El único centro público de toda España dedicado en exclusiva a la fotografía se encuentra en Almería. Escondido entre las calles del casco histórico, a un paso del parque Nicolás Salmerón, se ubica la sede del Centro Andaluz de Fotografía (CAF), una auténtica joya que, en sus 27 años de vida, ha conseguido convertir a Almería en uno de los puntos indiscutibles de referencia de esta disciplina artística, en el contexto nacional e internacional, gracias al altísimo nivel de sus exposiciones y al tenaz trabajo que han desarrollado los tres directores que ha tenido hasta la fecha: el que fuera el impulsor del proyecto, el fotógrafo almeriense Manuel Falces, tristemente fallecido; el fotoperiodista Pablo Juliá y Rafael Doctor, que atesora un extenso currículum en materia de gestión cultural.
Cuando, en 1990, Manuel Falces puso en marcha el proyecto ‘Imagina’, que sería el germen del CAF y que permitió que las mayores figuras internacionales de la fotografía se acercaran hasta nuestra provincia para retratarla, no se estaba realizando una actividad cultural más: se estaban poniendo las bases para que la larga y fructífera relación de Almería con la fotografía se reconociera institucionalmente. Así, con la creación del Centro Andaluz de la Fotografía en 1992 y la decisión de ubicarlo en nuestra provincia, la Junta valoraba la vinculación de Almería con esta manifestación artística, que llegó a traducirse en fenómenos tan importantes como la creación de la revista AFAL.
La estrecha relación que existe entre Almería y la fotografía es indiscutible, pero de esto parecen no saber nada los nuevos gobernantes de la Junta de Andalucía. Tanto es así, que al equipo de Juan Manuel Moreno Bonilla en la Consejería de Cultura no le ha temblado el pulso a la hora de decidir el desmantelamiento del CAF, al que pretenden convertir en algo así como un centro de artes visuales, sin que haya quedado muy claro si estaría, incluso, dirigido desde Sevilla. Como primera medida, ya han destituido al director del CAF, a pesar de que había accedido a su puesto mediante un concurso público y tenía un contrato para cuatro años, de los que sólo han transcurrido dos.
El revuelo que esta decisión ha provocado en Almería ha sobrepasado cualquier previsión de la Consejería de Cultura. Si no fuera así, no se explica el cambio continuo de discurso que han mantenido en los últimos días. En pocas horas, hemos escuchado a la delegada provincial de Cultura, Eloísa Cabrera, decir que el centro como tal se iba a desmantelar; hemos escuchado a sus superiores negándolo; hemos oído que la destitución de Rafael Doctor se debía a que el puesto dejaba de existir o que la razón había que buscarla en que, cuando llega un gobierno nuevo, quiere colocar a gente de su confianza.
De todo nos han dicho desde un Gobierno andaluz que sólo está preocupado por introducir la ideología en un ámbito que siempre se había respetado en Andalucía, como es el de la cultura. Cuando el PSOE gobernó la Junta de Andalucía, la cultura siempre fue un territorio libre y autónomo, porque entendíamos que así debía ser. Sin embargo, ahora que ha llegado la derecha y que, además, tiene que contentar a la ultraderecha, intentan meter la mano también en el terreno de la creación artística.
Lo que quiere hacer el Gobierno de PP y Cs en Andalucía con el CAF es un auténtico despropósito, un paso atrás en el fomento de la cultura y un agravio con la provincia de Almería, aunque estoy convencido de que no conseguirán acabar con él. Los almerienses pelearemos hasta el final para que el Centro Andaluz de la Fotografía siga existiendo, que siga estando dedicado en exclusiva a la fotografía, que siga ubicado en Almería, que también se dirija desde Almería y que tenga los recursos necesarios para mantenerse como un lugar de referencia nacional e internacional de la fotografía.
Cuando, en 1990, Manuel Falces puso en marcha el proyecto ‘Imagina’, que sería el germen del CAF y que permitió que las mayores figuras internacionales de la fotografía se acercaran hasta nuestra provincia para retratarla, no se estaba realizando una actividad cultural más: se estaban poniendo las bases para que la larga y fructífera relación de Almería con la fotografía se reconociera institucionalmente. Así, con la creación del Centro Andaluz de la Fotografía en 1992 y la decisión de ubicarlo en nuestra provincia, la Junta valoraba la vinculación de Almería con esta manifestación artística, que llegó a traducirse en fenómenos tan importantes como la creación de la revista AFAL.
La estrecha relación que existe entre Almería y la fotografía es indiscutible, pero de esto parecen no saber nada los nuevos gobernantes de la Junta de Andalucía. Tanto es así, que al equipo de Juan Manuel Moreno Bonilla en la Consejería de Cultura no le ha temblado el pulso a la hora de decidir el desmantelamiento del CAF, al que pretenden convertir en algo así como un centro de artes visuales, sin que haya quedado muy claro si estaría, incluso, dirigido desde Sevilla. Como primera medida, ya han destituido al director del CAF, a pesar de que había accedido a su puesto mediante un concurso público y tenía un contrato para cuatro años, de los que sólo han transcurrido dos.
El revuelo que esta decisión ha provocado en Almería ha sobrepasado cualquier previsión de la Consejería de Cultura. Si no fuera así, no se explica el cambio continuo de discurso que han mantenido en los últimos días. En pocas horas, hemos escuchado a la delegada provincial de Cultura, Eloísa Cabrera, decir que el centro como tal se iba a desmantelar; hemos escuchado a sus superiores negándolo; hemos oído que la destitución de Rafael Doctor se debía a que el puesto dejaba de existir o que la razón había que buscarla en que, cuando llega un gobierno nuevo, quiere colocar a gente de su confianza.
De todo nos han dicho desde un Gobierno andaluz que sólo está preocupado por introducir la ideología en un ámbito que siempre se había respetado en Andalucía, como es el de la cultura. Cuando el PSOE gobernó la Junta de Andalucía, la cultura siempre fue un territorio libre y autónomo, porque entendíamos que así debía ser. Sin embargo, ahora que ha llegado la derecha y que, además, tiene que contentar a la ultraderecha, intentan meter la mano también en el terreno de la creación artística.
Lo que quiere hacer el Gobierno de PP y Cs en Andalucía con el CAF es un auténtico despropósito, un paso atrás en el fomento de la cultura y un agravio con la provincia de Almería, aunque estoy convencido de que no conseguirán acabar con él. Los almerienses pelearemos hasta el final para que el Centro Andaluz de la Fotografía siga existiendo, que siga estando dedicado en exclusiva a la fotografía, que siga ubicado en Almería, que también se dirija desde Almería y que tenga los recursos necesarios para mantenerse como un lugar de referencia nacional e internacional de la fotografía.
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