El próximo martes, los españoles volveremos a conmemorar el paso más decisivo que hemos dado en nuestra historia reciente como país: la aprobación de la Constitución de la que emana todo nuestro sistema legislativo.
Este 6 de diciembre, tenemos motivos de celebración. Nuestro texto constitucional cumple 33 años y por primera vez celebramos este día sin el miedo a un atentado terrorista por parte de ETA, algo que hemos logrado con perseverancia y unidad, con lo mismo que fuimos capaces de aprobar nuestra Constitución, que hoy es ya símbolo de paz y de libertad. Los españoles supimos ponernos de acuerdo para crear, gracias al diálogo y al consenso, nuestra Carta Magna y hemos trabajado también de forma conjunta para poner freno a la lacra del terrorismo.
Los ciudadanos y ciudadanas demandan a la clase política trabajar en defensa de sus intereses, que son los de nuestro país, y nos llaman a la responsabilidad para superar los problemas de desempleo y económicos que atravesamos. El espíritu de las Constitución sirve de estímulo para esforzarnos unidos por alcanzar una sociedad mejor, y nos sirve de fuente de inspiración para trabajar desde la madurez democrática y desde el compromiso con la defensa de aquello que demanda nuestra sociedad.
A pesar de la coyuntura económica que atravesamos, no está de más volver la vista atrás, para comprobar que la Constitución española está haciendo posible la etapa de mayor desarrollo y mayor libertad de nuestra historia. El texto constitucional ha sido un instrumento que nos ha permitido conseguir grandes avances y tener confianza en nuestro futuro.
La voluntad de los españoles de vivir en una democracia desarrollada nos ha permitido, con el paso del tiempo, construir un país moderno, donde se practica el respeto y la tolerancia. Y ello gracias a la Constitución, que nos acoge a todos, cualesquiera que sean nuestras ideas, nuestras formas de hacer política o nuestros planteamientos de organización territorial.
Los seres humanos compartimos muchas más ideas, valores, pensamientos, sentimientos y anhelos, tenemos muchas más necesidades en común, de las que nos diferencian a cada unos de otros. Gracia a esto somos capaces de llegar al entendimiento, de alcanzar acuerdos, de llegar a puntos de encuentro con los que avanzar. De esto nace nuestra Constitución.
Con sus 33 años de historia, el mejor tributo que podemos ofrecer a nuestra Constitución no es otro que trabajar todos juntos por los valores más preciados que consagra: la igualdad, la justicia y la libertad, para que España siga sirviendo de modelo a quienes deseen seguir el apasionante camino que es vivir la democracia.
El día 6 de diciembre de 1978, los españoles demostramos nuestra voluntad de superar diferencias y unirnos en torno al proyecto común de construir una sociedad en la que todos pudiéramos vivir en paz
La responsable de este éxito no es otra que la sociedad española, por lo que los ciudadanos y ciudadanas volverán a ser los protagonistas de la celebración el próximo día 6 de diciembre. A los españoles hay que agradecerles su identificación con los principios constitucionales, cuya vigencia ya es parte de nuestra vida cotidiana.
Con nuestra Constitución, los españoles demostramos que somos un pueblo responsable y comprometido con la libertad, y que sabemos ponernos de acuerdo cuando es necesario, aportando la generosidad suficiente para defender el interés general. Felicidades.
Este 6 de diciembre, tenemos motivos de celebración. Nuestro texto constitucional cumple 33 años y por primera vez celebramos este día sin el miedo a un atentado terrorista por parte de ETA, algo que hemos logrado con perseverancia y unidad, con lo mismo que fuimos capaces de aprobar nuestra Constitución, que hoy es ya símbolo de paz y de libertad. Los españoles supimos ponernos de acuerdo para crear, gracias al diálogo y al consenso, nuestra Carta Magna y hemos trabajado también de forma conjunta para poner freno a la lacra del terrorismo.
Los ciudadanos y ciudadanas demandan a la clase política trabajar en defensa de sus intereses, que son los de nuestro país, y nos llaman a la responsabilidad para superar los problemas de desempleo y económicos que atravesamos. El espíritu de las Constitución sirve de estímulo para esforzarnos unidos por alcanzar una sociedad mejor, y nos sirve de fuente de inspiración para trabajar desde la madurez democrática y desde el compromiso con la defensa de aquello que demanda nuestra sociedad.
A pesar de la coyuntura económica que atravesamos, no está de más volver la vista atrás, para comprobar que la Constitución española está haciendo posible la etapa de mayor desarrollo y mayor libertad de nuestra historia. El texto constitucional ha sido un instrumento que nos ha permitido conseguir grandes avances y tener confianza en nuestro futuro.
La voluntad de los españoles de vivir en una democracia desarrollada nos ha permitido, con el paso del tiempo, construir un país moderno, donde se practica el respeto y la tolerancia. Y ello gracias a la Constitución, que nos acoge a todos, cualesquiera que sean nuestras ideas, nuestras formas de hacer política o nuestros planteamientos de organización territorial.
Los seres humanos compartimos muchas más ideas, valores, pensamientos, sentimientos y anhelos, tenemos muchas más necesidades en común, de las que nos diferencian a cada unos de otros. Gracia a esto somos capaces de llegar al entendimiento, de alcanzar acuerdos, de llegar a puntos de encuentro con los que avanzar. De esto nace nuestra Constitución.
Con sus 33 años de historia, el mejor tributo que podemos ofrecer a nuestra Constitución no es otro que trabajar todos juntos por los valores más preciados que consagra: la igualdad, la justicia y la libertad, para que España siga sirviendo de modelo a quienes deseen seguir el apasionante camino que es vivir la democracia.
El día 6 de diciembre de 1978, los españoles demostramos nuestra voluntad de superar diferencias y unirnos en torno al proyecto común de construir una sociedad en la que todos pudiéramos vivir en paz
La responsable de este éxito no es otra que la sociedad española, por lo que los ciudadanos y ciudadanas volverán a ser los protagonistas de la celebración el próximo día 6 de diciembre. A los españoles hay que agradecerles su identificación con los principios constitucionales, cuya vigencia ya es parte de nuestra vida cotidiana.
Con nuestra Constitución, los españoles demostramos que somos un pueblo responsable y comprometido con la libertad, y que sabemos ponernos de acuerdo cuando es necesario, aportando la generosidad suficiente para defender el interés general. Felicidades.
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