, porque no podemos tocar a tanto. Claro que sí podemos. El castigo del PP a Almería no es una leyenda urbana, ha sido una realidad y hemos tenido que llegar los socialistas al Gobierno de España para volver a tratar a esta tierra como se merece.
Razones tienen de sobra para votar a favor de estas cuentas. El proyecto presentado por el Gobierno socialista protege el crecimiento económico y continúa con la reducción del déficit público reclamada por Bruselas, al tiempo que repara los daños que la derecha infligió a las políticas sociales.
La economía de un país no puede crecer de manera sana si su población es pobre. Por eso —y por muchas razones más— hay que garantizar unos mínimos dignos. Y eso es lo que ha buscado el Gobierno al proponer una subida histórica del Salario Mínimo Interprofesional, hasta situarlo en los 900 euros. Creemos que ningún trabajador a tiempo completo debería verse obligado a vivir con menos de esa cantidad.
Los socialistas también creemos que las pensiones deben ser dignas y mantener su poder adquisitivo en el tiempo. Por eso, planteamos subir las pensiones contributivas un 1,6%, subir las mínimas y las no contributivas un 3% y cambiar el sistema de revalorización, para que cada año suban tanto como haya subido el IPC. A los pensionistas de la Seguridad Social con bajos niveles de renta, también los vamos a eximir los primeros del copago farmacéutico.
Hay que empezar a deshacer los entuertos que realizó el Partido Popular y uno de los más dolorosos fue su abandono de la Atención a la Dependencia, un derecho que el PSOE aprobó para salvaguardar la dignidad y la libertad de las personas dependientes y que el PP derogó por la vía de los hechos, al negarle la financiación necesaria. Nosotros creemos que este derecho que conseguimos como sociedad es irrenunciable y por eso vamos a incrementar un 60% los recursos para el Programa de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia. Además —y esto es muy importante—, vamos a recuperar el convenio especial de personas cuidadoras no profesionales para que la Administración General del Estado vuelva a ser la que abone sus cotizaciones a la Seguridad Social.
Además de la financiación de estas medidas de carácter social, los Presupuestos Generales del Estado también determinan las inversiones que se van a realizar en los territorios. Aquí hay que recordar que, por fin, Andalucía va a tener el Plan de Empleo que lleva años reclamando y que el PP nos negó una y otra vez. El Gobierno va a destinar a este Plan 50 millones de euros, para ayudar a dinamizar el mercado de trabajo en nuestra comunidad.
En cuanto a la provincia de Almería, el Gobierno socialista da respuesta con este presupuesto a las grandes obras que tenemos pendientes: la remodelación de los enlaces de la A-7 en Roquetas, de los accesos a El Ejido y el tercer carril entre Almería y Roquetas; la mejora de las conexiones ferroviarias con Granada; la rehabilitación del Cable Inglés; inversiones para las desaladoras del Bajo Almanzora y Carboneras; y, la partida estrella, los 348 millones presupuestados para el AVE.
No quiero dar muchas cifras, pero ésta es bueno retenerla: hemos pasado de los 80 euros por almeriense que nos dio el PP en 2018 a los 572 que nos tocan por cabeza con el PSOE. Las únicas críticas a estos Presupuestos que he escuchado en nuestra provincia vienen a decir que estas cuentas tienen que ser mentira, porque no podemos tocar a tanto. Claro que sí podemos. El castigo del PP a Almería no es una leyenda urbana, ha sido una realidad y hemos tenido que llegar los socialistas al Gobierno de España para volver a tratar a esta tierra como se merece.
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