Acabamos de arrancar un nuevo año que va a ser clave para nuestra tierra. En 2018, los almerienses y las almerienses nos jugamos no solo nuestro presente más inmediato, sino también nuestro futuro. Me refiero a las infraestructuras de energía y de transporte que tenemos pendientes o las que tienen que ver con los recursos hídricos que necesitamos para regar nuestros campos. Hablamos, por lo tanto, de tres pilares fundamentales que van a determinar el desarrollo económico y social de Almería.
Los socialistas también planteamos como un reto irrenunciable para este nuevo año la recuperación del empleo y de los salarios. El objetivo no es sólo que desciendan los índices de paro a cualquier precio, sino que habrá que establecer las medidas que sean necesarias para hacer que el empleo que se cree sea de calidad. Para ello, seguiremos exigiendo la derogación de la reforma laboral y el diseño de un marco que permita que los trabajadores y trabajadoras tengan un sueldo justo para para vivir con dignidad.
De otro lado, es necesario que nuestros servicios públicos se amplíen y mejoren, y eso solo es posible si la financiación que recibimos del Estado se ajusta a la realidad de Andalucía. En este asunto, como en tantos otros, a Rajoy se le ha acabado el tiempo. Le exigimos que cumpla sin dilación con esta justa reivindicación y que ponga en marcha ya la reforma del sistema de financiación. Hace justo un año que se comprometió a ello y aún seguimos esperando.
Los andaluces y andaluzas ya estamos muy cansados de las cartas del Gobierno del PP, -como la última que ha enviado el ministro Montoro-, en la que vincula la mejora en la financiación autonómica y las entregas a cuenta del Estado a la aprobación de los presupuestos de 2018, en un ejercicio nada sutil de chantaje a las comunidades autónomas.
Los socialistas andaluces llevamos mucho tiempo diciendo que esto no puede seguir así. La aplicación de este sistema de financiación es injusta y nos perjudica claramente. El nuevo modelo de financiación debe garantizar a la ciudadanía, viva donde viva, la educación y la sanidad públicas; los servicios sociales y los servicios públicos. Por tanto, el nuevo modelo de financiación autonómica es imprescindible y urgente. Muy urgente.
Esta tierra, como decía, se juega mucho en este 2018. Y los socialistas estamos preparados para reivindicar y exigir un trato justo a Andalucía y, consecuentemente, a Almería. Un trato justo también en los Presupuestos Generales del Estado en este nuevo ejercicio. Confiamos en que la incapacidad de diálogo del PP no termine por impedir que se aprueben unos presupuestos que, al menos este año, puedan cumplir con Almería.
Almería nunca ha estado en el mapa para el PP. Sumamos ya seis años siendo una de las provincias más castigas de todo el territorio nacional. El balance del paso del PP por el Gobierno nos arroja unas pérdidas que superan los 1.000 millones de euros en nuestra provincia. Mil millones que se han dejado de invertir en Almería y que hubieran supuesto la instalación de nuevas empresas e industrias en nuestra provincia, muchos puestos de trabajo y una notable mejora de nuestra competitividad.
2018 tiene que ser, por lo tanto, el año en el que el Gobierno del PP deje de maltratar y castigar a Andalucía. También tiene que ser el año en el que el PP andaluz y su líder, el señor Moreno Bonilla, se pongan del lado de los andaluces y andaluzas y no contra ellos.
Los socialistas también planteamos como un reto irrenunciable para este nuevo año la recuperación del empleo y de los salarios. El objetivo no es sólo que desciendan los índices de paro a cualquier precio, sino que habrá que establecer las medidas que sean necesarias para hacer que el empleo que se cree sea de calidad. Para ello, seguiremos exigiendo la derogación de la reforma laboral y el diseño de un marco que permita que los trabajadores y trabajadoras tengan un sueldo justo para para vivir con dignidad.
De otro lado, es necesario que nuestros servicios públicos se amplíen y mejoren, y eso solo es posible si la financiación que recibimos del Estado se ajusta a la realidad de Andalucía. En este asunto, como en tantos otros, a Rajoy se le ha acabado el tiempo. Le exigimos que cumpla sin dilación con esta justa reivindicación y que ponga en marcha ya la reforma del sistema de financiación. Hace justo un año que se comprometió a ello y aún seguimos esperando.
Los andaluces y andaluzas ya estamos muy cansados de las cartas del Gobierno del PP, -como la última que ha enviado el ministro Montoro-, en la que vincula la mejora en la financiación autonómica y las entregas a cuenta del Estado a la aprobación de los presupuestos de 2018, en un ejercicio nada sutil de chantaje a las comunidades autónomas.
Los socialistas andaluces llevamos mucho tiempo diciendo que esto no puede seguir así. La aplicación de este sistema de financiación es injusta y nos perjudica claramente. El nuevo modelo de financiación debe garantizar a la ciudadanía, viva donde viva, la educación y la sanidad públicas; los servicios sociales y los servicios públicos. Por tanto, el nuevo modelo de financiación autonómica es imprescindible y urgente. Muy urgente.
Esta tierra, como decía, se juega mucho en este 2018. Y los socialistas estamos preparados para reivindicar y exigir un trato justo a Andalucía y, consecuentemente, a Almería. Un trato justo también en los Presupuestos Generales del Estado en este nuevo ejercicio. Confiamos en que la incapacidad de diálogo del PP no termine por impedir que se aprueben unos presupuestos que, al menos este año, puedan cumplir con Almería.
Almería nunca ha estado en el mapa para el PP. Sumamos ya seis años siendo una de las provincias más castigas de todo el territorio nacional. El balance del paso del PP por el Gobierno nos arroja unas pérdidas que superan los 1.000 millones de euros en nuestra provincia. Mil millones que se han dejado de invertir en Almería y que hubieran supuesto la instalación de nuevas empresas e industrias en nuestra provincia, muchos puestos de trabajo y una notable mejora de nuestra competitividad.
2018 tiene que ser, por lo tanto, el año en el que el Gobierno del PP deje de maltratar y castigar a Andalucía. También tiene que ser el año en el que el PP andaluz y su líder, el señor Moreno Bonilla, se pongan del lado de los andaluces y andaluzas y no contra ellos.
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