Esta semana nos hemos encontrado con que ya hace un año desde que Mariano Rajoy ganó las elecciones generales y se convirtió en el Presidente del Gobierno de España. El testigo que le pasó el Gobierno del PSOE era el de un país con serias dificultades, tras haber soportado más de tres años de la peor crisis financiera y económica de los últimos 50 años. Es verdad, estábamos mal pero bastante mejor que un año después, tal y como reflejan todos los indicadores.
lunes, 26 de noviembre de 2012
domingo, 25 de noviembre de 2012
El peor año de la democracia
El presidente del Gobierno ha resumido su primer año en La Moncloa con una frase que quedará para la posteridad. “Las medidas que estamos tomando hacen daño a la gente”, reconoció ante la prensa, en una comparecencia a principios de semana. Una frase difícil de escuchar por boca de un presidente del Gobierno y que ni siquiera la oposición habría podido formular mejor.
El año de Mariano sin Rajoy
Rajoy celebraba esta semana su primer año en La Moncloa, pero en el palacio dónde vive el presidente no ha habido fiesta de cumpleaños: Sin ánimos para celebrarlo, ni tartas ni velas que soplar en un país cada vez más empobrecido como consecuencia de sus propias decisiones. Así es, el 20-N no ha sido un motivo de celebración, en eso estamos de acuerdo todos fuera y dentro de este país, como también estamos de acuerdo en que la derecha ha demostrado fehacientemente que no gestiona mejor la economía y que el PP es un partido que no defiende los intereses de los ciudadanos.
lunes, 19 de noviembre de 2012
Ciudadanos, no clientes
El rodillo parlamentario del Partido Popular ha vuelto a pasar por encima de las aspiraciones y derechos de los ciudadanos, con la excusa nuevamente de la crisis. En este caso el ataque es sobre algo fundamental, sobre la acción pública de "hacer respetar las leyes", ya que tiene que ver con el acceso de los ciudadanos a la administración de Justicia en nuestro país: la tutela judicial efectiva y el principio de igualdad.
domingo, 18 de noviembre de 2012
Qué podemos hacer
En la manifestación del 14N en Almería junto a Juan Pallarés (CCOO) y José Ginel (UGT) |
La presencia masiva de decenas de miles de ciudadanos en las calles el pasado miércoles, pidiendo al gobierno de Rajoy que rectifique, que cambie sus políticas erróneas que nos están llevando - después de un año - a estar mucho peor de lo que estábamos, han permitido desterrar de la memoria colectiva la idea de que la protesta, la presión social, la sana expresión del descontento, es inútil. La presión social, después de que uno vota en unas elecciones, es la única arma que tienen los ciudadanos para hacer oír su voz y para intentar cambiar la actitud y las decisiones de un gobierno, cuando entienden que ese gobierno está gobernando en su contra.
El precio de la salud
Hace casi un año, el tiempo que el Partido Popular lleva gobernando el país, que la salud sí tiene precio. Bueno, en realidad, empezaba a ser un bien mercantil desde antes en las comunidades en los que los populares ya habían aterrizado en sus gobiernos, lo que pasa es que ahora la relación dinero-sanidad se ha hecho más evidente que nunca. El último despropósito en esta materia se está viviendo en Madrid donde el delfín de Esperanza Aguirre en esa comunidad ya ha anunciado que seguirá los pasos de los catalanes y que a partir de enero cobrarán un euro por receta cuando los ciudadanos vayan a adquirir sus medicamentos.
lunes, 12 de noviembre de 2012
Paremos los desahucios
El PSOE ha pedido a bancos y cajas de ahorros que hasta que se modifique la ley paralicen los desahucios ante la catástrofe social que están suponiendo los numerosos casos de desalojo que cada día se están produciendo en nuestro país. La brutal realidad de los acontecimientos hace necesario que ahora mismo lo urgente sea que primero pensemos en las personas y que después establezcamos todas las consideraciones que sean necesarias. Las iniciativas que en este sentido hemos estado poniendo sobre la mesa los socialistas han hecho reflexionar por fin al gobierno de Rajoy, que ha decidido sentarse a estudiar la forma de ayudar a quienes el desahucio de su vivienda les ha llevado a la exclusión, a la angustia y, desgraciadamente en algunos casos, a la muerte. Las cifras no dejan lugar a dudas. Los desahucios han puesto ya en la calle a cerca de un millar de familias en la provincia de Almería en el primer semestre del año y es el momento de parar, de acabar con esta lacra y situar la solución a este gravísimo problema en la máxima prioridad de la agenda política.
Política y compromiso social
El PSOE de Almería ha puesto en marcha esta semana una iniciativa para acercar la enfermedad celíaca a la sociedad almeriense y formar a los profesionales de la hostelería de Almería en la elaboración de menús sin gluten. Este tipo de acciones demuestran como los partidos políticos podemos hacer política con trabajo y voluntad para arbitrar medidas que repercutan directamente en un beneficio social a través de la educación y la formación. Con ese pensamiento hemos venido trabajando desde hace varios meses con la Asociación de pacientes afectados por la enfermedad celíaca, con quienes hemos desarrollado distintas líneas de acción. Y lo hemos hecho, a través de iniciativas que hemos registrado en el Congreso de los Diputados pero también a través de un proyecto imaginativo, de formación y colaboración desde el ámbito de la educación y la salud. Un proyecto que está abierto a la participación de todo aquel que se quiera sumar, fundamentalmente profesionales de la hostelería y alumnos que reciben enseñanzas relacionadas con la restauración.
Sin disculpas de Rajoy
La mejor noticia legislativa del Gobierno de Rajoy es, precisamente, contraria a decisiones anteriores de Rajoy. Paradojas de la vida política, dirán algunos, aunque en el caso que nos ocupa, el del matrimonio entre personas del mismo sexo, esa derrota del PP de Rajoy supone la victoria de más de 20.000 parejas en España -200 en Almería- que se han casado y formado una familia desde el año 2005.
lunes, 5 de noviembre de 2012
De vías, trenes y negocios
El Ayuntamiento de la capital anda enredando de nuevo con la Junta a cuenta del proyecto para construir un parque sobre las vías de la estación del tren. El convenio para realizar las obras de urbanización de la zona, en las que está incluido el Plan del Toblerone, se encuentra en vía muerta, envuelto en un halo de misterio del que solo conocemos la parte más superficial, la menos, digamos, “comprometida”. No hay explicaciones convincentes que expliquen por qué se ha paralizado este convenio. Más allá de culpar a la Junta -una vez más- el alcalde de Almería debería de explicarnos a todos los ciudadanos las verdaderas causas por las que el Consejo de Administración de la empresa pública estatal Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) no trató este asunto en su última reunión.
El milagro de Fátima
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha conseguido lo que pocos, si exceptuamos al ministro de Educación y Cultura, el Sr Wert, - que es el campeón en la materia- la reprobación pública de los ciudadanos que se sienten humillados tras escucharle decir que nuestro país está saliendo de la crisis, tres días después de conocerse que España ha alcanzado un record histórico en cifras de paro. Báñez, que ha demostrado con estas declaraciones estar absolutamente ajena a la realidad, se ríe a la cara de los desempleados al afirmar que la reforma laboral está ayudando a muchas empresas a salir de la crisis, cuando la realidad de la última Encuesta de Población Activa dice que uno de cada tres almerienses se encuentra en paro.
Presupuestos para las personas
Detrás del documento de los Presupuestos, de cualquier presupuesto, ya sea el de un ayuntamiento, del gobierno central o del autonómico, los ciudadanos deben de saber que existe la pulsión, el espíritu de quién los elabora para decidir que es prioritario y que no; qué políticas se desarrollarán y cuáles se reducirán o desaparecerán por completo. Esto último lo hemos podido comprobar estas semanas atrás al analizar los Presupuestos Generales del Estado que ha elaborado el Gobierno de Rajoy. En esos Presupuestos, las partidas destinadas a fomentar el empleo o los servicios sociales han vuelto a caer en picado, en una suerte de huida hacia delante en la que se deja por el camino a millones de personas.