miércoles, 4 de enero de 2012

Invertir para no retroceder


Una de las claves para entender la fortaleza de nuestra agricultura, pese a los serios problemas a los que tiene que hacer frente, es la apuesta decidida de productores y empresas por modernizar sus instalaciones y medios de trabajo y comercialización. Los pequeños agricultores en superficies abiertas o invernadas, saben que para hacer frente a la competencia, no siempre leal, tienen que mejorar la productividad y alcanzar la excelencia dentro del terreno marcado por las directivas de distinto rango que regular su trabajo.


No están solos en ese objetivo. La Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía ha apoyado con 6,7 millones de euros los proyectos de modernización de explotaciones agrarias presentados por 244 agricultores y ganaderos de la provincia de Almería, unos proyectos que en su conjunto suponen una inversión pública y privada de 14,5 millones de euros.

Entre otros proyectos, estas ayudas se destinan a la adquisición de maquinaria y equipos; construcción o mejora de inmuebles; y el pago de honorarios de técnicos. Asimismo, se destinan a la construcción o adquisición de invernaderos, siempre que cumplan una serie de requisitos en cuanto a la altura de la estructura, el espesor de plástico, medidas de protección contra virosis, y que dispongan de sistema de recogida de aguas pluviales, entre otros. En muchas ocasiones, y estas es una de ellas, pararse es retroceder y los agricultores lo saben perfectamente.

Quisiera poner de manifiesto la capacidad de iniciativa y el deseo de buscar la excelencia profesional de todos los agricultores y empresas que han tramitado y conseguido estas ayudas. Todos ellos podrán empezar inmediatamente a aplicar esta modernización que, no olvidemos, implica también una parte de inversión propia de los agricultores. Hay que poner en mayúsculasla actitud del sector primario almeriense por su contribución al desarrollo rural. A pesar de las dificultades económicas y financieras, sigue apostando por la mejora y modernización de sus explotaciones.

Cualquier conocedor de la realidad económica almeriense sabe que cada metro cuadrado de superficie agrícola genera empleo, inversiones y desarrollo industrial auxiliar. Y cada euro que se destina a la mejora es dinero que fortalece esta espina dorsal de nuestra economía y que revierte en un mayor control del efecto que la actividad agrícola tiene sobre el medio ambiente. Hablo de una rentabilidad en la producción, desde luego, pero también de los beneficios que obtenemos conservando limpios nuestro campo y nuestro aire.

El nuevo año, con las elecciones andaluzas a finales del primer trimestre, tiene que ser mejor para nuestros agricultores. Ese es mi deseo, compartido con la preocupación de la reforma de la Política Agraria Común, el control de los precios y la competencia de terceros. Son asuntos de envergadura en los que el PSOE y la Junta de Andalucía se mantendrán en primera línea para garantizar un trato justo a nuestros productores. Esperemos que el gobierno de Rajoy haga lo mismo.

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