Almería se juega esta tarde el ascenso directo a primera división y si no lo consiguiera aún tendría una nueva oportunidad en la liguilla de ascenso. Partimos de una posición inmejorable a través de distintas opciones para lograr el objetivo que ansiamos todos los almerienses y todos los aficionados al fútbol.
A las siete de la tarde todos los almerienses estamos llamados a enfundarnos la camiseta roja y blanca para hacer llegar nuestro aliento y todo nuestro apoyo a un equipo que ya es campeón, que ha estado durante toda la liga entusiasmando a grandes y pequeños con grandes partidos y con jugadores que no tienen que envidiarle nada a otros muchos que este año hemos visto en primera división.
Nuestro equipo, modestísimo si lo comparamos con el presupuesto que maneja el Villareal, tiene ante sí un reto importantísimo para subir la autoestima de una ciudad con sus familias angustiadas, abrasadas por los elevadísimos impuestos que pagan los ciudadanos. El alcalde, Luis Rogelio Rodríguez, animoso donde los haya para la farándula y la foto, descuida sus deberes y lleva a la ruina a miles de almerienses con impuestos desorbitados, como los recibos del IBI que han encontrado en sus buzones todos los vecinos y vecinas de la capital, y a la propia ciudad mediante los préstamos que mantiene el Ayuntamiento con las entidades bancarias, que rondan los 100 millones de euros, tal y como ha denunciado el Grupo Municipal Socialista, y que nos cuestan 36.000 euros en intereses al día.
Durante unas horas, sin embargo, vamos a intentar olvidarnos un poco de todo esto - tiempo habrá para que le sigamos exigiendo al alcalde de Almería sensibilidad hacia unos ciudadanos a los que aprieta y aprieta hasta la extenuación – y centrémonos en esta revalida de fin de curso a la que se presenta nuestro equipo esta tarde. Toda Almería se tiene que convertir en un clamor para aupar a los nuestros a lo más alto. El “Sí se puede” que hemos escuchado en las últimas jornadas en el estadio de los Juegos Mediterráneos tiene que convertirse en la confirmación de nuestro ascenso a la primera división.
La máxima categoría del fútbol profesional, además de insuflarnos una gran dosis de alegría y entusiasmo en unos tiempos tan complicados, puede ser también una gran oportunidad para “vender” la marca Almería fuera de nuestras fronteras y reactivar nuestra economía. El fútbol, por su repercusión mediática, es una de las mejores herramientas de marketing para una ciudad y una provincia como la nuestra, que ha demostrado que no se achanta ante el presente y que mira al futuro de cara. Metamos, entre todos, el gol de la ilusión.
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