lunes, 8 de julio de 2013

Una vida de lujo


El parlamentario almeriense Javier Arenas ha vivido por encima de sus posibilidades durante mucho tiempo. Las informaciones que se han conocido a cerca de sus gustos tan exquisitos por hoteles de lujo y restaurantes de postín pagados por su partido han puesto definitivamente al campeón de la nómina de oro frente a si mismo en una versión libre del retrato de Dorian Gray, la famosa obra de Oscar Wilde.


Arenas, que descansaba en el Palace, un hotel de superlujazo, y al que ahora también conocemos en su faceta de amante de la buena comida y las mesas caras, consumía su vanidad mientras repartía a la misma vez lecciones de austeridad a instituciones y representantes públicos en una suerte de impagable representación teatral. Pero hay más. Además de los gastos en comidas y alojamiento, el Partido Popular le abonaba, por lo visto, un suculento sobresueldo que sumaba al que cobraba de diputado con el fin de que llegara a fin de mes sin estrecheces.

El que fuera presidente del Partido Popular de Andalucía y cabeza de lista a la presidencia de la Junta por la provincia de Almería debe de dar cuanto antes una explicación de todo esto a todos los andaluces, pero especialmente a los almerienses a los que tendrá que convencer de que sus abultados gastos no han traspasado la barrera de lo decente o de lo honesto. Parece complicado pero debería de intentarlo ante la indignación ciudadana que surge con este tipo de actitudes.

Pero, ¿dónde está Arenas? El Partido Popular de Almería no parece contarlo entre los suyos a la hora de trabajar por esta tierra o cuando se habla de sobresueldos. Ni para una cosa ni para la otra existe el cartel electoral de los populares almerienses. Tampoco se hace fotografías para reclamar con sus compañeros de Murcia y Valencia el Corredor Mediterráneo para Almería, o con los de Málaga para la conclusión de la A-7. Ni se pone las botas de agua para pedir obras en la Balsa del Sapo o para que se reanuden las obras de la desaladora del Campo de Dalías que el Gobierno de Rajoy tiene paradas.

Javier Arenas anda desaparecido, angustiado quizás por aquello de que Bárcenas termine tirando de la manta o que el juez que encarceló al ex tesorero del PP termine descubriendo de dónde salía y como se distribuía todo ese dineral que circulaba por la sede de Génova. A pesar de todo esto, de todo lo que se conoce, el Partido Popular de Almería calla, silencia y olvida su relación con Arenas y la responsabilidad y el compromiso que tiene hacia todos los almerienses que le votaron en las pasadas elecciones autonómicas y también con quienes no lo hicieron.

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