Las informaciones que se suceden a diario sobre la vida y andanzas de Luis Bárcenas tienen al Partido Popular al pie de los caballos, aunque sus dirigentes se comportan como si la cosa no fuese con ellos. Grave error. Dolores de Cospedal y su fiel escudero Carlos Floriano se afanan a diario en justificar lo injustificable y claro, terminan haciendo el ridículo un día sí y otro también. Los populares han pasado de entonar " el no me consta" o "el ya no tiene vinculación con el PP" a tener que desayunar de por vida con la evidencia conocida por todos los españoles de que no solo les constaba sino que, además, lo tenían contratado por la módica cifra de 21.500 euros al mes. El PP no movió ficha hasta el momento en el que se supo que había tenido una cuenta con hasta 38 millones de euros en Suiza, que muchas empresas, al parecer, daban dinero al PP y que supuestamente también se pagaban sobresueldos a muchos de sus dirigentes. Y como no hay dos sin tres, el colmo de todo esto es que, después de lo que han dicho, de lo que hemos visto y leído, Bárcenas demande al PP por despido improcedente. No va más.
No puede ser que ante las fechorías que hemos conocido no pase nada, por lo que parece de extrema urgencia actuar en dos direcciones. De un lado, al Partido Popular no le queda otra que reconocer los errores e irregularidades y encadenar dimisiones. El ridículo tan espantoso que han hecho los dirigentes del partido popular todos estos días para ocultar sus vergüenzas les inhabilita en la práctica para ejercer cualquier función de responsabilidad pública, ya que ha quedado demostrado que los intereses personales y de su partido están muy por encima de cualquier cosa. De otro, la justicia debe actuar con contundencia y enviar preventivamente a prisión a los implicados para terminar con este lamentable espectáculo.
La hipocresía que el PP mantiene en este caso, anunciando medidas, acciones judiciales que luego no ejecutan, que nadie se cree, solo se explica si damos por buena la hipótesis de que están siendo sometidos a un monumental chantaje por quién les llevó las cuentas durante más de veinte años. En esta coyuntura, está claro que el Partido Popular está pillado por Luis Bárcenas y que todo el país anda sobrecogido ante el espectáculo que estamos dando como sociedad al mundo, cuando la solución a todo esto sería tan simple como decir la verdad y obrar en consecuencia.
La hipocresía también llega hasta Almería. El presidente del PP, Gabriel Amat, simula que nada va con él cuando se da a conocer que la Fiscalía Superior de Andalucía ha encargado un amplio informe a la Policía Judicial a raíz de una denuncia sobre una presunta trama de la que se podrían haber beneficiado familiares y amigos del también alcalde roquetero y presidente de la Diputación. Amat no ha ofrecido sobre esto, ni una sola explicación y remite a los interesados a que consulten su declaración de bienes (como el PP con los sobresueldos) cuando debería explicar públicamente, para despejar dudas, como ha evolucionado su patrimonio y el de su entorno familiar de manera paralela a la evolución de su carrera política. Cosas que no se pueden ver en la declaración de bienes que tiene en la web de su Ayuntamiento o de la Diputación.
Se trata de saber en qué empresas tienen directa o indirectamente intereses y si esas empresas de él o de familiares suyos se han beneficiado de decisiones políticas tomadas desde su propio Ayuntamiento o desde otros gobernados por el PP, que es lo que realmente quiere saber la Fiscalía, a través del amplio informe policial que ha encargado. Amat a todo esto contesta diciendo que es agricultor, que se dedica a la agricultura y que hace todos los años su declaración de la renta…Igual que comenzaron diciendo con el escándalo de Bárcenas.
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