Gracias, muchas gracias, a los casi 95.000 almerienses que han confiado en el Partido Socialista en estas pasadas elecciones municipales. A todos y a cada uno de ellos, quiero expresarles mi profundo agradecimiento por este gran apoyo que nos han dado para situar a las personas en el centro de las decisiones que se tomen en los distintos ayuntamientos donde el resultado electoral nos lo permita.
Esa gratitud quiero compartirla con todos mis compañeros, más allá del resultado que hayan obtenido, ya que han hecho un enorme trabajo para hacer llegar a todos los rincones de la provincia nuestras propuestas. Vaya, por lo tanto, por delante también mi reconocimiento a todos los hombres y mujeres socialistas que forman parte de este proyecto común, de un partido que ha empatizado con una amplia mayoría de almerienses a los que no vamos a defraudar.
Los socialistas almerienses hemos avanzado de manera significativa en estas pasadas elecciones. Somos el partido que mayor número de concejales ha obtenido, 440 en el conjunto de la provincia, lo que nos permitirá gobernar, en principio, en 41 municipios con mayoría absoluta. Además, en tres localidades hemos obtenido la mayoría de los votos y en otros la aritmética de los resultados puede configurar también gobiernos progresistas.
El ejemplo más claro de ese respaldo es que el PSOE ha pasado de gobernar municipios con una población de unas 60.000 personas a hacerlo para más de 100.000 habitantes y que, por otro lado, estén pendientes de acuerdos los gobiernos de municipios que suman más de 400.000 habitantes, como son el caso de la capital de Almería, Roquetas de Mar, Adra o Níjar. Estas torres, que hasta ahora manejaba el PP con mayoría absoluta, son las que ahora han hecho tambalearse la fuerza de las urnas. A estas localidades, hay que añadir la de Huércal de Almería, a la que el PP ha conducido al caos y en la que el propio candidato de los populares dimitió tras el recuento de los votos, dejando en la estacada a todos los vecinos. En una situación como en la que se encuentra este municipio, el PSOE tiene también la obligación de hablar y de plantear un gobierno liderado por los socialistas.
Si nos encontramos en este escenario político es porque los almerienses han votado cambio, tras retirarle la confianza al PP, con el mandato de que el resto de fuerzas políticas dialoguen y lleguen a acuerdos, allí donde la derecha ha perdido la mayoría absoluta que ostentaba hasta ahora, siempre en beneficio de los habitantes de cada pueblo. A partir de ahí, los socialistas vamos a caminar en una dirección, que es la de tener gobiernos progresistas que pongan a las personas en el centro de la gestión de los ayuntamientos.
Son tiempos de diálogo y de sumar voces distintas que formen proyectos políticos serios y compartidos, que sean alternativa al PP. Pretendemos lograr un entendimiento con otras formaciones para conformar ayuntamientos competentes y que sean capaces de generar empleo y de llevar la recuperación efectiva a donde hasta ahora no ha llegado, a la gente. Junto a ese objetivo, nuestra apuesta es la de impulsar administraciones locales transparentes, con servicios públicos de calidad. La intención principal es que se puedan llevar a cabo políticas diferentes que no se basen en el negocio y en la especulación, sino que pongan el acento en la gestión pensando en las personas.
Los socialistas hemos afrontado esta pasada campaña electoral limpiamente, con muy pocos medios económicos, como siempre, frente a un Partido Popular que no parece haber pasado ninguna estrechez. La derecha, además, podría haber jugado sucio con el voto por correo y con el empadronamiento de gente que no vive realmente en los municipios donde ha votado, a juzgar por las denuncias interpuestas en distintas localidades de nuestra provincia. Especial mención merece la capital, donde los almerienses han castigado de forma notable a los ‘populares’ y donde han aparecido casi 3.400 votos por correo, muy por encima de las cifras de 2011.
En definitiva, el PSOE, tras conocer la opinión que los almerienses han expresado en las urnas, asume la responsabilidad de gobernar, de dialogar y llegar a acuerdos para construir nuevos ayuntamientos con puertas y ventanas abiertas, que permitan a todos los vecinos y vecinas sentirse protagonistas de las decisiones que se tomen en ellos.
Esa gratitud quiero compartirla con todos mis compañeros, más allá del resultado que hayan obtenido, ya que han hecho un enorme trabajo para hacer llegar a todos los rincones de la provincia nuestras propuestas. Vaya, por lo tanto, por delante también mi reconocimiento a todos los hombres y mujeres socialistas que forman parte de este proyecto común, de un partido que ha empatizado con una amplia mayoría de almerienses a los que no vamos a defraudar.
Los socialistas almerienses hemos avanzado de manera significativa en estas pasadas elecciones. Somos el partido que mayor número de concejales ha obtenido, 440 en el conjunto de la provincia, lo que nos permitirá gobernar, en principio, en 41 municipios con mayoría absoluta. Además, en tres localidades hemos obtenido la mayoría de los votos y en otros la aritmética de los resultados puede configurar también gobiernos progresistas.
El ejemplo más claro de ese respaldo es que el PSOE ha pasado de gobernar municipios con una población de unas 60.000 personas a hacerlo para más de 100.000 habitantes y que, por otro lado, estén pendientes de acuerdos los gobiernos de municipios que suman más de 400.000 habitantes, como son el caso de la capital de Almería, Roquetas de Mar, Adra o Níjar. Estas torres, que hasta ahora manejaba el PP con mayoría absoluta, son las que ahora han hecho tambalearse la fuerza de las urnas. A estas localidades, hay que añadir la de Huércal de Almería, a la que el PP ha conducido al caos y en la que el propio candidato de los populares dimitió tras el recuento de los votos, dejando en la estacada a todos los vecinos. En una situación como en la que se encuentra este municipio, el PSOE tiene también la obligación de hablar y de plantear un gobierno liderado por los socialistas.
Si nos encontramos en este escenario político es porque los almerienses han votado cambio, tras retirarle la confianza al PP, con el mandato de que el resto de fuerzas políticas dialoguen y lleguen a acuerdos, allí donde la derecha ha perdido la mayoría absoluta que ostentaba hasta ahora, siempre en beneficio de los habitantes de cada pueblo. A partir de ahí, los socialistas vamos a caminar en una dirección, que es la de tener gobiernos progresistas que pongan a las personas en el centro de la gestión de los ayuntamientos.
Son tiempos de diálogo y de sumar voces distintas que formen proyectos políticos serios y compartidos, que sean alternativa al PP. Pretendemos lograr un entendimiento con otras formaciones para conformar ayuntamientos competentes y que sean capaces de generar empleo y de llevar la recuperación efectiva a donde hasta ahora no ha llegado, a la gente. Junto a ese objetivo, nuestra apuesta es la de impulsar administraciones locales transparentes, con servicios públicos de calidad. La intención principal es que se puedan llevar a cabo políticas diferentes que no se basen en el negocio y en la especulación, sino que pongan el acento en la gestión pensando en las personas.
Los socialistas hemos afrontado esta pasada campaña electoral limpiamente, con muy pocos medios económicos, como siempre, frente a un Partido Popular que no parece haber pasado ninguna estrechez. La derecha, además, podría haber jugado sucio con el voto por correo y con el empadronamiento de gente que no vive realmente en los municipios donde ha votado, a juzgar por las denuncias interpuestas en distintas localidades de nuestra provincia. Especial mención merece la capital, donde los almerienses han castigado de forma notable a los ‘populares’ y donde han aparecido casi 3.400 votos por correo, muy por encima de las cifras de 2011.
En definitiva, el PSOE, tras conocer la opinión que los almerienses han expresado en las urnas, asume la responsabilidad de gobernar, de dialogar y llegar a acuerdos para construir nuevos ayuntamientos con puertas y ventanas abiertas, que permitan a todos los vecinos y vecinas sentirse protagonistas de las decisiones que se tomen en ellos.
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