El Partido Popular se ha empeñado en meter en la batalla política a los más necesitados en una estrategia absolutamente perversa y ruin, tal y como estamos comprobando con el boicot que pretenden realizar a los planes puestos en marcha por la Junta de Andalucía para fomentar la contratación de jóvenes y personas en riesgo de exclusión.
El origen de esta absurda polémica se encuentra en el estado de nervios que sufre el líder de la derecha en nuestra comunidad, Juan Manuel Moreno Bonilla, que está siendo cuestionado dentro de su propio partido tras los resultados electorales de las elecciones europeas, lo que está haciendo que aflore lo peor de la derecha. El líder del PP les ha salido rana y desde que se han dado cuenta de esto no hacen otra cosa que jugar sucio y desacreditar de manera indecente al único Gobierno que está aprobando una medida contra el paro cada quince días.
En apenas unos meses de gobierno de Susana Díaz, los andaluces han comprobado que hay un compromiso firme y real con el empleo, para lo que se cuenta con la implicación de los ayuntamientos andaluces, con 200 millones de euros destinados al Plan de Empleo Joven, 64 millones al Plan de Inclusión Social y otros 106 millones a un nuevo programa especial de empleo para mayores de 30 años.
Estas medidas son especialmente necesarias por el destrozo del Estado de Bienestar que ha ocasionado el PP, que ha dejado las tasas más altas de paro en el país y a millones de hogares sin recurso alguno. Ante esta sangría, el Gobierno andaluz se ha empleado en atender y en ayudar a las personas que peor lo están pasando. Estas medidas, tienen desconcertada a la derecha que, en lugar de sumar y de arrimar el hombro, plantea un boicot que perjudica exclusivamente a los miles de andaluces y de almerienses que necesitan un empleo y requieren medidas tan vitales, en muchos casos, como garantizar su alimentación.
Los parados de Almería, de Roquetas de Mar o de El Ejido o las familias en riesgo de exclusión social a las que van dirigidos estos programas no van a entender de ninguna manera que la derecha andaluza quiera hacer batalla política de sus necesidades, ya que resulta incomprensible que en lugar de colaborar y ejecutar estos planes el PP se dedique a poner palos en las ruedas.
En cualquier caso, a pesar del Partido Popular, nada impedirá que las personas que necesitan estas ayudas se beneficien de ellas y los ciudadanos volverán a tomar buena nota de que frente al daño que ocasiona la derecha, hay un Gobierno sensible y responsable, como el andaluz, que estará siempre del lado de quienes peor lo están pasando.
El origen de esta absurda polémica se encuentra en el estado de nervios que sufre el líder de la derecha en nuestra comunidad, Juan Manuel Moreno Bonilla, que está siendo cuestionado dentro de su propio partido tras los resultados electorales de las elecciones europeas, lo que está haciendo que aflore lo peor de la derecha. El líder del PP les ha salido rana y desde que se han dado cuenta de esto no hacen otra cosa que jugar sucio y desacreditar de manera indecente al único Gobierno que está aprobando una medida contra el paro cada quince días.
En apenas unos meses de gobierno de Susana Díaz, los andaluces han comprobado que hay un compromiso firme y real con el empleo, para lo que se cuenta con la implicación de los ayuntamientos andaluces, con 200 millones de euros destinados al Plan de Empleo Joven, 64 millones al Plan de Inclusión Social y otros 106 millones a un nuevo programa especial de empleo para mayores de 30 años.
Estas medidas son especialmente necesarias por el destrozo del Estado de Bienestar que ha ocasionado el PP, que ha dejado las tasas más altas de paro en el país y a millones de hogares sin recurso alguno. Ante esta sangría, el Gobierno andaluz se ha empleado en atender y en ayudar a las personas que peor lo están pasando. Estas medidas, tienen desconcertada a la derecha que, en lugar de sumar y de arrimar el hombro, plantea un boicot que perjudica exclusivamente a los miles de andaluces y de almerienses que necesitan un empleo y requieren medidas tan vitales, en muchos casos, como garantizar su alimentación.
Los parados de Almería, de Roquetas de Mar o de El Ejido o las familias en riesgo de exclusión social a las que van dirigidos estos programas no van a entender de ninguna manera que la derecha andaluza quiera hacer batalla política de sus necesidades, ya que resulta incomprensible que en lugar de colaborar y ejecutar estos planes el PP se dedique a poner palos en las ruedas.
En cualquier caso, a pesar del Partido Popular, nada impedirá que las personas que necesitan estas ayudas se beneficien de ellas y los ciudadanos volverán a tomar buena nota de que frente al daño que ocasiona la derecha, hay un Gobierno sensible y responsable, como el andaluz, que estará siempre del lado de quienes peor lo están pasando.
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