En el actual contexto económico, las distintas comunidades autónomas están optando por dos modelos diferentes para equilibrar sus cuentas. Mientras la derecha se ha decantado por introducir recortes drásticos en el gasto social, mermando las cantidades que destina a servicios como la educación o la sanidad, en Andalucía el Gobierno socialista ha optado por aumentar la recaudación, aunque no de manera indiscriminada, sino introduciendo subidas moderadas de impuestos para los que más tienen.
Hace unos días conocíamos el avance de las cuentas que manejará la Junta de Andalucía en 2012. De lo adelantado por la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, sólo cabe concluir que las cuentas públicas de la administración andaluza para el próximo año serán, ante todo, socialmente justas. Pero además, también serán una palanca para estimular la economía y combatir los efectos de la crisis.
Mientras en otras comunidades optan por el recorte, en Andalucía la Junta ha decidido subir cinco impuestos, que le permitirán recaudar 227 millones más. La presión fiscal se dirige a las clases más pudientes, ya que los impuestos que suben son el de las grandes fortunas (que tiene un mínimo exento de 700.000 euros), el impuesto a las grandes herencias (que sube más en los tramos más altos, por encima de 398.000 euros), el impuesto sobre trasmisiones patrimoniales (con un nuevo tramo al 10% para inmuebles de más de 700.000 euros), el impuesto sobre actos jurídicos documentados (sube del 1 al 1,2% aunque se mantienen los tipos reducidos) y el impuesto especial sobre determinados medios de transporte (que grava vehículos de lujo, buques de recreo o avionetas). Junto a esta subida selectiva de impuestos, también se mejoran y amplían las deducciones en el IRPF, para favorecer a las clases medias y bajas.
Asimismo, el Gobierno de la Junta ha decidido asumir un déficit del 1,3%, que es el máximo autorizado por el Estado, para contar con el máximo de recursos posibles. El objetivo no es otro que salvaguardar las políticas sociales, evitando meter la tijera en la educación o la sanidad públicas, como está haciendo el Partido Popular en las comunidades que gobierna.
Al publicar sus cuentas para 2012, el Gobierno andaluz busca, además, impulsar la economía, todo lo contrario de lo que está haciendo el PP. Los gobiernos autonómicos de la derecha, al decidir no elaborar sus presupuestos para el próximo año con excusas peregrinas, no sólo están incumpliendo su propia normativa, sino que están creando un escenario de inestabilidad que en nada beneficia a la economía del país. Una nueva muestra de irresponsabilidad por la que tendrán que responder ante los ciudadanos.
Hace unos días conocíamos el avance de las cuentas que manejará la Junta de Andalucía en 2012. De lo adelantado por la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, sólo cabe concluir que las cuentas públicas de la administración andaluza para el próximo año serán, ante todo, socialmente justas. Pero además, también serán una palanca para estimular la economía y combatir los efectos de la crisis.
Mientras en otras comunidades optan por el recorte, en Andalucía la Junta ha decidido subir cinco impuestos, que le permitirán recaudar 227 millones más. La presión fiscal se dirige a las clases más pudientes, ya que los impuestos que suben son el de las grandes fortunas (que tiene un mínimo exento de 700.000 euros), el impuesto a las grandes herencias (que sube más en los tramos más altos, por encima de 398.000 euros), el impuesto sobre trasmisiones patrimoniales (con un nuevo tramo al 10% para inmuebles de más de 700.000 euros), el impuesto sobre actos jurídicos documentados (sube del 1 al 1,2% aunque se mantienen los tipos reducidos) y el impuesto especial sobre determinados medios de transporte (que grava vehículos de lujo, buques de recreo o avionetas). Junto a esta subida selectiva de impuestos, también se mejoran y amplían las deducciones en el IRPF, para favorecer a las clases medias y bajas.
Asimismo, el Gobierno de la Junta ha decidido asumir un déficit del 1,3%, que es el máximo autorizado por el Estado, para contar con el máximo de recursos posibles. El objetivo no es otro que salvaguardar las políticas sociales, evitando meter la tijera en la educación o la sanidad públicas, como está haciendo el Partido Popular en las comunidades que gobierna.
Al publicar sus cuentas para 2012, el Gobierno andaluz busca, además, impulsar la economía, todo lo contrario de lo que está haciendo el PP. Los gobiernos autonómicos de la derecha, al decidir no elaborar sus presupuestos para el próximo año con excusas peregrinas, no sólo están incumpliendo su propia normativa, sino que están creando un escenario de inestabilidad que en nada beneficia a la economía del país. Una nueva muestra de irresponsabilidad por la que tendrán que responder ante los ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario