La agricultura está padeciendo en los últimos meses una seria crisis de precios como consecuencia, entre otros muchos factores, de esas elevadas temperaturas que se han estado registrando no solo en Almería, sino también en otras regiones y otros países que compiten en nuestros mismos mercados y que han provocado un aumento de la producción. Ante esta situación, la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, ha pedido al Gobierno central que solicite ante el próximo Consejo de Ministros de la UE que se revisen los costes de retirada de productos hortofrutícolas y se articulen una serie de medidas excepcionales para una situación de crisis como la que estamos padeciendo.
Además, el Gobierno andaluz ha exigido, de otro lado, que se supervise que se cumplen los acuerdos con terceros países para comprobar que las cuotas que llegan a los mercados europeos son las recogidas en esos acuerdos. Este aspecto se presenta también como un asunto clave para despejar las dudas que en estos momentos crecen en el sector. Sin embargo, no es éste el único problema que está padeciendo el agro almeriense; existen otros muchos que inciden directamente en la rentabilidad de sus producciones, como es el caso del injusto reparto que realizó el Gobierno de Rajoy de las ayudas de la Política Agraria Común, del tarifazo eléctrico que impuso a los regantes, o la discriminación por las bonificaciones en el precio del agua desalada que aprobó para los agricultores de Murcia y Alicante, mientras que se ha negado a hacer lo propio en nuestra provincia, pese a que la sequía, como es por todo el mundo conocido, es estructural en Almería.
En ese contexto, resulta también lamentable que tengamos una infraestructura como es el caso de la desaladora del Bajo Almanzora que sigue inutilizada desde 2012, cuando las riadas que afectaron a la comarca provocaron su rotura. Los socialistas, a través de una iniciativa que hemos registrado en el Congreso de los Diputados hemos exigido que se repare cuanto antes. En esa Proposición No de Ley se detalla que en los Presupuestos Generales del Estado de los años 2014, 2015 y 2016 se han contemplado inversiones destinadas a su arreglo, sin que en ningún momento se haya ejecutado ninguna obra.
Han pasado ya tres años y medio desde aquellas lluvias torrenciales y los agricultores no pueden ser los perjudicados por la falta de diligencia del Gobierno central. Más allá de lo que la justicia determine sobre la sombra de corrupción que se cierne por los sobrecostes que se pretendían establecer presuntamente desde Acuamed para su puesta en servicio, la obligación del Gobierno cesante de Rajoy es tomar cartas en el asunto de una vez por todas.
De la misma manera, es necesario poner a pleno rendimiento la desaladora del Campo de Dalías, lo que permitiría, además de garantizar agua para riego y abastecimiento humano, revertir la grave situación de sobreexplotación que sufre el acuífero del Poniente almeriense.
Como decía al comienzo de esta columna, Almería, sufre los rigores de una mala campaña agrícola, y eso es algo difícil de manejar en el caso de la excepcional climatología de los últimos meses. Todo indica que la subida de las temperaturas será algo a lo que nos tendremos que acostumbrar a corto y medio plazo. Sin embargo, a lo que no podemos rendirnos ni acostumbrarnos es al castigo al que nos hemos visto sometidos por la dejadez del Gobierno del PP, que en ningún momento ha creído en esta tierra, que la ha machacado con sus decisiones y que ha sido incapaz de atender o solucionar los problemas más acuciantes de un sector productivo esencial para nuestra economía.
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