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Cada año, más de un millar de almerienses con cáncer tienen que desplazarse hasta el hospital Virgen de las Nieves de Granada para someterse a una prueba que en Almería no pueden realizarse, por carecer la provincia de un instrumento de diagnóstico conocido como PET-TAC. A la incertidumbre sobre la evolución de su enfermedad, estos pacientes tienen que sumarle las molestias de tener que realizar un viaje.
En 2018, el Gobierno de Susana Díaz priorizó la instalación en la provincia de Almería de un PET-TAC. Lo dejó todo previsto para que, en 2019, entrara en funcionamiento en Torrecárdenas, pero antes de eso llegaron las elecciones de diciembre de 2018 y, con ellas, el cambio de gobierno en la Junta.
En junio de 2019, el Gobierno de Moreno Bonilla anunciaba la inclusión del PET-TAC en los presupuestos de ese año, algo que la propia delegada del Gobierno destacaba como un logro de esos presupuestos. Sin embargo, en septiembre de 2019, el consejero de Salud visitaba Torrecárdenas y anunciaba que el PET-TAC no llegaría ese año, sino al siguiente. Efectivamente, terminó 2019 sin que se instalara, pero luego llegó 2020, pasó 2020, ha pasado el primer trimestre de 2021 y los almerienses seguimos sin noticias del PET-TAC. Esta semana le hemos trasladado esta petición en el Parlamento de Andalucía y el consejero ha vuelto a dar largas, sin comprometerse a que sea una realidad durante 2021.
La respuesta del consejero en sede parlamentaria, diciendo que está ahora a la espera de unos fondos del Gobierno de España y eludiendo sus competencias y su responsabilidad, solo se puede calificar de bochornosa y está a la altura de la que el Partido Popular de Almería ofreció también hace unos días, cuando señaló que el PET-TAC se instalaría “más pronto que tarde”, algo inaceptable para los que sufren esta grave enfermedad.
La salud debería ser la prioridad absoluta de cualquier gobierno. Sin embargo, desde la llegada de las derechas al Gobierno andaluz, el grado de descuido que estamos sufriendo es simplemente intolerable. En poco más de dos años, los almerienses hemos asistido al cierre de la Cruz Roja, tenemos dificultades para poder ir al médico cuando lo necesitamos (con citas a la vuelta de quince días, en el mejor de los casos, para muchas personas) y hemos visto largas colas de ancianos que esperan durante horas a que les pongan una vacuna. En este tiempo no se ha abierto ningún centro de salud nuevo, no se ha avanzado ni un milímetro para abrir el hospital de Roquetas y se ha retrasado la puesta en marcha del edificio de Consultas Externas de Torrecárdenas. Los almerienses no necesitamos propaganda: necesitamos hechos y que lo importante se resuelva con celeridad.
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