El martes próximo, las distintas fuerzas del arco parlamentario tendrán la posibilidad de demostrar su altura política, en la votación de la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. El resultado que arrojaron las urnas el pasado 28 de abril ha abierto una puerta para comprobar el grado de compromiso de los diferentes partidos con nuestro país. Estamos ante un tiempo de responsabilidad, en el que, lejos de emplear tacticismos y mirar por el interés propio, los representantes elegidos por los ciudadanos deberían hacer valer el interés general como valor supremo de la democracia.
Los españoles y las españolas hablaron con claridad en las elecciones del 28-A y le dieron al PSOE una mayoría sólida para que formara un gobierno de progreso. Lejos de las valoraciones, ésta es una realidad constatable y el punto de partida de las negociaciones que han venido en las semanas posteriores.
Este país no se merece unas nuevas elecciones. Los socialistas llevamos tiempo insistiendo en la necesidad, en la urgencia, de poner en marcha las medidas necesarias que reviertan la desigualdad que fue creciendo como una mala hierba durante los gobiernos del Partido Popular. En esa tarea se empleó a fondo el gobierno de Pedro Sánchez antes de convocar las elecciones del pasado mes de abril y fruto de ese compromiso social, de los bien llamados ‘viernes sociales’, el PSOE consiguió el apoyo mayoritario de la sociedad española.
España no puede estar sometida a un bloqueo permanente. España necesita un gobierno que comience a solucionar los problemas de la gente, con iniciativas que nos permitan avanzar, como se ha hecho en los últimos meses, y mejorar el día a día de los ciudadanos. Y esto lo han podido comprobar los almerienses en primera persona. El gobierno que preside Pedro Sánchez ha hecho más por nuestra provincia en tan solo unos meses que el PP en siete años. El ejemplo más llamativo ha sido el compromiso adquirido con la Alta Velocidad, una infraestructura en la que se ha avanzado mucho en los últimos meses, en los que se han licitado en torno a los 600 millones de euros.
También se ha abonado el terreno para que la línea eléctrica entre Caparacena y Vera sea una realidad. Ya se ha autorizado la primera fase de las obras, que empezarían antes de fin de año. Esta infraestructura, como es sabido, resulta de vital importancia para el desarrollo socioeconómico de la provincia.
El PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, ha sacado también adelante numerosas medidas de carácter social que han beneficiado a miles de almerienses. Este ha sido el caso de la subida del Salario Mínimo Interprofesional hasta los 900 euros, el aumento de las pensiones o la ampliación del permiso de paternidad, que va a beneficiar a 7.000 almerienses cada año.
Asimismo, la recuperación del subsidio por desempleo para mayores de 52 años –eliminado por el Gobierno del PP–, el Plan Reincorpórate, destinado a parados de larga duración, del que se beneficiarán unos 30.000 parados en Almería, y el compromiso de devolver a las cuidadoras de personas dependientes –unas 5.000 en Almería– su cotización a la Seguridad Social son pruebas evidentes de que el cambio que necesitaba España ha llegado de la mano de los socialistas.
Esto es lo que la ciudadanía ha dicho que quiere y es lo que ha votado. Sin embargo, hay quien no está por la labor de respetar lo que los españoles dijeron en las urnas y permitir la gobernabilidad del país. El bloqueo de las instituciones no beneficia en nada a España, que no tiene ni un minuto que perder.
Los españoles y las españolas hablaron con claridad en las elecciones del 28-A y le dieron al PSOE una mayoría sólida para que formara un gobierno de progreso. Lejos de las valoraciones, ésta es una realidad constatable y el punto de partida de las negociaciones que han venido en las semanas posteriores.
Este país no se merece unas nuevas elecciones. Los socialistas llevamos tiempo insistiendo en la necesidad, en la urgencia, de poner en marcha las medidas necesarias que reviertan la desigualdad que fue creciendo como una mala hierba durante los gobiernos del Partido Popular. En esa tarea se empleó a fondo el gobierno de Pedro Sánchez antes de convocar las elecciones del pasado mes de abril y fruto de ese compromiso social, de los bien llamados ‘viernes sociales’, el PSOE consiguió el apoyo mayoritario de la sociedad española.
España no puede estar sometida a un bloqueo permanente. España necesita un gobierno que comience a solucionar los problemas de la gente, con iniciativas que nos permitan avanzar, como se ha hecho en los últimos meses, y mejorar el día a día de los ciudadanos. Y esto lo han podido comprobar los almerienses en primera persona. El gobierno que preside Pedro Sánchez ha hecho más por nuestra provincia en tan solo unos meses que el PP en siete años. El ejemplo más llamativo ha sido el compromiso adquirido con la Alta Velocidad, una infraestructura en la que se ha avanzado mucho en los últimos meses, en los que se han licitado en torno a los 600 millones de euros.
También se ha abonado el terreno para que la línea eléctrica entre Caparacena y Vera sea una realidad. Ya se ha autorizado la primera fase de las obras, que empezarían antes de fin de año. Esta infraestructura, como es sabido, resulta de vital importancia para el desarrollo socioeconómico de la provincia.
El PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, ha sacado también adelante numerosas medidas de carácter social que han beneficiado a miles de almerienses. Este ha sido el caso de la subida del Salario Mínimo Interprofesional hasta los 900 euros, el aumento de las pensiones o la ampliación del permiso de paternidad, que va a beneficiar a 7.000 almerienses cada año.
Asimismo, la recuperación del subsidio por desempleo para mayores de 52 años –eliminado por el Gobierno del PP–, el Plan Reincorpórate, destinado a parados de larga duración, del que se beneficiarán unos 30.000 parados en Almería, y el compromiso de devolver a las cuidadoras de personas dependientes –unas 5.000 en Almería– su cotización a la Seguridad Social son pruebas evidentes de que el cambio que necesitaba España ha llegado de la mano de los socialistas.
Esto es lo que la ciudadanía ha dicho que quiere y es lo que ha votado. Sin embargo, hay quien no está por la labor de respetar lo que los españoles dijeron en las urnas y permitir la gobernabilidad del país. El bloqueo de las instituciones no beneficia en nada a España, que no tiene ni un minuto que perder.
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