sábado, 28 de junio de 2014

Las trampas del PP

¿La reforma fiscal anunciada por Rajoy es la que necesita este país o la que le conviene al Partido Popular? Esta es la pregunta que todos nos podemos hacer hoy tras conocer que la derecha ha vuelto a demostrar que sus prioridades siguen estando donde han estado siempre: junto a los poderosos. A pesar de lo anunciado por el Gobierno central, la realidad es que esta reforma tendrá unos efectos muy reducidos sobre el crecimiento o el empleo y perjudicará a las familias y a los trabajadores, puesto que son las clases medias las que terminarán pagando la gran rebaja que se aplica a las rentas altas.
Una de las grandes “trampas” del texto que se ha dado a conocer tiene que ver con lo que no dice, con lo que oculta, puesto que no aborda de manera decidida el fraude fiscal, cuyo impacto estimado en nuestro país es de 90.000 millones de euros. Frente a este grave problema, el PP sistemáticamente mira hacia otro lado y cuando ha decidido abordarlo lo ha hecho por la puerta de atrás, aprobando una vergonzosa amnistía fiscal que ha beneficiado a los grandes defraudadores. Por eso, este cambio de fiscalidad no va a inquietar a este colectivo ‘vip’ lo más mínimo ya que las medidas aprobadas en ese sentido – una simple lista de morosos- ni les rozan.
El Gobierno del Partido Popular garantiza que los que más tienen paguen menos y que los que menos tienen no tengan asegurado ni el estado del bienestar ni los derechos sociales fundamentales. Si Rajoy, con estas medidas a la carta de las grandes fortunas pretende decir que ha cumplido su promesa electoral de bajar impuestos – con la mirada puesta sobre todo a las citas electorales del próximo año- estará engañando doblemente porque ha subido más de 50 tributos durante su mandato, con incrementos brutales en el IVA en un momento crítico para la sociedad española, y ha introducido copagos y nuevas tasas.
Además, el Gobierno de Rajoy, que tiene una especial fijación con los parados - a los que no deja de castigar - ahora pretende obligarles a tributar por las indemnizaciones que reciban al ser despedidos de sus empleos, añadiendo al dolor moral un buen pellizco económico cuando más falta les hace ese dinero. Tampoco parece que en esta reforma el Partido Popular haya querido tener en cuenta a miles de familias, muchas de ellas jóvenes, que viven de alquiler y a las que ha decido eliminar las deducciones que hasta ahora podían aplicarse.

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