lunes, 18 de junio de 2012

El silencio cobarde de Rajoy


De estar en la oposición y no en el Gobierno, el PP se estaría frotando las manos por aquello de que “cuanto peor, mejor”. Claro que un Gobierno del PSOE habría actuado de forma muy distinta a como lo está haciendo Rajoy en los casi seis meses que lleva en La Moncloa. Estamos peor que hace medio año pero eso, para nadie que tenga dos dedos de frente, es mejor.

Europa acude al socorro de la banca española, de la que el propio Rajoy se ha erigido en portavoz. Y resulta que la banca, o al menos entidades muy importantes del sector, se está pensando si aceptar la parte que les toca de los cien mil millones de euros que les van a prestar. Dicho de otra manera, que algunos bancos no quieren ser rescatados. Ante esto, las voces más sensatas empiezan a hablar ya de disolución de esas entidades cuya pésima gestión engorda el déficit estructural español y contribuye al deterioro de la marca España. El último hachazo lo hemos recibido este mismo miércoles por parte de la agencia de ratings Moodys.

La banca española tiene una deuda conjunta con Europa que ronda los 300.000 millones de euros. Sólo nuestra estructura financiera privada representa el 82,9% de lo que los bancos europeos deben al Banco Central Europeo. El porqué de estas impresionantes cifras ha sido explicado y analizado desde muchos frentes pero ahora es el momento de dar un paso hacia delante.

Los socialistas no vamos a permitir que el precio del rescate lo paguen los ciudadanos. El mutismo de Rajoy es tan cobarde como inquietante. Se ha sentado a observar con una ausencia de empatía tal hacia el sentir de la sociedad que raya en la indiferencia.

Mientras tanto, los diputados del PP hacen piña para evitar a su jefe el trance de acudir al Congreso de los Diputados para dar explicaciones y someterse al control democrático de la Cámara. Rajoy tendría que haber ido ya, antes de que nadie se lo pida, antes de que sus protectores diputados se mostraran más papistas que el Papa vetando la comparecencia, que era un clamor unánime. No cabe un mejor ejemplo de rodillo.

Todos nos hemos podido dar cuenta a estas alturas de que las recetas macroeconómicas de la derecha están agotadas. Recortar gastos y sanear bancos mal gestionados han sido los únicos ingredientes de esta especie de jarabe de ricino que nos quieren hacer tragar con ruedas de molino.

No me importa tanto el desgaste público que están sufriendo Rajoy y el PP como las nefastas consecuencias en la vida de los españoles. Aquí no caben intereses electoralistas ni el mencionado “cuanto peor, mejor”. Son momentos muy difíciles y lo que se haga o deje de hacer ahora va a condicionar y mucho nuestra salida de la crisis y el regreso a la normalidad social y laboral.

Por eso lo que necesitamos ahora es la unidad de las fuerzas políticas para alcanzar las vías de financiación que España y Andalucía necesitan. El PSOE aporta cada día su mejor sentido constructivo de los intereses generales, como ha hecho siempre a lo largo de su historia. Así que no olvidamos en ningún momento que quienes deben ser la raíz y razón de nuestra acción política son los españoles, su calidad de vida, sus derechos y libertades.

Dentro y fuera de nuestras fronteras escuchamos una verdad: no se sale de la crisis sólo a base de recortar el gasto y apretar más y más el bolsillo del ciudadano. Y esto no es ya una posición ideológica que se pueda compartir o no, es una constatación de todo tipo de especialistas económicos que coinciden en ello.

Si nuestra banca privada recibe ahora una enorme inyección de capital deberemos notarlo en la reactivación de los préstamos a empresas y particulares. Creo que una de las obligaciones del Gobierno es asegurarse de ello porque si al final todo se reduce a echar arena en el agujero financiero para intentar taparlo, todo este debate estará de más.

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