Las mentiras tienen las patas muy cortas y sólo han hecho falta seis meses para que se revelen, con todo su esplendor, los engaños que utilizaron el PP y Ciudadanos para hacerse con el Gobierno de Andalucía.
Seis meses es lo que ha tardado el Gobierno de Juan Manuel Moreno en presentarnos a los andaluces el Presupuesto con el que quieren gestionar Andalucía en 2019. Los que tanta prisa tenían por llegar a San Telmo se lo han tomado con calma y han dejado que pasen todas las convocatorias electorales antes de desvelar sus intenciones, sin importarles que, por el camino, perdiéramos medio año.
Desde el PSOE ya advertimos de que este retraso no era más que una estrategia para evitar que los andaluces tomaran nota y castigaran a las derechas en las urnas, y ahora ha quedado claro que no nos equivocábamos.
El proyecto de Presupuestos presentado por PP y Cs confirma una por una todas las sospechas: recorte de las ayudas a las familias, subida de los impuestos a la clase media trabajadora mientras que baja para las grandes fortunas, y el inicio de la privatización de la educación y la sanidad, mediante el recorte de los recursos para los servicios públicos y la apuesta por los privados.
Todo esto era de esperar, pero también ha habido algunas sorpresas de última hora, como que el partido que hizo bandera de la creación de empleo (PP), llegando a prometer en campaña 600.000 nuevos puestos de trabajo, haya reducido la inversión en políticas de empleo en un 15% y ahora hable de 60.000 puestos anuales.
En lo que respecta concretamente a la provincia de Almería tampoco tenemos razones para sentirnos afortunados con estas cuentas de PP y Ciudadanos. La gran obra en materia sanitaria que el anterior gobierno socialista dejó casi lista, el Hospital Materno Infantil, no se abrirá en 2019 y a este paso tampoco lo hará en 2020. La razón es que el Gobierno de Moreno Bonilla ha reservado sólo 363.000 euros para equipamiento, una cantidad con la que apenas se pueden comprar cinco endoscopios. Para que se entienda esta burla que han metido en los presupuestos, basta decir que el equipamiento del Materno Infantil necesita una inversión superior a los 10 millones de euros.
Tampoco nos salen las cuentas en Almería con la Autovía del Almanzora. En campaña electoral, Moreno Bonilla prometió que adjudicaría los tramos pendientes en su primer mes de gobierno y no sólo no ha sido así, sino que no han puesto en marcha las obras del penúltimo tramo y, en cuanto al último, ni siquiera lo han incluido en los presupuestos de este año.
Otras sonoras preocupaciones del PP también han desaparecido de su agenda. Me refiero, entre otras, al hospital de Roquetas, la ampliación del hospital de El Ejido o el Conservatorio de Música y Danza. Por cierto, en materia de educación, las inversiones en infraestructuras educativas sufren también una caída brutal, pasando de los 30 millones contemplados en 2018 a poco más de 5 millones. Habrá que ver qué colegios son capaces de arreglar con esta cantidad.
La realidad del gobierno de PP y Cs no es tan esplendorosa como nos quisieron vender. Además, este fiasco de presupuesto también ha servido para recordar que, en Andalucía, la sartén por el mango la tiene Vox, aunque el vicepresidente Juan Marín se empeñara en que no saliera en la foto de las negociaciones para formar gobierno. Si PP y Cs quieren aprobar estas cuentas, no les va a quedar más remedio que hacerse la foto con Vox y asumir, con ello, públicamente que quizá ellos proponen, pero es la extrema derecha la que dispone en Andalucía.
Seis meses es lo que ha tardado el Gobierno de Juan Manuel Moreno en presentarnos a los andaluces el Presupuesto con el que quieren gestionar Andalucía en 2019. Los que tanta prisa tenían por llegar a San Telmo se lo han tomado con calma y han dejado que pasen todas las convocatorias electorales antes de desvelar sus intenciones, sin importarles que, por el camino, perdiéramos medio año.
Desde el PSOE ya advertimos de que este retraso no era más que una estrategia para evitar que los andaluces tomaran nota y castigaran a las derechas en las urnas, y ahora ha quedado claro que no nos equivocábamos.
El proyecto de Presupuestos presentado por PP y Cs confirma una por una todas las sospechas: recorte de las ayudas a las familias, subida de los impuestos a la clase media trabajadora mientras que baja para las grandes fortunas, y el inicio de la privatización de la educación y la sanidad, mediante el recorte de los recursos para los servicios públicos y la apuesta por los privados.
Todo esto era de esperar, pero también ha habido algunas sorpresas de última hora, como que el partido que hizo bandera de la creación de empleo (PP), llegando a prometer en campaña 600.000 nuevos puestos de trabajo, haya reducido la inversión en políticas de empleo en un 15% y ahora hable de 60.000 puestos anuales.
En lo que respecta concretamente a la provincia de Almería tampoco tenemos razones para sentirnos afortunados con estas cuentas de PP y Ciudadanos. La gran obra en materia sanitaria que el anterior gobierno socialista dejó casi lista, el Hospital Materno Infantil, no se abrirá en 2019 y a este paso tampoco lo hará en 2020. La razón es que el Gobierno de Moreno Bonilla ha reservado sólo 363.000 euros para equipamiento, una cantidad con la que apenas se pueden comprar cinco endoscopios. Para que se entienda esta burla que han metido en los presupuestos, basta decir que el equipamiento del Materno Infantil necesita una inversión superior a los 10 millones de euros.
Tampoco nos salen las cuentas en Almería con la Autovía del Almanzora. En campaña electoral, Moreno Bonilla prometió que adjudicaría los tramos pendientes en su primer mes de gobierno y no sólo no ha sido así, sino que no han puesto en marcha las obras del penúltimo tramo y, en cuanto al último, ni siquiera lo han incluido en los presupuestos de este año.
Otras sonoras preocupaciones del PP también han desaparecido de su agenda. Me refiero, entre otras, al hospital de Roquetas, la ampliación del hospital de El Ejido o el Conservatorio de Música y Danza. Por cierto, en materia de educación, las inversiones en infraestructuras educativas sufren también una caída brutal, pasando de los 30 millones contemplados en 2018 a poco más de 5 millones. Habrá que ver qué colegios son capaces de arreglar con esta cantidad.
La realidad del gobierno de PP y Cs no es tan esplendorosa como nos quisieron vender. Además, este fiasco de presupuesto también ha servido para recordar que, en Andalucía, la sartén por el mango la tiene Vox, aunque el vicepresidente Juan Marín se empeñara en que no saliera en la foto de las negociaciones para formar gobierno. Si PP y Cs quieren aprobar estas cuentas, no les va a quedar más remedio que hacerse la foto con Vox y asumir, con ello, públicamente que quizá ellos proponen, pero es la extrema derecha la que dispone en Andalucía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario