Andalucía se va a mantener firme y reivindicativa ante el reparto que realizará próximamente el Gobierno central de los fondos europeos para innovación agroalimentaria. Nuestra provincia, de manera especial, va a tener en el Gobierno andaluz un aliado para defender que el PP realice una distribución justa de estos fondos que se han incrementado en más de un 130%, hasta alcanzar la cifra de 4.500 millones de euros para toda España en el marco 2014/2020.
Se trata de una cantidad muy importante de la que espero que Andalucía pueda beneficiarse de manera coherente con su peso en la agricultura nacional. Nuestra comunidad genera en torno al 20-25% del empleo agrario de todo el país y más de un tercio de la producción agraria, por lo que nuestra región debe ser tratada con justicia en el reparto de los fondos de investigación destinados al sector. Debemos evitar por todos los medios, en ese próximo escenario, que vuelva a ocurrir como con el reparto de los fondos de la PAC, en el que Andalucía ha sido maltratada por el Gobierno de Rajoy con un recorte de las ayudas que supera los 400 millones de euros. Este es el legado que nos deja el hasta ahora ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, reconvertido a candidato del PP a las europeas.
La posición y la trayectoria que el Gobierno de Andalucía tiene en materia de investigación e innovación en el sector agroalimentario están fuera de toda duda y así lo reflejan las cifras y los resultados. El Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA) impulsó en 2013 un total de 98 proyectos en toda Andalucía. De ellos, 21 fueron para la provincia de Almería, con una inversión aparejada de más de 415.000 euros, sin contar los gastos de personal. Todo esto viene a demostrar el rigor con el que se trabaja desde la Junta y la importancia que se da a la innovación como punta de lanza de la competitividad de nuestra agricultura, que cuenta con una dilatada experiencia en el campo de la investigación aplicada.
La competitividad de nuestra agricultura se ha basado desde hace décadas en la producción de alimentos de calidad, saludables y por hacerlo de manera respetuosa con el medio ambiente en sus procesos productivos. En el valor que los consumidores, que los mercados, reconocen a nuestras producciones. Los resultados de la investigación e innovación que se ha desarrollado a lo largo de las últimas décadas han sido fundamentales para conseguir que hoy seamos una referencia internacional.
Esta clara apuesta, junto al resto de la labor investigadora, nos ha permitido tener hoy en Andalucía más de 250.000 empleos ligados al sector agroalimentario o exportar productos por valor de más de 7.000 millones de euros, además de impulsar la modernización de nuestras estructuras agrarias, la modernización del regadío y la mejora en la calidad de vida de nuestros agricultores.
El futuro del sector agroalimentario pasa por seguir apostando por la innovación e investigación. Europa lo hace y Andalucía lo va a seguir haciendo, porque desde la Junta se tienen claros los objetivos y las prioridades para garantizar la competitividad de nuestro sector. En esta línea, el Gobierno de España no puede ser, ni se le puede permitir que sea, un obstáculo en ese camino que Andalucía tiene muy claro.
Se trata de una cantidad muy importante de la que espero que Andalucía pueda beneficiarse de manera coherente con su peso en la agricultura nacional. Nuestra comunidad genera en torno al 20-25% del empleo agrario de todo el país y más de un tercio de la producción agraria, por lo que nuestra región debe ser tratada con justicia en el reparto de los fondos de investigación destinados al sector. Debemos evitar por todos los medios, en ese próximo escenario, que vuelva a ocurrir como con el reparto de los fondos de la PAC, en el que Andalucía ha sido maltratada por el Gobierno de Rajoy con un recorte de las ayudas que supera los 400 millones de euros. Este es el legado que nos deja el hasta ahora ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, reconvertido a candidato del PP a las europeas.
La posición y la trayectoria que el Gobierno de Andalucía tiene en materia de investigación e innovación en el sector agroalimentario están fuera de toda duda y así lo reflejan las cifras y los resultados. El Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA) impulsó en 2013 un total de 98 proyectos en toda Andalucía. De ellos, 21 fueron para la provincia de Almería, con una inversión aparejada de más de 415.000 euros, sin contar los gastos de personal. Todo esto viene a demostrar el rigor con el que se trabaja desde la Junta y la importancia que se da a la innovación como punta de lanza de la competitividad de nuestra agricultura, que cuenta con una dilatada experiencia en el campo de la investigación aplicada.
La competitividad de nuestra agricultura se ha basado desde hace décadas en la producción de alimentos de calidad, saludables y por hacerlo de manera respetuosa con el medio ambiente en sus procesos productivos. En el valor que los consumidores, que los mercados, reconocen a nuestras producciones. Los resultados de la investigación e innovación que se ha desarrollado a lo largo de las últimas décadas han sido fundamentales para conseguir que hoy seamos una referencia internacional.
Esta clara apuesta, junto al resto de la labor investigadora, nos ha permitido tener hoy en Andalucía más de 250.000 empleos ligados al sector agroalimentario o exportar productos por valor de más de 7.000 millones de euros, además de impulsar la modernización de nuestras estructuras agrarias, la modernización del regadío y la mejora en la calidad de vida de nuestros agricultores.
El futuro del sector agroalimentario pasa por seguir apostando por la innovación e investigación. Europa lo hace y Andalucía lo va a seguir haciendo, porque desde la Junta se tienen claros los objetivos y las prioridades para garantizar la competitividad de nuestro sector. En esta línea, el Gobierno de España no puede ser, ni se le puede permitir que sea, un obstáculo en ese camino que Andalucía tiene muy claro.
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