Andalucía vive un momento histórico tras la investidura de la primera mujer que presidirá un Gobierno en nuestra tierra. Con este cambio generacional y de género, propiciado por la generosidad de Pepe Griñán, Susana Díaz se presenta ante los ciudadanos con una apuesta valiente y de profundas convicciones socialistas en materia de empleo, contra la corrupción y en defensa de los más desfavorecidos.
Las medidas anunciadas por Susana Díaz para incentivar el crecimiento económico son un claro ejemplo de la prioridad que se marca para sortear una crisis profunda y tremendamente injusta. Desigual porque está provocando un enorme dolor y desesperación a los que menos tienen. De ahí, que la apuesta decidida de la presidenta de la Junta de Andalucía para salir de esta situación impregne toda la acción de su futuro Gobierno de políticas dirigidas a la igualdad de oportunidades, como eje fundamental para alcanzar una sociedad más justa y solidaria.
Estoy convencido de que la puesta en marcha de medidas que fortalezcan nuestro modelo productivo, con instrumentos públicos que faciliten financiación a los proyectos empresariales que generen empleo y la reducción de trámites administrativos a la hora de poner en marcha cualquier tipo de iniciativa, contribuirán de manera decisiva a que Andalucía pueda superar la coyuntura actual y que los emprendedores encuentren en el nuevo Gobierno andaluz un aliado.
Las iniciativas que ha planteado la presidenta andaluza para luchar contra la corrupción, mediante la fiscalización de las cuentas de los grupos políticos, ampliando las competencias de la Cámara de Cuentas, y promoviendo una reforma legal con el objetivo de prohibir las donaciones privadas a los partidos políticos, recogen el clamor que existe en la calle para que tanto los partidos políticos como las Administraciones públicas hagan un ejercicio de transparencia como nunca antes se había hecho. Con ello, se da un enorme paso para que la política se acerque definitivamente a los ciudadanos y recupere su prestigio y su utilidad.
La presidenta del Gobierno andaluz ha demostrado también su defensa sin fisuras de la Administración local, por lo público, por la sanidad, la educación y las políticas sociales, en las que el nuevo Gobierno andaluz realizará el mayor esfuerzo inversor de cara a los nuevos presupuestos. Esto significa en la práctica que las personas que peor lo están pasando, aquellas que se sienten más desprotegidas, tienen garantizado el acceso a estos servicios, de manera que la crisis, tal y como sí viene ocurriendo en otros territorios gobernados por el PP, no sea una excusa para recortar en derechos.
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