Acaba ahora una legislatura de gobierno de la derecha en Europa marcada por políticas restrictivas que solo han conseguido ahogar el crecimiento de la economía, abrir brechas de desigualdad y provocar que 125 millones de europeos, de los que 13 millones residen en España, vivan hoy en el umbral de la pobreza.
Es indiscutible, por mucho que el PP lo quiera esconder, que nos jugamos mucho el próximo 25 de mayo. Lo que vamos a decidir en estas elecciones es si Europa cambia o sigue por el mismo camino equivocado que nos ha traído hasta aquí. Decidiremos si la socialdemocracia, con otra política económica y social distinta a la que se ha aplicado, toma el relevo en el gobierno de la Unión Europea o si es otra vez la derecha la que va a seguir enterrando nuestro futuro.
Los socialistas europeos –en el caso de España, el PSOE- concurrimos a estas elecciones apostando por una nueva política económica para Europa que dé un giro a la que hasta ahora ha venido imponiendo la derecha. Estamos convencidos de que la salida de la crisis pasa por la flexibilización de la reducción del déficit, el control al mundo financiero y por una política fiscal distinta: de modo que paguen los que no pagan o pagan menos de lo que deben, que combata el fraude fiscal y que acabe con los paraísos fiscales.
También necesitamos recuperar y revaluar la unión social que tanto valor ha dado al modelo europeo. Durante la crisis se han vuelto a abrir grandes brechas en el ámbito laboral, entre ricos y pobres y entre hombres y mujeres. Por eso, la defensa de la igualdad y conseguir que esas brechas vuelvan a cerrarse se han convertido en un objetivo principal para la izquierda en esta campaña de elecciones europeas.
Los almerienses debemos de ser conscientes también de que la mayoría de las políticas que se aplican en Europa tienen un efecto inmediato en nuestra economía y en nuestro desarrollo. Los planes de empleo, las ayudas al sector agrícola, el cumplimiento de los acuerdos con terceros países o las infraestructuras que dependen de una financiación comunitaria, por poner algunos ejemplos, van a determinar nuestro futuro más inmediato.
En ese sentido, poder contar con Maricarmen Ortiz, con una socialista almeriense que se siente en el Parlamento europeo, se presenta como una oportunidad única para nuestra provincia que no debemos de desaprovechar. Para que el cambio que necesita nuestro país empiece por Europa.
Es indiscutible, por mucho que el PP lo quiera esconder, que nos jugamos mucho el próximo 25 de mayo. Lo que vamos a decidir en estas elecciones es si Europa cambia o sigue por el mismo camino equivocado que nos ha traído hasta aquí. Decidiremos si la socialdemocracia, con otra política económica y social distinta a la que se ha aplicado, toma el relevo en el gobierno de la Unión Europea o si es otra vez la derecha la que va a seguir enterrando nuestro futuro.
Los socialistas europeos –en el caso de España, el PSOE- concurrimos a estas elecciones apostando por una nueva política económica para Europa que dé un giro a la que hasta ahora ha venido imponiendo la derecha. Estamos convencidos de que la salida de la crisis pasa por la flexibilización de la reducción del déficit, el control al mundo financiero y por una política fiscal distinta: de modo que paguen los que no pagan o pagan menos de lo que deben, que combata el fraude fiscal y que acabe con los paraísos fiscales.
También necesitamos recuperar y revaluar la unión social que tanto valor ha dado al modelo europeo. Durante la crisis se han vuelto a abrir grandes brechas en el ámbito laboral, entre ricos y pobres y entre hombres y mujeres. Por eso, la defensa de la igualdad y conseguir que esas brechas vuelvan a cerrarse se han convertido en un objetivo principal para la izquierda en esta campaña de elecciones europeas.
Los almerienses debemos de ser conscientes también de que la mayoría de las políticas que se aplican en Europa tienen un efecto inmediato en nuestra economía y en nuestro desarrollo. Los planes de empleo, las ayudas al sector agrícola, el cumplimiento de los acuerdos con terceros países o las infraestructuras que dependen de una financiación comunitaria, por poner algunos ejemplos, van a determinar nuestro futuro más inmediato.
En ese sentido, poder contar con Maricarmen Ortiz, con una socialista almeriense que se siente en el Parlamento europeo, se presenta como una oportunidad única para nuestra provincia que no debemos de desaprovechar. Para que el cambio que necesita nuestro país empiece por Europa.
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